El Polisario mira a América Latina buscando aliados
El Polisario ha tenido siempre un ojo puesto en los movimientos y Gobiernos de izquierda antiimperialistas latinoamericanos, pero la ruptura total con el Estado español y el giro de países europeos que apoyaban la causa saharaui le obliga a apostar por países como Venezuela y México.
No nos han dado más que problemas», sentencia Mahfud Salama en su casa de Aaiun. El que fuera líder de las juventudes saharauis en los campamentos es muy crítico con Madrid, al igual que la dirigencia polisaria. «Nuestra apuesta ahora debe ser otra, el escenario diplomático ha cambiado y nuestra causa no puede perder peso internacional en la ONU», añade Salama.
En las celebraciones del 50 aniversario del comienzo de la lucha armada no hubo representación europea. GARA preguntó por algún
representante español, ya fuera de partido político o sindicato, asociación o fundación. No encontró a ninguno.
«Siempre se han desmarcado de las conmemoraciones de la lucha armada. En España es políticamente incorrecto apoyar que un grupo luche contra la injusticia con las armas. Pero conviene recordar que son ellos los que han provocado todo esto», advierte Hama Bulah, jefe de pelotón en la región militar de Agüenit (sur de los territorios liberados de la RASD).
Muchos saharauis creen que cortar las relaciones diplomáticas con el Estado español ha supuesto que muchas asociaciones se hayan echado atrás y hayan disminuido o incluso abandonado su actividad en los campamentos. «Había una asociación de Castilla-La Mancha que advirtió de que no vendría más si el Polisario cortaba sus relaciones con el Gobierno. No han vuelto», señala Hama en su haima de Smara. GARA no ha podido saber el nombre de dicha asociación, pero varios saharauis hablan no solo de esta, sino de más. «Es un chantaje a la RASD», denuncia Hama poniendo fin a la conversación.
Los países latinoamericanos juegan un papel muy diferente para el Polisario. Su apoyo es más ideológico. Por lejanía geográfica no pueden, evidentemente, ayudar como sí lo hacen países europeos, tanto de la UE como de fuera de ella. Es el caso de Suecia, que tiene varios proyectos en marcha desde muchos hace años, como la escuela Olof Palme en Aaiun que, desde hace 30 años y tras la visita del fallecido presidente sueco –muerto en atentado– nunca ha parado su actividad.
Pero los países de América Latina apoyan a los saharauis en clave anticolonial. Mervin Maldonado, ministro venezolano de Juventud y Deporte, declaraba a GARA en Auserd que su país «seguirá apoyando incondicionalmentelas reivindicaciones del pueblo saharaui pase lo que pase». Otros países latinoamericanos también han mandado representación, es el caso de Ecuador, Colombia y México. Todos estuvieron presentes en el desfile que presidieron el mandatario saharaui, Brahim Gali y los representantes argelinos.
¿Huida hacia adelante?
Algunos analistas ven una huida hacia adelante del Polisario. El periodista retirado Youssef Rami (72 años), columnista del diario “El Watan” lleva cubriendo el tema saharaui mucho antes de que se tomaran las armas. «Se han ido quedando sin aliados ideológicos. Gadafi apoyaba sus reivindicaciones anti-coloniales, pero a Muhammad lo mató Francia (sic), el gran enemigo del Sahara junto a Marruecos», asegura por vía teléfonica a GARA.
El apoyo que han recibido de Europa nunca ha sido ideológico, ya que el Viejo Continente no admite su pasado colonialista, al seguir siendo potencia colonial, ahora mediante el chantaje económico. El apoyo ha sido más en el ámbito legal, porque tienen que «cumplir las leyes que ellos mismos han elaborado, como en los cupos de pesca y el robo de los recursos naturales», añade Rami.
En referencia a EEUU, «[Donald] Trump apoyó las tesis marroquíes y [Joe] Biden no ha dado marcha atrás. Al Polisario no le queda otra que buscar aliados afines ideológicamente y esos se encuentran actualmente en Latinoamérica. Saben que Argelia no les va a dejar de prestar ayuda económica directa y buscan amigos al otro lado del océano para ampliar su mensaje y tener más voz», justifica el analista.
Sin embargo, el hecho de que Argelia, si bien no se ha posicionado públicamente en torno a la guerra en Ucrania, siga en la órbita de Rusia hace que el Polisario se vea «lastrado» al buscar más aliados. «En Europa no los va a encontrar mientras dure el conflicto. Será un apoyo en cuestiones legales, nunca ideológicas, porque crearía precedentes peligrosos que otros países podrían aprovechar», explica Rami.
Atrapado en un tablero internacional endiablado, el tiempo determinará el acierto o no en la búsqueda de cómplices afines en su lucha anticolonial. El periodista reconoce que los saharauis «están en el peor momento político y militar de su historia, pero tienen amigos firmes en esos países latinoamericanos, los más firmes que ha tenido nunca a nivel político fuera del ámbito del Magreb o de Europa».