Chivite tiene un reto a superar antes del 28 de agosto: conseguir más síes que noes en una votación de investidura. Lleva las cuentas muy ajustadas. UPN, PP y Vox suman 20 escaños y, con las negociaciones que ha abierto la líder del PSN, podría lograr 21 votos favorables. La jugada solo sale adelante en el caso de que EH Bildu se abstenga, como ocurrió hace cuatro años.
El PSN, a cambio de sus votos favorables, está negociando entrada de Geroa Bai y Contigo Zurekin en el próximo Gobierno, reeditando la coalición. El problema está en que los de Uxue Barkos sostienen que sus siete escaños no valen lo mismo que los tres de Contigo Zurekin, por lo que quieren ser el socio preferente. Esta distinción, lógicamente, no gusta a Begoña Alfaro.
La discrepancia ha provocado que, por dos veces consecutivas, Barkos no haya acudido a una reunión convocada, en principio, para que acudieran los tres.
Para Geroa Bai no es una cuestión únicamente de peso, sino de aritmética parlamentaria. Una vez pasada la investidura, los Presupuestos y las leyes habrán de salir por mayoría, lo que implica el apoyo de EH Bildu. Y como el PSN tiene 11, EH Bildu 9 y Geroa Bai 7 parlamentarios, entre los tres suman 27. Más de la mitad de la Cámara, por tanto. Los tres escaños de Contigo Zurekin pueden volverse, en caso de apoyo explícito de EH Bildu a cualquier iniciativa, intrascendentes. En buena medida, así se funcionó durante la legislativa pasada.
En la rueda de prensa después del primer plantón, María Solana desde la sede de Geroa Bai, indicó que proyectar que el próximo será un Gobierno de 21 parlamentarios no resulta del todo honesto. «La mayoría de gobierno es de 30 y de todos esos, el PSN solo tiene 11», afirmó tras sumar al acuerdo a tres los nueve parlamentarios EH Bildu.
Esta tesis, en cualquier caso, no deja de ser una herramienta de negociación. Le sirve a Geroa Bai para exigir una atención diferenciada. Lo llaman una cuestión de «clarificar el papel de cada uno». En contraposición, desde el PSN y Contigo lo que denuncian que se trata una pelea por mantener, al menos, lo mismo que se le dio hace cuatro años (la Presidencia del Parlamento, una vicepresidencia y designar al senador autonómico, además de repetir consejerías), tal y como avanzó NAIZ.
El PSN, hasta donde se ha sabido, se resiste a repetir cesiones, apoyándose en que Geroa Bai ha caído en representación, de 9 a 7. Cuestión a la que los de Uxue Barkos replican que, si alguien obtuvo una recompensa desproporcionada hace cuatro años fue el PSN, que con dos escaños más se llevó la Presidencia del Gobierno y ocho consejerías.
La siguiente reunión sí será bilateral
A resultas de este mar de fondo, la escenificación de las negociaciones está evidenciando tiranteces. El choque fundamental es entre PSN y Geroa Bai. El PSN quiere mantener el guion que prefijó la presidenta en funciones. Esto abocó el pasado miércoles a que Geroa Bai no acudiera, acusando a Chivite de faltar a su palabra de celebrar una reunión a dos para tratar estos asuntos. No entró esta formación demasiado en detalle sobre qué debería haberse negociado al margen de Contigo Zurekin, centrando el desencuentro en una «pérdida de confianza». Sobre todo, después de que la presidenta mantuviera la reunión a sabiendas de que no iban a acudir.
«Llamaremos a Geroa Bai para dialogar, para negociar, pero en ningún caso para acordar, porque en ese acuerdo tiene que haber los 21 votos», ha avanzado este miércoles Ramón Alzórriz, secretario de Organización del PSN.
Contigo Zurekin también se ha abierto a que quienes sean sus socios mantengan esa reunión dejándole fuera. «No vamos a obstaculizar que se produzca esa reunión bilateral que sistemáticamente se está demandando», ha dicho Alfaro. Si bien, ha reclamado que ese encuentro sea «una reunión bilateral en la que no se debe adoptar ninguna decisión relativa a la representación institucional y a la conformación de Gobierno».
La lectura que hace Geroa Bai tras las reacciones a este segundo plantón es de «satisfacción». Además, justifica sus dos plantes desde la perspectiva de que «la firmeza en las negociaciones que se vuelve aún más necesaria después de lo ocurrido en Pamplona y en los ayuntamientos el pasado sábado».
En cuanto a las acusaciones de que, en el fondo, lo que se están discutiendo son cargos, desde la formación de Barkos manifiestan que lo que buscan son «contenidos sólidos» en materia de sanidad y vivienda, en materia de euskera, en desarrollo económico y energético y en materia competencial entre otros temas.
Mientras todo esto sucede, EH Bildu sigue teniendo en su mano la investidura de Chivite y, posteriormente, se convertirá en el socio imprescindible para sacar adelante una política progresista. Y no cabe obviar que, de todos los aliados potenciales del PSN, es el que mayor respaldo popular consiguió en las elecciones.