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Uno de cada cinco presos en el Estado español ha intentado suicidarse y un tercio lo ha ideado

Los autores del informe sobre salud mental de presos y presas en el Estado español destacan que la tasa de suicidios en la población reclusa es nueve veces superior a la de la población general.

Torre de la cárcel de Basauri.
Torre de la cárcel de Basauri. (Aritz LOIOLA | FOKU)

Uno de cada cinco reclusos ha intentado quitarse la vida en algún momento y un tercio ha tenido ideas suicidas, de los que casi el 62% ha acabado tratando de ponerlas en práctica. Las mujeres presentan los porcentajes más altos en todos los casos.

Estas son algunas de las cifras contenidas en el ‘Libro Blanco sobre la Atención Sanitaria a las personas con trastornos mentales graves en los centros penitenciarios de España’, promovido por la Sociedad Española de Psiquiatría Legal (SEPL) y la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP) y que ha sido presentado este miércoles.

Los datos, extraídos de la reciente Encuesta sobre Salud y Consumo de Drogas en Internados en Instituciones Penitenciarias (2022) del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones del Ministerio español de Sanidad, desvela que el 34,8% de la población penitenciaria ha sido diagnosticada, alguna vez en su vida, de un trastorno mental o emocional; la prevalencia es mayor en las mujeres (42,3% frente al 34,3% de los hombres), sobre todo en las de 35 a 44 años (46,9%).

Estas diferencias por sexos también se hacen notar en cuanto a las patologías, y mientras los reclusos refieren más diagnósticos de esquizofrenia, las internas presentan más depresión y trastornos de personalidad; otros, como psicosis y trastorno bipolar, son similares en ambos.

Teniendo en cuenta a ambos sexos, la depresión es la enfermedad más prevalente, con un 18%, seguida de trastornos de la personalidad (9,3%), trastorno bipolar (5,6%) y esquizofrenia (5%).

De media, los que han recibido un diagnóstico relacionado con la salud mental o emocional han estado en tratamiento 8,7 años, una cifra que se eleva a 9,6 en el caso de las mujeres y es la misma para los hombres.

En general, estas personas reciben menos apoyo familiar que los que no tienen problemas de salud mental; así, el 13,2% de los que sí han tenido un diagnóstico carece de contacto familiar o apoyo social, aunque varía en función del trastorno.

Asimismo, de acuerdo con la encuesta, realizada a más de 5.700 reclusos, el 32,2 % ha tenido ideas de suicidio alguna vez en la vida (38,7% ellas y 31,8% ellos), y aparecen más en prisión que en los 12 meses previos en libertad. De este grupo, el 61,7 % lo ha intentado (el 65,8 % de las presas y el 61,4 % de los presos).

En total, el 20 % de la población penitenciaria reconoce que ha intentado quitarse la vida alguna vez, el 8,8% estando en la cárcel y el 8,2% fuera; de nuevo, las cifras son más elevadas en las mujeres (25,4%) que en los hombres (19,5%).

La tasa de suicidios en la población reclusa es nueve veces superior a la de la población general, ha destacado en la presentación del Libro Blanco Edorta Elizagarate, médico psiquiatra del Servicio de Psiquiatría de la Red de Salud Mental de Araba y del Centro de Salud Mental del Centro Penitenciario de Zaballa.

Según los últimos datos disponibles de Instituciones Penitenciarias, solo en 2021, un total de 32 presos se quitaron la vida en alguna de las 81 cárceles y Centros de Inserción Social (CIS) dependientes de la Administración General del Estado español.