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Putin ofrece a Wagner Bielorrusia, sumarse al Ejército o irse a casa

El presidente ruso, Vladimir Putin, ofreció a los mercenarios del grupo Wagner la posibilidad de integrarse en el Ejército, desterrarse en Bielorrusia o irse a su casa, mientras su líder, Yevgeni Prigozhin, afirmaba que su levantamiento intentaba precisamente evitar la disolución de la compañía.

El ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu.
El ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu. (AFP)

«Hoy tienen la oportunidad de continuar sirviendo a Rusia al firmar un contrato con el Ministerio de Defensa (...), regresar con su familia y amigos. O los que quieran pueden ir a Bielorrusia», ofreció el presidente ruso, Vladimir Putin, a los miembros del grupo paramilitar privado Wagner, en un breve discurso televisado.

La elección entre el destierro o la disolución llegó poco después de que el líder de Wagner, Yevgeni Prigozhin, asegurara que con el levantamiento y su marcha hacia Moscú no quería derrocar el poder, y que solo pretendía salvar su compañía militar privada en vista de una orden de Putin y del ministro de Defensa, Sergei Shoigu, que le obligaba en la práctica a subordinarse al Ministerio de Defensa. 

Prigozhin, en sus primeras declaraciones tras el motín de 24 horas que llevó a los mercenarios a 200 kilómetros de la capital, no reveló su paradero y añadió que también pretendía responsabilizar «a quienes con sus acciones poco profesionales cometieron una cantidad considerable de errores» en Ucrania.

Además, insistió en esta crítica al afirmar que la marcha de sus hombres hacia Moscú «sacó a la luz graves problemas de seguridad en el país», ya que pudieron tomar ciudades sin mucha resistencia recorriendo 780 kilómetros.

Sostuvo que no fue más allá porque no quería «derramar sangre rusa» ni tomar el poder, y dijo haber recibido el apoyo de los civiles. También Putin afirmó que dio órdenes directas de evitar el derramamiento de sangre y, pese a la grave crisis a la que ha provocado el levantamiento, agradeció a los  miembros de Wagner –de los que dijo «son patriotas y leales en su mayoría»– no haber llevado su golpe hasta los combates, aunque advirtió de que «en cualquier caso habría sido aplastada».

Traición

Aunque no mencionó a Prigozhin, reiteró la acusación de que «quienes organizaron la rebelión con su traición al país, su pueblo, traicionaron a quienes se vieron arrastrados al crimen. Les mintieron, les empujaron a la muerte».

Agregó, además, que el «fratricidio» era lo que querían «los neonazis de Kiev y sus patrones occidentales», que «se frotaban las manos».

Pero el Servicio Federal de Seguridad (FSB) mantiene aún abierta la investigación del caso por rebelión armada contra Prigozhin, a pesar del compromiso de Moscú de retirar los cargos contra él.

Tras el acuerdo, Prigozhin dio orden a los miembros del grupo de abandonar las posiciones tomadas durante su avance, incluido su repliegue de Rostov del Don, pero se mantiene abierta la incógnita del destino de los 25.000 hombres que Wagner dice tener.

Mientras Putin intentaba cerrar esta crisis, Rusia trataba de dar la imagen de una vuelta a la normalidad con el levantamiento de las medidas de seguridad implantadas durante la rebelión y la actividad de sus líderes.

Shoigu, quien desapareció durante el motín de Prigozhin, su némesis y furibundo acusador, reapareció en imágenes televisadas en las que se le veía inspeccionar las fuerzas desplazadas en Ucrania.

También Putin apareció en un otro vídeo en un foro dedicado a la juventud y la industria, y habló con el presidente iraní, Ebrahim Raisi, y el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad al-Than. A pesar de la aparente normalidad, la rebelión de Wagner ha sacudido al país. Según el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, «revela verdaderas grietas» al más alto nivel del Estado ruso. Ucrania «está fisurando» el poder ruso, coincidió el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, mientras que para el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, muestra que la invasión de Ucrania fue un «error estratégico».

Analistas occidentales añaden que el golpe puede tener «consecuencias para el régimen» ruso, incluida la destitución de Shoigu, sobre la que ya surgían especulaciones.

Biden

Joe Biden remarcó que ni EEUU ni la OTAN estuvieron involucrados en el intento de sublevación de Wagner, mientras Moscú investiga la posible implicación de servicios de Inteligencia occidentales. Biden explicó que siguió los hechos «hora a hora» con su equipo de seguridad nacional y que habló con aliados «clave» para estar seguros de que Vladimir Putin no les culpara de lo sucedido.

Kiev intenta impulsar su lenta controafensiva

La rebelión de Wagner no parece haber cambiado la dinámica en los teatros de operaciones de la guerra en Ucrania, aunque la viceministra de Defensa ucraniana, Ganna Maliar, anunció nuevos progresos modestos en el frente, con la ocupación de  17 kilómetros cuadrados de terreno en los últimos siete días. «como resultado de la mejora de las operaciones tácticas de posición y de la alineación de la línea del frente». Con ello, habrían retomado 130 kilómetros cuadrados desde principios de junio. Entre otras, aseguró que las fuerzas ucranianas han tomado la localidad Rivnopil, en la región de Donetsk, aunque Moscú dijo haber repelido este ataque.

La mayor parte del territorio fue reconquistado por las fuerzas ucranianas en la primera semana de contraofensiva. Según la viceministra, Ucrania continúa lanzando operaciones ofensivas en dirección a Berdiansk y Melitopol, en el sur, mientras en el este aseguró haber repelido ataques rusos en Liman, Bajmut, Marinka y Avdivka. Según los servicios de Inteligencia británicos, el Ejército de Ucrania «ha ganado impulso» en su ofensiva en torno a Bajmut.

Por otro lado, Maliar afirmó que Rusia ha vuelto a desplegar en el este las tropas que empezó a trasladar al territorio de la Federación Rusa durante la rebelión finalmente abortada del grupo de mercenarios Wagner y para frenar su avance hacia Moscú. Algunos analistas vieron en el traslado de Yevgeni Prigozhin a Bielorrusia la posibilidad de aprovecharlo para una nueva ofensiva rusa contra Kiev desde ese país, aunque los militares ucranianos descartan esta opción como «un suicidio». 

Ucrania sigue, asimismo, atacando la ciudad de Donetsk, donde ayer ocho bombardeos dejaron al menos dos personas muertas, un joven de 18 años y una mujer de 67, además de causar daños en varios edificios residenciales y comerciales.

Siria

Al menos 13 personas murieron, ocho de ellos civiles y entre ellos dos menores, en dos bombardeos de la aviación rusa, aliada de Damasco, en uno de los peores ataques en lo que va de año en la provincia de Idleb, en el noroeste de Siria, bastión de grupos yihadistas y proturcos.