Una multitudinaria concentración en la plaza del Castillo ha denunciado este lunes a la noche la agresión sexual que sufrió el sábado pasado una joven en una vivienda del Segundo Ensanche de Iruñea. Desde el movimiento feminista han manifestado que el rechazo social a estos ataques –han asegurado tener constancia de al menos 19 casos en cinco días de fiestas– tiene que ir más allá de protestas ciudadanas o palabras de repulsa de las instituciones para acabar con ellas.
En el comunicado leído en la movilización se ha destacado que la violencia que sufren las mujeres en los espacios públicos y privados es un problema social, «responsabilidad de todas y todos». El Movimiento Feminista de Iruñea ha animado a dar «un paso al frente» para terminar con la sucesión de agresiones.
«Estamos hartas de quienes piensan que las fiestas son solo para ellos, de quienes creen que nosotros no tenemos cabida», han enfatizado, después de desvelar que en los primeros cinco días de sanfermines tienen constancia de al menos 19 agresiones sexistas. «Nos tenéis hasta las narices», han dejado claro a los agresores.
«Basta de ser cómplices»
La erradicación de la violencia machista, han incidido, no es responsabilidad del movimiento feminista. «Ya basta de ser cómplices, de reírles las gracias, de cuestionar a las mujeres y poner en duda nuestra palabra», han añadido con rabia.
«El rechazo social tiene que ir más allá de esta plaza o de las palabras de repulsa de las instituciones, queremos a estos miserables, a esos hijos sanos del patriarcado fuera de nuestras cuadrillas, de nuestras peñas, de nuestros bares, fuera de nuestras fiestas», han demandado.
Han solicitado la implicación personal para ello de todos y todas. «Queremos unas fiestas libres de violencia machista en que todas podamos disfrutar de unos sanfermines en libertad y en la que quede claro que no les vamos a pasar ni una, que nosotras estamos organizadas», han reclamado, para tejer una autodefensa feminista, a modo de «gran telaraña», que impida a los agresores «seguir campando a sus anchas».
Telaraña que se ha escenificado con un hilo morado que ha ido recorriendo la plaza de mano en mano hasta tejer esa red contra la violencia machista.