Daniel   Galvalizi
Periodista
Entrevista
Miguel Angel López Fuente
Fundador y dueño de ‘Revista Zero’

«Me encantaba recibir amenazas por fundar ‘Zero’, hicimos a mucha gente libre y feliz»

Miguel Angel López Fuente fue el creador de la emblemática revista LGBT, que dejó de publicarse en 2009, y ahora protagoniza un documental de Movistar Plus sobre aquellos años que cambiaron la historia del colectivo.

Miguel Angel López Fuente, fundador y dueño de ‘Zero’.
Miguel Angel López Fuente, fundador y dueño de ‘Zero’. (NAIZ)

«Una vez recibí una mierda de vaca pinchada en un puñal en una caja. Cosas ridículas. Pero me encantaba que me amenazaran», dice Miguel Angel López Fuente, fundador y dueño de la ‘Revista Zero’, la publicación dedicada a la temática LGBTI que marcó un antes y un después en los medios y la visibilidad de ese colectivo en el Estado español.

En entrevista con NAIZ durante su visita a Madrid para participar del estreno y promoción del documental ‘Zero, la revista que sacó del armario a un país’, producido por Movistar Plus, López rememora con cariño la experiencia editorial que hizo historia, advierte por el retroceso de derechos que no le causa ninguna sorpresa y recuerda experiencias únicas e irrepetibles, muy típicas de aquel momento en que estaba todo por conquistar.

Entre las anécdotas que el periodista recuerda con añoranza están sus asiduas visitas a Euskal Herria, sus contactos con partidos políticos locales y su admiración por «el colectivo LGBTI más importante, junto con el de Catalunya, por lo avanzado y dialogante, allí los extremos se sentaban a hablar».

«La transversalidad de lo gay permitía cosas como enterarnos de muchas historias de amor entre militantes de Herri Batasuna y guardias civiles [sonríe]. Me lo contaban ellos mismos cuando yo iba a los locales del País Vasco o cuando iba a los actos que allí se hacían» relata.

En Euskal Herria dice que era «donde más crítica había» porque en definitiva Zero no dejaba de ser «un producto capitalista que planteaba muchas contradicciones». López dice que recibía «muchas críticas lógicas aceptadas con deportividad».

Pionero en Gasteiz

Tuvo varias reuniones en aquellos tiempos con el exlíder del PNV, Josu Jon Imaz, hoy consejero delegado de Repsol. «Él apoyaba bastante la causa. Hay que decir que los pioneros y precursores en consecución de derechos fueron los vascos, con el alcalde de Vitoria-Gasteiz, José Angel Cuerda, cuando abrió el primer registro de parejas homosexuales. Unió era diferente, pero PNV y Convergència no eran hostiles a la causa. El activismo vasco dio grandes referentes también, como Iñigo Lamarca», añade.

Sobre el documental, dirigido por el argentino Damián Ainstein y dividido en dos episodios, afirma estar satisfecho porque «retrata bien» aquel período de su vida en el que en 1998, en pleno aznarismo en el Estado, decidió fundar la revista que cambiaría la historia del colectivo LGBTI y ganaría una influencia inusitada hasta el momento en la agenda pública.

«Yo siempre aclaraba allá donde iba que no era representante (del colectivo), pero por mi trabajo acababa haciendo de portavoz. En el documental me gusta que se destaque cómo se trabajaban las cosas, el arte, la imagen, la estrategia del contenido. Estaba Ricardo Llamas como director de contenido, el sociólogo activista queer más importante de España. Y estaba Eduardo Rubaudonadeu como director de imagen. Se entraba en un juego creativo que transmitía muchas cosas, se abrían muchas puertas de libertad, de transformación y amplitud de mensajes», reflexiona.

La contracara del éxito editorial fue el estrés añadido que sufre toda redacción que se anima a ser disruptiva y cruzar los límites de lo políticamente correcto. Eso conllevó constantes amenazas contra López. «Pero me encantaban. Recibía a cada momento, de unos y otros. Las amenazas son cuando no te va a pasar nada, generalmente se sabe que si te quieren hacer algo te lo hacen y ya. Yo recibía mensajes de todo tipo, diciéndome que sabían dónde vivía, que quién era mi pareja, etc».

«Sacar un gay del armario en ese momento era romper un orden establecido, hoy nos parece muy antiguo pero en ese momento eran los valores que primaban. Era revolucionario introducir algo así en esos sectores ultramontanos, pero tuvimos suerte que hubiera gays que dijeran hasta aquí... sacerdotes, militares, guardias civiles, etc», hace memoria.

«Una causa de la sociedad española»

De aquel momento recuerda que el PP «estaba perplejo» y que mantenía diálogo con dirigentes conservadores: «Desde el primer momento quise que esto fuera una causa de la sociedad española y no de un partido. De hecho había un gay muy polémico, que había sido cura, Carlos Alberto Biendicho, era un superviviente del Sida y tenía muchas consecuencias psicológicas por haber estado a punto de morir muchas veces. No paraba de dar la paliza dentro del PP, llevaba las revistas al partido, me llamaba y me decía ‘oye estoy aquí con Aznar, estoy aquí con Rajoy, me dicen que ya hablaremos’, era un kamikaze».

La revista llegó a su fin en 2009, cuando comenzaba la gran recesión y los medios comenzaban una fase de ajustes y digitalización. Según explica, los grupos Prisa, Godó, Recoletos y Diario16 quisieron comprar ‘Zero’ pero a todos les dijo que no. «Esa independencia es muy difícil de mantener porque al final no participas de los engranajes, ellos dominan toda la industria. y los medios pequeños necesitamos la retroalimentación. Se sumó que se dieron factores de declive personal, circunstancias como que la mitad del equipo fundador falleció, y que tuve una enfermedad grave. Ante la negativa de vender para recapitalizarnos y hacer un traspase a lo digital, dijimos pues mejor dejarlo».

Ruina personal

Esa decisión López la califica como una «‘boutade’ que significó la ruina» personal, porque perdió sus dos casas y su salud «hasta casi morir», además del «destierro» elegido en México (hoy reside en Málaga).

Pero eso no borra las vivencias positivas previas que las recalca con énfasis: «Lo mejor que tuvo ‘Zero’ fue que cada día había alguien que te daba las gracias, que se sentía feliz o liberado, o gente mayor que te contaba que se pudo casar después de toda una vida juntos. Hicimos a gente feliz»

Preguntado sobre si se sorprende por la contraofensiva conservadora contra los derechos LGBT, responde: «No me sorprende que haya estos retrocesos. La historia de la humanidad es ir para atrás también, que vengan hordas reaccionarias, que volvamos a meter la pata. Los derechos humanos son algo con lo que siempre hay que estar vigilante y defenderlos, no podemos dar por sabidas las cosas».