Agustin Goikoetxea
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

Una iniciativa ciudadana llama a votar opciones de izquierda y buscar complicidades

Cientos de personas promueven un manifiesto en el que llaman a apoyar en las urnas opciones de izquierda ante la ola ultraconservadora que pone en peligro los avances en derechos alcanzados en los últimos cuatro años en el Estado español. Entre los firmantes, la escultora Dora Salazar o La Otxoa.

Los promotores del manifiesto llaman al voto a las opciones de izquierda.
Los promotores del manifiesto llaman al voto a las opciones de izquierda. (Gari Garaialde | FOKU)

Un grupo de personas, que provienen de un amplio espectro social, ha impulsado un manifiesto en el que llama a la participación y al voto a las opciones de izquierda en los comicios del 23 de julio.

Son cientos las adhesiones que ya ha recabado, desde la de la escultora Dora Salazar al artista José Antonio Nielfa ‘La Otxoa’, pasando por la secretaria general de CCOO-Euskadi, Loli García, el sociólogo Imanol Zubero, el activista social Sabin Zubiri o quien fuera Ararteko Mertxe Agúndez.

La nómina de firmantes es amplia y aumenta, con personas que provienen del movimiento feminista, de comunidades cristianas, del mundo del teatro y de la cultura, periodistas, sindicalistas, ecologistas, jóvenes estudiantes, personas jubiladas, activistas sociales, teólogas, así como profesionales del ámbito universitario, de la enseñanza, de la banca, empresariado, sanidad y animación sociocultural, entre otros.

La iniciativa, que tiene como base el manifiesto ‘Lortu 23J Votemos Izquierda’, busca dialogar y movilizar el voto de izquierda. Ante el dilema al que se enfrenta la ciudadanía, en «un tiempo de malestar social y de profundo desasosiego», destaca que «nos enfrentamos a dos opciones políticas radicalmente diferentes en la gestión de la crisis».

En ese escenario de crisis, confiesan sentirse «indefensos ante la desinformación, los bulos, los algoritmos de las redes que priorizan los mensajes de odio».

Encaran «una vía ultraconservadora, privatizadora en su gestión, austericida en su política, con un saldo de enorme sufrimiento social tras la crisis del 2008, negacionista y conspiracionista en su diagnóstico, antimodernizadora en su horizonte», a la que llaman a apoyar, «que pretende fortalecer los vínculos que nos unen como comunidad, el cuidado, lo público y la profundización de la democracia».

En otro pasaje del documento, aseguran que «nos jugamos una política del bien común que nos proteja en nuestra fragilidad. Nos jugamos una política orientada a la mayoría social de este país». Al tiempo que valoran «más que nunca la necesidad de una decidida política de protección social y una democracia radical en la transparencia y en la gestión de lo público».

«Conquistas sociales impensables»

Celebran el «escudo social» construido «gracias a la coalición de un Gobierno de izquierdas», citando «conquistas sociales impensables hace cuatro años», como los ERTE, la subida del salario mínimo, la garantía de la vivienda como un derecho o el impuesto a las grandes fortunas. «No es ideología. Es política de protección social para la mayoría», zanjan.

Apelan, además, a la urgencia climática y a la defensa de la libertad cultural «amenazada por la involución ultraconservadora». Y agradecen disfrutar de una política feminista que protege los derechos y la igualdad de las mujeres y de las minorías sexuales. «Nos humaniza a todos. Garantiza la libertad que tanto esfuerzo nos ha costado conseguir en estas dos últimas décadas», sostienen.

No quieren regresar «al país en blanco y negro», que les retrae a un «pasado franquista». «Estos días surge lo peor de nuestra historia no para reconciliarnos sino para utilizarla contra personas que piensan diferente», lamentan. «¿Os acordáis de la escena de ‘muerte a la inteligencia’ con la que se impuso aquel franquismo de charanga y pandereta que tanta tristeza nos produjo durante cuarenta años?», preguntan preocupados por lo que pueda deparar el ascenso de las opciones reaccionarias.

Asimismo, proclaman que no quieren más naufragios de los cientos de miles de personas que arriban al Estado. «Nos jugamos nuestra dignidad como humanidad, la que nos vincula en compasión y solidaridad, la que nos hace sentirnos iguales en derechos y en deseos de una vida plena», concluyen.