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Nilo o Amazonas, ¿cuál es el río más largo del mundo?

La pregunta lleva coleando décadas y está entre el Nilo y el Amazonas. Quizás la expedición ‘Río Amazonas: del hielo al mar’ tenga una respuesta para otoño de 2024. Van a cartografiar el Amazonas y pretenden documentar su biodiversidad.

 Vista aérea del Nilo en El Cairo.
Vista aérea del Nilo en El Cairo.

Cuál es el río más largo del mundo, el Nilo o el Amazonas? Una expedición internacional intentará responder a esta vieja pregunta recorriendo en canoa los más de 6.000 kilómetros del río sudamericano. A bordo de tres hidropedales y contando con la energía solar, la expedición ‘Río Amazonas: del hielo al mar’ tiene previsto, a partir el próximo mes de abril, partir desde los Andes peruanos para llegar al océano Atlántico seis meses después, tras atravesar Colombia y Brasil.

«El principal objetivo es cartografiar el río y documentar su biodiversidad» con fines científicos, ha dicho a la agencia AFP el explorador brasileño Yuri Sanada, coordinador del proyecto, refiriéndose también a la producción de un documental.

Hasta el momento, solo una docena de personas se han aventurado a navegar en kayak de un extremo a otro del Amazonas, pero nadie lo ha hecho nunca con tales objetivos, subraya quien también dirige la productora audiovisual Aventuras Produções junto a su esposa Vera Sanada.

En el corazón de la selva tropical más grande del mundo, el Amazonas ha sido reconocido durante mucho tiempo como el río más poderoso del mundo, con un caudal mucho mayor que el del Nilo, el Yangtze y el Mississippi juntos. Pero existe una disputa de décadas sobre cuál de los ríos, el africano o el sudamericano, es más largo, debido en parte a la falta de consenso sobre dónde comienza y termina el Nilo que fluye a través de diez países.

Una motora en el río Jurura, en el corazón de la selva amazónica brasileña.

El Guinness World Records otorga el primer lugar al Nilo. Pero, «sobre cuál es más largo, es más una cuestión de definición que de simple medición», agrega el organismo encargado de registrar ‘gestas’.

Según la Enciclopedia Británica, el río sudamericano tiene unos 6.400 kilómetros de largo, atribuidos desde su nacimiento al río Apurímac en el sur de Perú, frente a los 6.650 kilómetros del Nilo. Sin embargo, en 2014, el neurocientífico y explorador estadounidense James Contos desarrolló una teoría, según la cual el Amazonas podría remontarse a las fuentes de otro río, el Mantaro, ubicado más al norte. Si la expedición tiene en cuenta este punto y una «boca más al sur» del delta, esto podría «traducirse en una mayor longitud del Amazonas», ha sugerido Sanada a AFP.

La expedición recorrerá ambos ríos simultáneamente: un grupo -encabezado por James Contos- descenderá el Mantaro en rafting, mientras que otro recorrerá las orillas del Apurímac a caballo, acompañado por la exploradora francesa Céline Cousteau, nieta del legendario oceanógrafo Jacques Cousteau. En el cruce de los dos cursos de agua, Yuri Sanada y otros dos exploradores comenzarán el tramo más largo del viaje, a bordo de canoas individuales hechas de biorresina y equipadas con sensores para hacer «medidas mucho más precisas», explica el brasileño.

La fauna amazónica

La expedición, que cuenta con el apoyo de organismos internacionales como The Explorers Club o la Harvard Digital Library, estará acompañada en determinados tramos por una embarcación de apoyo, que servirá de base para el trabajo audiovisual y científico.

Un pirarucu de agua dulce, el pez favorito de los cazadores furtivos y durante mucho tiempo un alimento básico para los pueblos indígenas.

Anacondas, caimanes, jaguares... ninguno de los animales del recorrido asusta a Yuri Sanada. «Lo que más me asusta son los traficantes y los mineros ilegales», admite, y explica que las canoas estarán equipadas con cabinas antibalas. Además, la expedición está negociando con las autoridades la posibilidad de una escolta armada en los tramos más peligrosos.

Si tiene éxito, el experimento podría reproducirse en el Nilo, asegura Yuri Sanada, consciente, sin embargo, de que la polémica nunca se resolverá. El interés suscitado por esta ‘carrera’ permite llamar la atención sobre las riquezas naturales de Brasil y la preservación del planeta, aboga. «La Amazonía está (en parte) ubicada en Brasil, pero las consecuencias de su destrucción y el deber de preservarla son de todos», dice el coordinador del proyecto.