Los recientes cambios habidos en la junta directiva de Osasuna dejan bien a las claras que el órgano que dirige los destinos del club navarro se ha inclinado deliberadamente y sin tapujos hacia la derecha.

Una remodelación –revolución más bien, habría que decir– que se produjo de manera un tanto inesperada y aprovechando las fiestas sanfermineras –el día 13– para hacerla pública a través de los canales comunicativos de la entidad rojilla mediante una versión edulcorada –se habló de «renuncia» por parte de los directivos salientes–, cuando en realidad ha tenido un carácter más bien abrupto.

Dicha renovación en su círculo de confianza, que no es la primera que realiza el presidente, Luis Sabalza, ha incorporado a personas que, por los cargos políticos que ostentaron en su momento, tienen claramente un perfil ideológico conservador, como es el caso de Josetxo Pérez de Zabalza y José Andrés Burguete.

Ambos coincidieron en Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), partido formado tras una escisión con UPN y que fue disuelto a principios de junio de 2011, después de que no obtuviera representación en el Parlamento de Nafarroa.

El primero, ya jubilado después de dirigir una empresa de recambios de automoción, ostentó la alcaldía de la Cendea de Zizur entre los años 1989 y 2011, al frente de una candidatura "independiente" en la que se aglutinaban representantes de las dos formaciones políticas anteriormente mencionadas.

Abandonó el cargo cuando en dicha comarca UPN optó por presentar una plancha en solitario, que finalmente acabó venciendo en aquellos comicios, pasando Pérez de Zabalza a ejercer como concejal.

Burguete ejerció como primer edil de Irunberri en el periodo 1991-99, año en el que pasó a ejercer la función de parlamentario con CDN, de quien llegaría a ser su presidente a partir de 2008.

Tras las elecciones de mayo de 2003, y después de que su partido formase un gobierno de coalición con el PSN y EA, fue nombrado consejero de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda.

Tensiones superadas

Fue uno de los principales impulsores en la promoción de una macrociudad en Gendulain, municipio ubicado en la Cendea de Zizur, proyecto al que se opuso Pérez de Zabalza, lo que generó fricciones entre ambos y la salida voluntaria de CDN de este último.

Tensiones que parecen haber superado con el paso del tiempo, habida cuenta de que ahora van a tener que volver a trabajar codo con codo, en este caso desde la junta directiva de Osasuna.

Burguete regresó al paraguas regionalista en 2018 al volver a afiliarse a UPN, formación en la que inició su carrera política, cuyo líder, Javier Esparza, le ha venido encomendando algunas tareas logísticas y organizativas.

Por su parte, a Juan Manuel Garro no se le conoce filiación política alguna, pero su nombramiento sorprende en un momento en el que el club está litigando con la UEFA para poder participar en la Conference League e intentando lavar su imagen respecto al episodio de compra de partidos de 2014.

Se da la circunstancia de que el presidente de Lacturale, empresa láctea que viene patrocinando económicamente a Osasuna, declaró en dicho caso, y en calidad de testigo, que realizó un préstamo de 220.000 euros a la entidad rojilla, quien se lo solicitó por tener falta de liquidez en dicho momento.

Garro, que también aseguró en aquel momento no saber el paradero de dicha cantidad, reconoció que el entonces director de la Fundación, Diego Maquirriain, posteriormente absuelto, le indicó que tenía que trasladar una importante cuantía a Sevilla.

Una parte de dicho dinero procedió del mencionado préstamo, utilizado por el exgerente Ángel Vizcay y el exdirectivo Txuma Peralta para pagar a jugadores del Betis, según recogió la sentencia de la Audiencia de Nafarroa.

Precedentes intempestivos

No es la primera vez que en la era Sabalza se producen salidas intempestivas de miembros de la junta directiva. Desde que en diciembre de 2014 el abogado de Zangotza alcanzase el sillón presidencial rojillo, son ya 13 los compañeros de viaje que ha tenido en dicho tiempo.

Sin ir más lejos, apenas dos años después de su investidura, en febrero de 2016, fueron destituidos Eva Blanco –su empresa asumió la mayor parte del aval bancario necesario– y Juan Ramón Lafón, quien trató de competir electoralmente con Sabalza en los siguientes comicios, pero no logró los avales de casi 4,3 millones.

Les siguió en junio de 2017 Pedro Baile y los tres achacaron sus respectivas salidas a las disensiones con el director general, Fran Canal, que llevaba año y medio trabajando en la entidad osasunista.

Fueron reemplazados de manera escalonada por Txuma Iso, Miguel Cuesta, Ignacio Yáñiz, César Muniain y Alfonso Ramírez, quien dimitió más tarde siendo vicepresidente y portavoz al verse superado por su exposición pública, como él mismo reconoció.

A finales de 2021, coincidiendo con su tercer mandato, Sabalza incorporó al abogado Manuel Piquer, que se mantiene junto a Muniain y los tres nuevos directivos nombrados, en detrimento de los cuatro ahora salientes, entre ellos Fidel Medrano, el último que quedaba de aquella primera junta directiva de 2014.