LAB ha dado a conocer este jueves su informe de acción sindical 2022/2023, en el que recopila los conflictos laborales en los que esta central «ha sido un actor importante», entre los cuales ha citado el de los polideportivos de Gipuzkoa, el comercio de Bizkaia, la limpieza de Osakidetza, el metal de Bizkaia, Mercedes, Gaude, Gorabide, residencias de mayores de Bizkaia…
Según han resumido, ha sido «un curso duro», ya que «el poder y la riqueza se reparten cada vez en menos manos, la clase trabajadora está perdiendo poder adquisitivo, aumentando por tanto el desequilibrio que ya existía, están surgiendo nuevas formas de precarización, extendiendo la pobreza, manteniendo estructurales las brechas de género. Y en vez de accionar políticas públicas responsables para hacer frente a esta situación, están desmantelando los servicios públicos y desarrollando políticas en favor de esa élite económica cada vez más poderosa».
LAB ha destacado que la mayor parte de los conflictos han tenido «el mantenimiento del poder adquisitivo como pilar importante de las luchas», pero se han añadido reivindicaciones como la «mejora de servicios públicos, un sistema público comunitario de cuidados, o reivindicaciones como licencias, reducción de jornada, turnos…».
En este curso se han contabilizado 204 conflictos activados, en 108 de los cuales se ha utilizado la huelga (52,94%). Las luchas a nivel sectorial han sido 54, de ellas 21 en sectores feminizados.
La huelga como herramienta
La conclusión de LAB es que «la lucha merece la pena», ya que «el 45,10% de las luchas en las que LAB ha sido parte activa están ya cerradas, 92 conflictos en diez meses. El año pasado dicho porcentaje se situaba en el 25%». Donde se ha empleado la huelga la posibilidad de alcanzar un acuerdo ha sido diez puntos mayor, 50% frente a 40%.
«En los sectores feminizados (limpieza, cuidados…), aunque el porcentaje de resolución es inferior a la media, hay una diferencia de 20 puntos en el porcentaje de conflictos cerrados entre donde se ha hecho huelga y no», destaca el sindicato.
El porcentaje de conflictos cerrados en sectores feminizados es inferior a un tercio de los existentes, y en el ámbito de los cuidados sólo una cuarta parte de los conflictos. La media global es del 45%, y en un sector como el industrial, masculinizado, se alcanza el 68%. «Estos datos ponen de manifiesto el escaso valor que las patronales y administraciones públicas otorgan a los trabajos esenciales, ya sean de cuidado u otros», destaca LAB.
Por otro lado, en el informe se destaca que «en la administración pública, con alguna excepción, la tendencia generalizada es la de no negociar. Si la media de conflictos cerrados es algo más del 45%, en subcontratas y concertadas se reduce al 31,37% y en la administración pública o empresas públicas, al 18,92%». LAB critica además que las políticas de las administraciones no priorizan el fortalecimiento del sector público, sino que se desarrollan «en beneficio del sector privado».