Argentina vuelve a las urnas con el enigma de cuán a la derecha está dispuesta a ir
Por primera vez en su historia, Argentina tiene una opción nítida de extrema derecha y un peronismo unido pero en crisis. La gran contienda en estas primarias está en la coalición de centroderecha Juntos por el Cambio y saber si se escora a la derecha o gana el centrismo de todos».
«Todos los conserjes de mi edificio van a votar a (Javier) Milei», cuenta Pablo García a NAIZ. Es un periodista español radicado en Buenos Aires y está sorprendido por que los trabajadores de ingresos más bajos en su edificio (en la zona más cara de la capital argentina) todos quieran votar al candidato que se define como anarcocapitalista y que quiere desmantelar todo lo que quede del estado de bienestar.
Sorprende que así sea en una sociedad donde la concepción estatista y proteccionista de la economía tiene un fuerte peso, aunque se entiende un poco más cuando se miran los datos: la inflación anual supera el 90%, el peso está muy devaluado (la crisis de la divisa que empezó con Macri en 2018 nunca se resolvió) y la caída del poder adquisitivo es la mayor de la última década.
Los números no son una caricia para el Gobierno del presidente Alberto Fernández. Su gestión de la economía y de la pandemia lo llevó no solo a protagonizar la peor derrota del peronismo en las elecciones legislativas de 2021, sino a ser el primer mandatario de su partido en decidir no presentarse a la reelección.
La coalición gobernante (que en 2019 para ganarle a Mauricio Macri se unió en sus tres vertientes, la kirchnerista la principal) ha logrado casi mantenerse unida en torno a la candidatura de Sergio Massa, el ministro de Economía, quien ya fue candidato en 2015, pero quedó tercero. Enemistado en el pasado tanto con Cristina Kirchner (no se puede entender la salida del peronismo de la Casa Rosada sin esa escisión) como con el presidente saliente, hace cuatro años volvieron a aliarse y ahora es apoyado por casi todos.
Casi, porque el peronismo tendrá otro candidato en las primarias: el gobernador de la provincia de Córdoba, Juan Schiaretti, cuya intención de voto, según las encuestas, oscila en torno al 4%. Unión por la Patria (nueva marca de la coalición peronista que gobierna el país, el Frente de Todos) presenta, además de a Massa, al candidato Juan Grabois, un verso libre dentro del kirchnerismo, más asociado a la izquierda y que ronda el 3% de las preferencias.
En las PASO (primarias abiertas y simultáneas, un sistema parecido al de Estados Unidos, pero en el que todos están llamados a votar el mismo día), la coalición Juntos por el Cambio es la favorita, con alrededor del 34%. Unión por la Patria sumaría el 31%. Y la ultraderecha de Milei, bajo la marca de La Libertad Avanza, obtendría alrededor del 18%.
Cabe aclarar que, como también sucede en el Estado español, la credibilidad de las empresas encuestadoras está muy cuestionada y la diferencia de sondeos es notable. Pero si se analizan todas las publicadas en el último mes, la tendencia es la misma.
Halcones y palomas
La gran duda este domingo reside en sobre el rumbo que elegirán los votantes de Juntos por el Cambio: si al más centrista alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, o a Patricia Bullrich, quien en los últimos años ha virado a un discurso que algunos consideran similar al de Jair Bolsonaro.
El de Bullrich es un caso peculiar: fue guerrillera de Montoneros en su adolescencia, exiliada en Brasil, coqueteó con el menemismo en los años 90 y después con la socialdemocracia. Finalmente, se sumó al PRO (el partido de Macri) y allí encontró un espacio con un discurso de tono duro, confrontativo y económicamente liberal. Lo que en las pampas se llama «mano dura».
Larreta, cuyo abuelo es de origen guipuzcoano, hizo el viaje contrario: señalado siempre (con bastante razón) como el cerebro detrás de Macri durante su mandato como alcalde antes de ser presidente, comenzó siendo más conservador –se autodefine peronista– y viró hacia un centrismo más conciliador. Las encuestas otorgan torno al 17% cada uno.
«Ella es una líder del siglo XX, con discurso de barricada, pero no está preparada para una campaña del siglo XXI. Los trabajos demoscópicos nos dicen que la gente quiere que la gobierne un dirigente capacitado, con paz y templanza, no con violencia. Si los estudios dijeran que la gente quiere un payaso, Horacio estaría pintado de tal», comenta a NAIZ con ironía y pragmatismo uno de los coordinadores de la campaña del alcalde bonaerense.
En los últimos días, se ha profundizado el pulso entre Javier Milei y Patricia Bullrich. Para el primero, conviene que la más escorada de Juntos por el Cambio pierda las primarias y le mejoren al ultra las posibilidades de entrar en la segunda ronda presidencial (que está prevista en noviembre). Más de 36 millones de argentinos decidirán hasta dónde quieren llegar con el experimento de la derecha.