Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

‘Jesucristo Superstar’, 50 años cantando y bailando entre el cielo y la tierra

Hace cincuenta años, Norman Jewison asumió el reto de trasladar al cine el musical de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice ‘Jesucristo Superstar’. Una opera rock que jugaba con la atemporalidad y subvertía la condición divina de su protagonista. Todo ello provocó una gran controversia en la época.

Cuando ‘Jesucristo Superstar’ se estrenó en Estados Unidos, el 15 de agosto de 1973, ‘The New York Times’ dijo: «No funciona, ni siquiera con un reparto sudoroso trepando por riscos y cuevas, haciendo muecas conmovedoras y cantando como locos».

Por su parte, el crítico Roger Ebert fue mucho menos severo cuando escribió que «usando la mayoría de las mismas palabras y música, logra ser ligera en lugar de ampulosa. La vida de Cristo parece tener una dignidad innata, pero solo en filmes tan raros como ‘El Evangelio según San Mateo’ (1964), de Pier Paolo Pasolini, o ‘La última tentación de Cristo’ (1988), de Martin Scorsese, Cristo aparece como humano, fuerte y alcanzable. Norman Jewison nos entrega un Cristo simpático en Ted Neeley, quien a veces parece un poco desconcertado por su condición de superestrella».

Ted Neeley todavía continúa encarnado el rol de Jesucristo en musicales recientes. (UNIVERSAL PICTURES)

En general, la recepción de la crítica fue muy tibia y en los Óscar se tuvo que conformar con una candidatura, Mejor banda sonora, que no ganó. Los Globos de Oro, siempre más benevolentes, le otorgaron cinco nominaciones, tres de ellas en sus categorías de Musical o comedia, aunque no triunfó en ninguna.

No obstante, el difícil reto que supuso adaptar en clave cinematográfica el musical creado por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice tuvo su principal oponente entre los sectores religiosos y conservadores. Grupos judíos la cuestionaron por supuestamente ser antisemita, debido al énfasis que pone en los judíos como responsables de la muerte de Jesucristo.

A otros les pareció que la cinta bordeaba o era claramente blasfema, debido a la tensión sexual que se percibe entre el protagonista y María Magdalena.

Tampoco gustó que el relato, tal como en su versión original, excluyera la Resurrección. Y no dejó de llamar la atención que, dentro del elenco principal, el único actor negro fuera el que encarna a Judas, el supuesto villano de la historia.

A pesar de todo ello, la película triunfó en las salas de cine a escala mundial y ello propició que el musical se asentara y perpetuara durante décadas. En Broadway tuvo tres nuevas temporadas –en 1977, 2000 y 2012–, además de sumar en 2012 una versión en vivo para la televisión protagonizada por el músico John Legend.

La historia se centra en el conflicto entre Judas Iscariote y Jesús de Nazaret, durante la semana anterior a su crucifixión. Se inicia desde poco antes de la entrada en una Jerusalén anacrónica, ubicada entre ruinas, en medio de un desierto en el que se intuye un sol abrasador, habitada por hippies y una clase sacerdotal políticamente acomodada a los invasores romanos, hasta su crucifixión.

Ted Neeley encabezó un reparto que incluyó a Carl Anderson en el papel de Judas e Yvonne Elliman como María Magdalena.

Carl Anderson realizó una entregada interpretación de Judas Iscariote. (Universal Pictures)

Un álbum conceptual

Esta mítica ópera rock con música de Lloyd Webber y letras de Rice, surgió como álbum conceptual en 1970 y un año después dio el salto a los escenarios de Broadway.

Adaptado libremente de los Evangelios, el argumento comienza con los preparativos de la llegada de Jesucristo a Jerusalén y finalizando con su crucifixión. La resurrección no fue incluida de manera intencionada para evitar cualquier referencia a la divinidad del protagonista.

El espectáculo se adentra en la sicología de Jesús desde el punto de vista de su discípulo Judas Iscariote, quien es retratado como una figura trágica descontenta con la dirección que ha tomado la doctrina de su maestro, y plantea un enfrentamiento político y personal entre los dos que no está reflejado en la Biblia.

Ian Gillan -Deep Purple- aportó su voz al álbum conceptual. (NAIZ)

El álbum fue grabado con Ian Gillan (vocalista de Deep Purple) como Jesús, Murray Head como Judas e Yvonne Elliman como María Magdalena. En el disco también tomaron parte Mike d'Abo (líder de Manfred Mann) como Herodes y el cantante de glam rock Gary Glitter (acreditado como Paul Raven) en el papel de uno de los sacerdotes, además de una orquesta sinfónica de 56 piezas y 6 músicos rock, entre ellos el bajista Alan Spenner, el batería Bruce Rowland y los guitarristas Neil Hubbard y Chris Spedding.

La grabación salió a la venta en 1970 y consiguió llegar al primer puesto del Billboard en dos ocasiones. Las canciones ‘Superstar’ –interpretada por Murray Head y The Trinidad Singers– y ‘I Don't Know How to Love Him’– interpretada por Yvonne Elliman- prologaron el lanzamiento del disco en formato de single.

Jewison, un cineasta todoterreno

Norman Jewison comenzó su carrera en el cine con cuatro comedias románticas, con Doris Day y Rock Hudson como protagonistas, pero fue Steve McQueen en ‘El rey del juego’ (1965) cuando comenzó a obtener un status de prestigio.

Su segundo largometraje, la sátira sobre la guerra fría titulada ‘¡Que vienen los rusos!’ (1966), fue nominada a Mejor Película, el primer premio de la Academia, de las muchas nominaciones que tuvo Jewison pero que nunca logró a título personal.

El canadiense pasa por ser uno de los directores más versátiles de Hollywood, ha trabajado en numerosos géneros, alternando musicales como ‘El violinista en el tejado’ (1971) y ‘Jesucristo Superstar’ (1973) con comedias románticas como ’Amigos muy íntimos’ (1982) y ‘Hechizo de luna’ (1987) y thrillers como ‘Justicia para todos’ (1979) y la magistral ‘En el calor de la noche’ (1967). A ello habría que sumar su acercamiento a la ciencia ficción con ‘Rollerball’ (1975).