El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha llevado a cabo este miércoles su tercer cambio de gabinete en poco menos de año y medio y ha sustituido a los ministros de Educación, Minería, Bienes Nacionales y Cultura.

Los ministros Marco Antonio Ávila (Educación), Marcela Hernando (Minería), Javiera Toro (Bienes Nacionales) y Jaime de Aguirre (Cultura) serán sustituidos por Nicolás Cataldo, Aurora Williams, Marcela Sandoval y Carolina Arredondo, respectivamente.

«A quienes ingresan hoy al gabinete, les llamo a volcarse de lleno en la misión de este gobierno de avanzar en una sociedad más justa», ha indicado Boric.

El ajuste ocurre tras semanas de presiones por parte de la oposición y tras la renuncia el pasado viernes como ministro de Desarrollo Social de Giorgio Jackson, «mano derecha» de Boric y quien llevaba acorralado desde junio con la amenaza de una acusación constitucional en su contra por una trama de supuestas subvenciones ilegales a fundaciones privadas, conocido como ‘Caso Convenio’.

La oposición de derecha y ultraderecha había condicionado las negociaciones de dos reformas clave (tributaria y de pensiones) a la salida de Jackson, pero el sábado subieron el tono y afirmaron que no era suficiente con su cese.

Clima de presiones

El ajuste ministerial se interpreta así como una concesión hacia la oposición y ocurre un día antes de que los partidos de la derecha histórica, agrupados en la coalición Chile Vamos, acudan a La Moneda a petición del mandatario para retomar las negociaciones sobre la reforma tributaria y de pensiones, piedras angulares del programa oficial.

«Me hubiese gustado que este cambio de gabinete se diera en un clima político distinto, sin esa crispación tan protagonista de los últimos días», ha apuntado el presidente.

«Chile no nos va a perdonar si nos somos capaces de avanzar en soluciones ahí donde ya están claros los diagnósticos desde hace años y si no avanzamos en acuerdos para poner fin, por ejemplo, al drama de las pensiones injustas», ha añadido.

Educación y Cultura

El cambio en la cartera de Educación era uno de los más esperados, pues los profesores llevan semanas amenazando con un paro indefinido y el ya exministro Ávila esquivó por la mínima el inicio de un juicio político.

La oposición chilena llegó a presentar una acusación constitucional contra Dávila por «vulnerar el derecho constitucional de los padres a educar a sus hijos» a raíz de la redacción de dos guías sobre educación no sexista e identidades de género.

La sustitución en Cultura es la mayor sorpresa de esta nueva remodelación porque De Aguirre llevaba solo seis meses en el cargo y queda menos de un mes para el 50° aniversario del golpe militar contra Salvador Allende, una conmemoración que depende de esta cartera.

Toro, por su parte, deja Bienes Nacionales pero no abandona el Gabinete, ya que sustituirá a Jackson en Desarrollo Social.

En los dos ajustes ministeriales anteriores salió reforzado el ala moderada del Gobierno, aglutinada en la coalición Socialismo Democrático e integrada por los partidos tradicionales de la centroizquierda que gobernaron Chile desde la caída de la dictadura (1973-1990), en detrimento del izquierdista Apruebo Dignidad (Partido Comunista y el Frente Amplio de Boric).

Este último cambio no altera el equilibrio de fuerzas dentro del Gobierno, que no tiene mayoría en el Parlamento y al que le queda más de la mitad del mandato.

La primera remodelación ministerial tuvo lugar en septiembre, después de que más del 62% de los chilenos rechazase en un plebiscito una propuesta de nueva Constitución progresista que había sido apoyada por el Gobierno, mientras que la segunda fue el 10 de marzo, un día antes de que Boric cumpliese un año en el poder.