Según ha precisado este miércoles la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Urbas percibirá en varios plazos los cerca de 98 millones de euros del contrato que anunció la semana pasada con el fondo de inversión británico M&G Real Estate para venderle dos bloques de viviendas de obra nueva en alquiler en Bilbo, bajo el esquema de 'promoción llave en mano'.
El pago inicial, que ascenderá al 30% (29,3 millones de euros), será abonado por M&G a la elevación a público del contrato de compraventa.
Ello ha quedado condicionado a varios hitos, fundamentalmente a la obtención de la licencia de obras para la ejecución de la promoción inmobiliaria, el establecimiento de determinadas garantías entre ambas partes, y la ejecución por parte de Urbas de la opción de compra que tiene pactada con los propietarios minoritarios del solar por importe de 12,6 millones de euros, con carácter simultáneo a dicha elevación a público.
Asimismo, explica Urbas, el 55% del precio del contrato (53,8 millones de euros) será abonado proporcionalmente al avance de las obras de construcción de la promoción inmobiliaria, trimestralmente y de forma anticipada.
El restante 15% (14,7 millones de euros) será pagado por la compañía británica a la finalización de la promoción inmobiliaria, coincidiendo con la firma de la escritura pública de compraventa.
La promoción vendida por Urbas (grupo con sede en Madrid que compró la promotora Jaureguizar en 2021) se encuentra en la isla de Zorrotzaurre, donde la inmobiliaria está desarrollando más de 850 viviendas que se suman a las más de 4.300 que hasta la fecha componen su portfolio residencial, con un peso del 45% en «build-to-rent».
El contrato con M&G contempla la promoción «llave en mano» de 314 viviendas, 407 plazas de garaje y 314 trasteros divididos en dos torres de quince y 17 plantas (sobre una superficie de 29.000 m²), que serán transmitidos al fondo británico una vez completados.
Mediante esta operación, la compañía promoverá y construirá estas viviendas destinadas a alquiler, que contarán con hasta tres habitaciones, que podrán ser habitadas en el segundo semestre de 2026.
Más allá de la forma de pago, con la compra-venta de las dos torres ha vuelto a aflorar la polémica sobre el carácter elitista del proyecto de Zorrotzaurre, más en un momento en el que el problema de la vivienda parece urgente y desde distintas instancias se está haciendo un llamamiento a promover el alquiler público y ampliar los parques de vivienda pública.
Además, pese a que ya hay construidas y proyectadas un gran número de viviendas, de momento no hay previsto ningún equipamiento ni servicio público para las alrededor de 15.000 personas que vivirán ahí. Ni escuela, ni centro sanitario, ni polideportivo… en una zona en la que lleva sufriendo el abandono institucional desde hace décadas, como denuncia la asociación vecinal de Deustuko Erribera.