Arnaitz Gorriti

Dos caídas en la recta final dejan a la selección neerlandesa sin dos medallas

Sifan Hassan y Femke Bol ha sido las protagonistas del desaguisado. El marchador español Álvaro Martín se ha llevado el primer oro del Mundial de Budapest, mientras que el lanzador de peso Ryan Crouser se ha quedado a cinco centímetros de su record mundial al arrojar la bola hasta los 23,51 metros.

La neerlandesa Sifan Hassan yace mientras es superada por el trío de etíopes, con Gudaf Tsegay al frente.
La neerlandesa Sifan Hassan yace mientras es superada por el trío de etíopes, con Gudaf Tsegay al frente. (Jewel SAMAD | AFP PHOTO)

La selección neerlandesa de atletismo no olvidará jamás la primera jornada de los Mundiales de Atletismo al aire libre de Budapest. Algiuno que otro, viendo los desenlaces de las finales de los 10.000 metros femeninos y el relevo mixto de 4x400 metros, habrá repetido aquello que el actor Lloyd Bridges dijera en la recordada comedia «Aterriza como puedas»: «elegí un mal día para dejar de esnifar pegamento».

Dos de sus grandes estrellas, Sifan Hassan y Femke Bol, se han ido al suelo en la recta final. Las dos iban en primera plaza en el momento de la caída, pero las dos, hay que reconocerlo, han besado el suelo porque estaban a punto de ser superadas.

La etíope Gudaf Tsegay ha liderado el triplete de su país en la final de los 10.000 metros femeninos, una ganadora que tampoco ha terminado ilesa, ya que los clavos de las zapatillas de Sifan Hassan han lastimado la rodilla de Tsegay, que ha terminado el duelo del fondo sangrando, cojeando y con la rodilla hinchada, en una extraña mezcla de alegría, cansancio, dolor y preocupación, porque a pesar de la pelea, el fair play ha reinado al final.

Ha sido una típica carrera de fondo en una cita como es un Mundial, una carrera táctica en la que no solo Sifan hassan, sino que casi toda la delegación de atletas africanas ha empezado la carrera por detrás y ha ido adelantando a las atletas blancas conforme iban aumentando el ritmo.

Al final, en unas últimas vuelta de locura, Sifan Hassan ha superado a la armada etíope al completo, pero Tsegay no se ha rendido y ha seguido porfiando, al punto de que la nacionalizada neerlandesa se ha preocupado más de cerrar a su rival que de correr en los últimos metros, tan al límite como iba. Pero ya cerca de la meta, se ha vuelto a tropezar con su rival y ha caído de bruces, facilitando el triplete de Etiopía con Gudej y Taye completando el podio.

Recordwoman por el suelo

La eliminación de los Países Bajos en la final mixta del relevo 4x400 metros ha sido todavía más dramática. La selección europea ha mantenido la cabeza de la carrera desde la primera posta, con el añadido de dejarse a Femke Bol, poseedora de la plusmarca mundial de los 400 metros lisos en pista cubierta, para el final.

Sin embargo, la presión de la selección estadounidense ha sido constante, sobre todo por parte de la última relevista, Alexis Holmes, que se ha negado a conformarse con la medalla de plata. La estadounidense ha apretado cuanto ha podido y toda una Femke Bol, que si por algo se caracteriza es por no perder nunca la compostura ni crisparse en la larga recta final de los 400 metros, ha entrado en crisis.

La estrella neerlandesa ha querido apretar el paso para evitar ser superada por Holmes. Pero el agarrotamiento muscular le ha jugado una mala pasada y se ha caído de bruces de forma muy aparatosa, siendo superada por los Estados Unidos, que han superado el récord mundial de la distancia, y Gran Bretaña, que se ha hecho con la plata. Bol se ha levantado y ha entrado tercera, pero al haber perdido el testigo a causa de la caída, la selección de los Países Bajos ha quedado eliminada.

Suerte que estaba tocado

En las otras dos finales de esta primera jornada, el español Alvaro Martín y el estadounidense Ryan Crouyser han sido los grandes ganadores. El extremeño de Lllerena ha sido el ganador de la prueba de los 20 kilómetros marcha, siendo además el ganador de la primera final de estos Mundiales de Atletismo de Budapest.

La carrera de los 20 kilómetros se ha visto retrasada dos horas por culpa de una tormenta con mucho aparato eléctrico, pero eso no ha frenado al marchador hispano, que ha unido este Mundial a un palmarés que ya cuenta con sendos oros en los Campeonatos de Europa de Berlín 2018 y Múnich 2022.

Mientras, el plusmarquista mundial de lanzamiento de peso, Ryan Crouser, ha hecho buenos los pronósticos. Según él mismo, no llegaba el plenitud a la cita de Budapest, pero pese a todo se ha garantizado el oro con un lanzamiento de 22,98 metros, en un concurso de altísimo nivel en el que los cuatro primeros han superado la barrera de los 22 metros. Entre otros, el italiano Leonardo Fabri, medalla de plata con un lanzamiento de 22,34 metros.

Con el oro ya garantizado, Crouser ha querido deleitar al público congregado y a fe que lo ha hecho. Ha lanzado un obús que se ha ido hasta los 23,51 metros, a solo cinco centímetros de la plusmarca mundial que el propio Crouser posee y que, de haber estado en plenitud, a saber hasta qué punto hubiera podido mejorar.

En lo que respecta a la delegación vasca, la gasteiztarra Tessy Ebosele ha pasado a la final de la pruba femenina de salto de longitud, siendo quinta de su grupo con un salto de 6,65 metros.