El acceso a una ducha, señala la fundación en un comunicado, es básico no solo para mantener unos hábitos de higiene y una estética adecuada, sino también para mantener una vida saludable. Sin embargo, agrega, a día de hoy en Iruñea, la mayoría de las personas en situación de calle no tienen posibilidad de ducharse.

El problema, destaca la fundación, se agrava durante el verano, especialmente durante olas de calor como la que tuvo lugar entre los días 18 y 24 de agosto, en la que se alcanzaron los 42 grados de temperatura y las mínimas no bajaron de 25 algunas noches.

El cierre de las duchas de Cáritas

En el comedor solidario París 365 han podido constatar entre sus usuarios y usuarias cómo «el sudor constante, unido a la imposibilidad de refrescarse y lavar la ropa, ha derivado en afecciones como la sarna, los hongos u otras infecciones por insalubridad».

«Todo ello desde que a finales de mayo se cerró el centro San Miguel de Cáritas, donde las personas en calle podían acudir a ducharse y lavar la ropa de manera gratuita», ha asegurado.

La fundación ha explicado que, en estos más de tres meses, el Ayuntamiento de Iruñea «no ha habilitado ningún servicio para sustituir la labor fundamental del centro San Miguel. La única medida ha consistido en habilitar ocho plazas de día en el Albergue de Trinitarios durante los siete días en los que se activó la alerta por ola de calor».

Por lo tanto, denuncia, «a las personas en calle no les queda otra alternativa que la casa de baños municipal», pero «rara vez disponen del dinero suficiente para pagarlo».

París 365 apunta que algunas personas en situación de exclusión social están exentas de abonar estas tarifas siempre que las hayan derivado desde una unidad de barrio, pero «hemos detectado criterios muy dispares a este respecto y, por lo tanto, la mayoría de personas en alta exclusión y en situación de calle realmente no tienen acceso a la casa de baños».