Amaia  U. Lasagabaster
Kazetaria, kirol informazioan espezializatua / Periodista, especializada en información deportiva

Sin acuerdo por el salario mínimo, la primera jornada de la Liga F no se disputará

Patronal y sindicatos han celebrado su tercera reunión consecutiva, que se ha prolongado durante toda la jornada pero que ha concluido sin acuerdo por el sueldo mínimo. El inicio de la competición, previsto para este fin de semana, deberá posponerse.

No habrá Liga F este próximo fin de semana.
No habrá Liga F este próximo fin de semana. (John Thys | AFP)

Por segunda temporada consecutiva, la Liga F no podrá comenzar con normalidad. Hace un año fue el plante arbitral el que impidió que la competición, que estrenaba categoría profesional, pudiera disfrutar de su puesta de largo, al quedar aplazados los partidos de la primera jornada. Esta vez son las jugadoras las que se van a la huelga ante la falta de acuerdo en la renovación del convenio, principalmente en lo que atañe al salario mínimo.

Por tercer día consecutivo, y después de que se convocara la huelga el pasado viernes, patronal y sindicatos han celebrado un acto de conciliación en Madrid. La jornada ha sido maratoniana y la Liga Profesional de Fútbol Femenino, que ya ayer mejoró considerablemente su oferta inicial, ha hecho una nueva propuesta pero, tras consultarlo con las capitanas, los sindicatos han vuelto a considerarla insuficiente. Tampoco la contraoferta de estos ha contentado a los clubes. Así, y pese a que las diferencias serían ahora mismo mínimas, las partes se han emplazado para una nueva reunión pero, teniendo en cuenta que ésta no se producirá hasta el martes, la primera jornada, que debía disputarse entre viernes y domingo, no podrá jugarse. Aunque tampoco ese extremo puede asegurarse al cien por cien, ya que según algunas fuentes contactadas por Naiz, habría al menos un equipo cuyas futbolistas sí querrían jugar su partido.

Desde la Liga se ha condenado «la absoluta falta de voluntad de los sindicatos para alcanzar un acuerdo» y su «absoluto inmovilismo en sus planteamientos económicos», asegurando que no «cederá a la presión ni aceptará propuestas que supongan el colapso económico de la competición, y, por tanto, el fracaso del fútbol profesional femenino».

Hace prácticamente un año que sindicatos (Futpro, AFE, Futbolistas ON, CCOO y UGT)y LPFF negocian la actualización del convenio colectivo. Son muchos los puntos a revisar pero la parcialidad y el sueldo mínimo son los que mayores fricciones han provocado.

Establecido en 16.000 euros con un 75% de parcialidad en el acuerdo suscrito hace tres años, la oferta inicial de la patronal pasaba por un acuerdo a tres años, en los que el sueldo mínimo iría creciendo hasta llegar a los 19.000, mientras los sindicatos se moverían también en un aumento progresivo en el mismo plazo de tiempo, pero comenzando en los 25.000 euros para alcanzar los 30.000. Ante las diferencias notables y la falta de avances, los sindicatos convocaron el pasado viernes una huelga para las dos primeras jornadas de la Liga F aunque, siguiendo la normativa, solicitaron un acto de conciliación previo.

Se celebró el lunes sin apenas acercamientos y se repitió ayer, cuando la Liga F, según explicó posteriormente el propio organismo, mejoró ostensiblemente su oferta, en la que pasaba a eliminarse por completo la parcialidad y el suelo mínimo arrancaría en los 18.000 euros para llegar a los 25.000 en tres años. La propuesta incluía, además, otras prestaciones en materia de conciliación y maternidad o proyectos de ayudas a la formación y desarrollo profesional de las jugadoras. No fue suficiente y las parte se emplazaron a un tercer encuentro, que ha tenido lugar hoy.

En esta tercera reunión, los clubes han mejorado su oferta, que establecería el salario mínimo de esta primera temporada en 20.000 euros, manteniendo la supresión de la parcialidad y con la posibilidad de alcanzar los 23.000 si los ingresos comerciales de la competición –que a día de hoy no cuenta con sponsor principal tras la espantada de Finetwork– aumentan. Los sindicatos también habrían rebajado ligeramente sus pretensiones iniciales pero seguirían reclamando 23.000 euros como salario mínimo para esta temporada, ampliables a 25.000. Las distancias son, por tanto, mínimas, pero siguen existiendo, con lo que tampoco hoy ha habido acuerdo.

Un duro golpe para una competición a la que se le acumulan las adversidades, hasta el punto de ver comprometida su viabilidad. Al margen de su litigio con Finetwork, desde la Liga recuerdan el «ahogamiento económico al que se están viendo sometidos los clubes y la propia Liga F por parte de la RFEF cuando Luis Rubiales estaba al frente, así como por las actuaciones del Consejo Superior de Deportes, entre otras, obligando a dar el 20% de los ingresos comerciales» a la Federación Española, que también ha multiplicado exponencialmente el recibo arbitral o el coste de inscripción de futbolistas, entre otras tasas, sin que el CSD o el Ministerio español de Cultura y Deporte, del que depende, le hayan puesto freno.

Desde la Liga lamentan que «la irresponsabilidad y falta de talante y altura de miras de los sindicatos abocan a clubes y las jugadoras a una huelga que perjudica de manera muy grave la imagen el fútbol femenino español en un momento en el que todos los actores deberían haber entendido el evidente potencial de crecimiento del que todas las partes podrían haberse beneficiado en el caso de haber prevalecido el interés común del proyecto por encima de intereses personales».