El bloqueo azerí del corredor de Lachín ahoga a Nagorno Karabaj
Hace más de 9 meses que no entran medicamentos, material sanitario, ni alimentos básicos a Nagorno-Karabaj. Azerbaiyán justifica el bloqueo del corredor de Lachín acusando a la Cruz Roja Internacional de contrabando en el traslado de enfermos a Erevan y aireando extraoficialmente tráfico de armas.
«Todo empezó como una protesta civil azerí un tanto sospechosa. No tenían un lema común, pero bloquearon el corredor y, desde entonces, solo entra la Cruz Roja Internacional», afirma Vardan Sargsyan, representante del grupo de gestión de crisis formado por el Gobierno de Armenia para Nagorno Karabaj en la zona. Este hombre de mediana edad, con unos perfectos inglés y ruso, es el encargado de vigilar el estado de la crisis en el corredor de Lachín entre Armenia y Nagorno Karabaj. Este corredor humanitario es el único acceso a Artsaj (Nagorno Karabaj) desde Armenia desde incluso antes de la recapitulación de Erevan en la guerra de los 44 días de 2020.
Una protesta civil azerí el 12 de diciembre del año pasado bloqueó el puente que da acceso no solo a los civiles de Artsaj y Armenia, sino a mercancías vitales para los más de 120.000 habitantes de la región. En esta protesta se podían ver pancartas que denunciaban un supuesto ecocidio. Más adelante tornaron en denuncias de contrabando de móviles, tabaco… a la región de mayoría armenia. Poco después llegó una acampada en la mitad del puente para terminar con una construcción militar de hormigón en el lado azerí.
Rusia, como fuerza de paz en la región desde el alto el fuego del año 2020, no interviene. Tiene sus esfuerzos y energías puestos en Ucrania y no desea abrir otro flanco en el panorama internacional, ni aunque Azerbaiyán esté bloqueando ilegalmente el corredor de Lachín. Esta, a priori, debilidad rusa es aprovechada por Bakú para presionar a los armenios que viven en la zona.
Ya hay organismos y expertos que hablan de un posible «genocidio armenio» por parte de los azeríes, como el expresidente del Tribunal Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo. Este letrado envió una carta al presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, pidiendo explicaciones, según publicaba a principios de agosto el diario argentino ‘Clarín’.
Secuestros de armenios en el corredor
Vardan Sargsyan explica a GARA que incluso ha habido secuestros en el puesto militar de Azerbaiyán sin que los rusos hayan intervenido. «Un hombre de 68 años llamado Vagif Khachatryan, quien iba a ser sometido a una operación y al tratamiento posterior por un cáncer en la capital, Ereván, fue sacado del furgón de la Cruz Roja Internacional que lo transportaba y llevado a la capital azerí. No sabíamos nada de él hasta que por presiones internacionales se supo que lo trasladaron a Bakú bajo acusaciones de cometer crímenes de guerra en la contienda de 1991. Sin embargo, su nombre no aparece en ninguna lista pública internacional y creemos que fue un hecho arbitrario. Hablamos de secuestro y no de detención porque las leyes afirman que para detenerlo tiene que haber una orden pública de detención internacional. También hay que avisar a los familiares o a gente cercana, y si se pregunta si está detenido hay que responder afirmativamente. Azerbaiyán no ha hecho nada de esto y hemos sabido de su paradero por organismos que velan por los derechos humanos», afirma Sargsyan frente a los camiones que esperan cruzar a Artsaj.
«Es una flagrante violación de los derechos humanos y la comunidad internacional tiene que tomar cartas en el asunto para que no vaya a peor la situación», afirma por videoconferencia el nuevo Ministro de Asuntos Exteriores de Artsaj, Sergey Ghazaryan, a GARA. «No solo actúan sobre el tránsito de mercancías en este corredor, sino que también aíslan a la población cortando días enteros internet y el teléfono. Acciones que dijeron que nunca harían en los tratados de paz firmados en 2020», recuerda. En el transcurso de la entrevista, el ministro Ghazaryan es cauto y evita utilizar la palabra «genocidio» y continuamente hace referencia a la violación de los acuerdos del 9 de noviembre de aquel año.
«Debido al bloqueo ya no salen camiones hacia aquí. Hay muchos parados en mejores lugares para los camioneros. La mayoría, mientras se resuelve el problema, viven en la ciudad de Goris. Tener un camión parado aquí es una perdida de dinero tremenda», afirma el representante del grupo de trabajo de Armenia para la gestión de la crisis humanitaria en Artsaj.
Este acompaña y habla con los militares que bloquean la carretera para que nadie acceda al lugar sin permiso. Se pretende evitar así cualquier incidente por parte de Erevan. «Nosotros cumplimos los acuerdos plenamente. Los azeríes acusan a Armenia de construir nuevas bases militares y traficar con armas en este corredor a través de la Cruz Roja Internacional (lo que desde Ginebra se ha desmentido varias veces y públicamente). Pero podéis ver la cantidad de nuevas construcciones ilegales que están haciendo en la otra parte sin que Rusia ni nadie intervenga», explica Vardan Sargsyan, mientras señala un túnel en construcción en el lado azerí que no dejan filmar por estar en el ángulo de una vieja torreta de vigilancia militar armenia.
Después de dejar atrás el corredor de Lachín y la larga fila de camiones parados, a unos 500 metros de la carretera se divisa una posición militar. Desde ese lugar, en el lado armenio del corredor, se puede vigilar el paso de vehículos. La tierra fresca removida alrededor nos indica que se trata de una edificación de reciente construcción. Un nuevo puesto azerí levantado en terreno armenio de entre los muchos que sigue construyendo Bakú sin que nadie haga nada.