Maite Ubiria
Aktualitateko erredaktorea, Ipar Euskal Herrian espezializatua / redactora de actualidad, especializada en Ipar Euskal Herria

El OIP alerta de las consecuencias de la canícula en las abarrotadas prisiones francesas

«Episodios de fuerte calor y temperaturas extremas». En este arranque de septiembre, la canícula acapara titulares en los medios de comunicación hexagonales. En prisión, el termómetro se dispara «agravando las condiciones de vida de por sí indignas en que viven las personas presas», denuncia el OIP.

Vista del complejo penitenciarios de Luynes, en la localidad mediterránea de Aix-en-Provence.
Vista del complejo penitenciarios de Luynes, en la localidad mediterránea de Aix-en-Provence. (Julien GÉRARD | AFP)

La sección francesa del Observatorio Internacional de Prisiones (OIP) ha hecho público un comunicado en el que alerta de las consecuencias añadidas que tiene la tardía canícula que afecta desde hace días al Estado francés, con picos de calor que superan los 35 grados.

Las olas de calor que se han sucedido este verano –el cuarto más caluroso desde 1900– «hacen todavía más insoportable la vida cotidiana» de las 74.513 personas encarceladas actualmente en las prisiones del Estado francés, cuya tasa global de ocupación supera el 146%.

«Tres personas compartimos una celda de 10m² en la que hace 40º», daba cuenta recientemente al OIP una de esas personas detenidas.

Presos de otros centros penitenciarios han llegado a registrar en sus celdas temperaturas de 50 grados.

Ya en julio de este año, France Info se hacía eco de un informe relativo a la prisión de Luynes, en la localidad mediterránea de Aix-en-Provence en el que ese récord de temperaturas se tradujo en varias intervenciones de los servicios médicos tanto para atender a personas presas como a miembros del personal exterior que interviene en la prisión.

«Solo esta mañana se han producido tres desvanecimientos en nuestro módulo. En la celda no funciona el frigorífico y se niegan a remplazar el aparato. Nos han dicho que lo pongamos otra vez en marcha, y al enchufarlo ha estado a punto de prender fuego», se puede leer en otro testimonio recabado, en agosto, por el OIP.

Vetusto parque penitenciario

Edificios vetustos, muros espesos, patios de cemento y sin ninguna vegetación, acceso limitado a las duchas... La configuración arquitectónica de las prisiones y las reglas de funcionamiento no se adaptan para nada a los rigores del cambio climático.

La propia controladora general de prisiones, Dominique Simonnot, destacaba tras una de sus rondas por establecimientos penitenciarios que «en algunas prisiones el suelo parecía estar en  punto de ebullición».

El OIP considera insuficiente el protocolo publicado por la administración penitencia, que estará en vigor, de no mediar prórroga, solo hasta el próximo 15 de setiembre.

El organismo no gubernamental censura que la respuesta oficial al desafío canicular se haya limitado a «hacer una serie de recomendaciones» cuya aplicación ha quedado en manos de cada prisión.

Como resultado, los presos relatan que se ha mantenido la prohibición de llevar botellas de agua durante la salida al patio, no se les ha permitido ducharse a diario y se ha dilatado en el tiempo la entrega de ventiladores comprados por sus familias para refrescar mínimamente las celdas.

140 denuncias de abogados

Para mediados de agosto se habían registrado ya 140 denuncias por «condiciones de vida indignas» interpuestas por abogados de personas encarceladas a espera de juicio en prisiones de la región de Occitania. 

Precisamente este 8 de setiembre el Tribunal de Toulouse ha aceptado investigar esas quejas para lo que tomará declaración a responsables penitenciarios.

El OIP advierte de que, mientras no afronte el problema mayor de la sobrepoblación carcelaria y proceda además a la modernización de su vetusto parque carcelario, el Estado francés «seguirá siendo objeto de condenas de los tribunales nacionales y de la Justicia europea».