En 2008, Ken Follett presentó en Gasteiz ‘Un mundo sin fin’, la segunda entrega de la saga ‘Los pilares de la Tierra’, y fue honrado con la escultura que se encuentra junto a la catedral gótica de Santa María, cuya reforma arquitectónica sirvió como fuente de inspiración para su célebre novela.

Ahora, la quinta entrega, que lleva por título ‘La armadura de la luz’, se escenifica inicialmente en la ciudad de Kingsbridge en el año 1792 y seguimos la vida de un grupo de familias cuyos destinos serán dictados por la era de las máquinas.

A través de sus experiencias, la novela ofrece una nueva perspectiva sobre los cambios radicales que sacudieron la Europa del siglo XIX. En plena Revolución Industrial, marcada por conflictos y brutalidad, la situación se complica aún más debido a los ambiciosos planes que planea ejecutar Napoleón al otro lado del mar.

La guerra, que se extenderá por dos décadas, llevará al Regimiento de Kingsbridge bajo el mando del Duque de Wellington a enfrentarse en campos de batalla tan emblemáticos como Waterloo, Vitoria y Ciudad Rodrigo.

Luchas por la libertad

La Batalla de Vitoria, que tuvo lugar el 21 de junio de 1813, enfrentó a las tropas francesas que escoltaban a José Bonaparte en su huida con una coalición de tropas españolas, británicas y portuguesas lideradas por Arthur Wellesley, el futuro Duque de Wellington.

Hoy en día, en la céntrica plaza de la Virgen Blanca de la capital alavesa, se alza un monumento en honor a aquel enfrentamiento histórico.

Follett reconoció haberse sentido «fascinado por las luchas por la libertad y la capacidad de la gente para ganarlas, un tema fundamental que subyace en ‘La armadura de la luz’».

Con más de 188 millones de ejemplares vendidos de sus 36 libros, traducidos a 33 idiomas y publicados en más de 80 países, el autor galés está considerado como una figura destacada en la literatura contemporánea.