El euskara, el catalán y el galego tuvieron su día de reivindicación en el hemiciclo del Congreso. Por primera vez fueron utilizadas esas lenguas de manera permitida y libre por parte de todos los legisladores que así lo decidiesen y con un sistema de traducción simultánea a través de pinganillos y de dos pantallas gigantes.
Los idiomas cooficiales fueron hablados en forma permitida, pero no reglamentaria aún. Lo que se votó es la admisión a trámite por vía de urgencia del cambio del reglamento de la Cámara, que será finalmente aprobado mañana a las nueve. La votación del trámite tuvo 176 síes, 169 noes y dos abstenciones, aunque luego se supo que las dos abstenciones fueron un error de dos diputados de PSOE y Sumar y que hubo otros dos del PP y otro socialista que no llegaron a tiempo a votar. Parece mentira, pero es real.
La relajación en el voto tendría que ver con que los números ya estaban seguros a favor del bloque plurinacional y progresista y será mañana la votación definitiva. Se sabe que PP, Vox y UPN son los únicos partidos que optarán por la negativa y Coalición Canaria, que votó con el PP para definir las autoridades de la Cámara en agosto, esta vez se decanta por acompañar al PSOE, Sumar (que contiene a tres fuerzas soberanistas: los valencianistas de Compromís, los baleares de Ara Més y los aragoneses de la Chunta), ERC, Junts, EH Bildu y BNG.
La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, fue quien utilizó por primera vez el euskara (debido a que a su grupo le corresponde hablar primero que a los jeltzales por tener un escaño más). «Euskal Herrian euskaraz bizi nahi dugu», fue la declaración formal con la que arrancó su discurso. Luego tuvo el gesto con la Cámara de usar el castellano casi a partes iguales durante su intervención. Aizpurua recordó que, si bien lo ocurrido ayer «es algo digno de celebrar», todavía hay muchos vascos que no pueden utilizar con normalidad el euskara en sus trabajos o en algunas oficinas públicas.
El ponente del PNV, Joseba Agirretxea, fue el encargado de defender la proposición e intervino por completo en euskara. «Los que se marcharon antes son los que antes nos castigaban en la escuela por no hablar en castellano», dijo en alusión a Vox y despertó los aplausos de media Cámara. Luego tuvo un áspero rifirrafe con el diputado de UPN, Alberto Catalán, sobre el euskara en Nafarroa.
El viaje de Junqueras
Ciertamente, la atención al comienzo de la jornada se la había llevado el líder de Esquerra Republicana, Oriol Junqueras, quien fue a Madrid para participar de la votación. Frente a la puerta principal del Congreso dijo a los medios que se trataba de «un día histórico», porque ahora «los representantes del pueblo podrán hablar su propia lengua» y que de esta forma se supera «una anormalidad democrática».
«Sería importante preguntarnos por qué no se ha podido hasta hoy», señaló, en alusión a la negativa del PSOE. Cabe recordar que, a mitad de 2022, ese partido votó en contra, junto a las derechas, del mismo cambio de reglamento que ahora favorecen. Preguntado por la prensa, Junqueras señaló que la amnistía «ya es un acuerdo existente» y lamentó que Junts quiera «evitar la coordinación» en la negociación con Pedro Sánchez.
«Le damos la bienvenida a la negociación y recordamos que con la negociación sacamos a los presos de la cárcel, logramos los cambios en la sedición, en la malversación y muchas cosas», subrayó.
Al respecto, y un rato más tarde, la portavoz Míriam Nogueras no se refirió al tema de la amnistía. Apuntó que las declaraciones de ERC deben ser explicadas por ellos y no dio por negociada esa figura legal. En una rueda de prensa totalmente en catalán, ante la sorpresa de los periodistas madrileños, señaló que se trataba «de un día histórico en el que se respetarán los derechos de los catalanohablantes como nunca» y que llevaba al catalán «a donde nunca antes».
También hizo un reconocimiento al ministro de Asuntos Exteriores por «los esfuerzos» hechos para negociar con los estados de la Unión Europea para que acepten la oficialidad de las tres lenguas cooficiales y dijo que se trata «de un proceso sin marcha atrás».
Pleno bronco
El debate, el primero desde la constitución de las Cortes en agosto, tuvo su crispación, asegurada al tratarse de un tema muy caro para el nacionalismo español: la quiebra del monopolio lingüístico en un hemiciclo que simbólicamente está encabezado por dos estatuas gigantes de los Reyes Católicos, al lado izquierdo y derecho de la Mesa. Tras un primer intento del Partido Popular, a través de Cuca Gamarra, de frenar el pleno por un argumento legal (de que no se cumplían los pasos reglamentarios correspondientes), quien rompió el techo de cristal de las lenguas fue, paradójicamente, un parlamentario del PSOE.
El grupo eligió al diputado José Goméz Besteiro como ponente para defender el cambio reglamentario. El legislador por Lugo lo hizo más de la mitad en galego, lo que despertó la fobia de la ultraderecha: todo Vox comenzó a murmurar y ese fue el momento en que se pusieron en pie y se retiraron del hemiciclo.
Todos se dirigieron al escaño vacío de Sánchez (quien está en Nueva York para dar su discurso en la inauguración de la Asamblea General de la ONU) y arrojaron allí los pinganillos que facilitó la Cámara para la traducción simultánea. Cabe aclarar que también se podía leer la traducción en dos pantallas grandes colgadas de los balcones de la tribuna.
El ponente del PSOE defendió que permitir varias lenguas «también sucede en países como Bélgica, Canadá o Suiza» y que era una «superación de una anomalía histórica» que además avalaba en sus fallos el TC. Al tiempo, acusó al PP de haber votado siempre en contra de todas las leyes «que han situado a España en la modernidad»
La portavoz de Sumar, Marta Lois, fustigó a las derechas diciendo que «ya no pueden representar a la España real y solo les queda llamar a la rebelión nacional», en tanto el de ERC, Gabriel Rufián, el primero en hablar catalán permitidamente en la historia del Congreso, calificó también la jornada de «histórica» y dijo que él podía hablar la lengua catalana gracias a sus «abuelos andaluces que sabían que había que amar y respetar la tierra que se pisaba».
A modo de cierre, el ponente del PP, el donostiarra Borja Sémper, decidió hacer tres frases en euskara traduciéndolas inmediatamente al castellano. Ni siquiera eso fueron capaces de soportar los de Vox, que volvieron a retirarse del hemiciclo, tras solo cinco minutos de haber vuelto a sentarse. El diputado, que fue electo por Madrid, cuestionó el trámite parlamentario, lamentó que se «usen las lenguas para dividir y con manipulación política» y recordó que los idiomas se pueden utilizar si el hablante los traduce al momento.
Colegas diputados como Rufián o Agirretxea lo cuestionaron por haber dicho el día anterior que el PP no usaría las lenguas cooficiales «para no hacer el canelo», aunque finalmente la utilizó.