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Joe Biden se une a un piquete sindical en la huelga de la automoción en Michigan

Joe Biden se ha convertido en el primer presidente de EEUU en activo en sumarse a un piquete en defensa de mejores condiciones para los trabajadores de la automoción. Megáfono en mano, ha respaldado sus reivindicaciones y, de paso, desafía a Trump en una batalla por el voto obrero en Michigan.

Joe Biden se dirige a los trabajadores del piquete.
Joe Biden se dirige a los trabajadores del piquete. (Jim WATSON | AFP)

Une imagen inédita, un presidente de Estados Unidos, uniéndose a un piquete de trabajadores del sector de automoción en huelga en el estdo de Michigan.

La Casa Blanca ha calificado de «histórica» esta imagen con la que Joe Biden ha querido mostrar su apoyo al fuerte movimiento social en el sector.

Hablando por un megáfono a los miembros del sindicato de trabajadores del automóvil (UAW), con la gorra en la cabeza, el presidente estadounidense ha recordado los sacrificios que hicieron para «salvar la industria» durante la crisis de 2008. Ahora se merecen un «aumento significativo» del salario, ha afirmado.

Es el primer presidente estadounidense en ejercicio que participa en un piquete. «Wall Street no levantó este país. Lo hizo la clase media. Lo hicieron los sindicatos. Eso es un hecho. Continuemos. Merecéis lo que habéis ganado. Y habéis ganado muchísimo más de lo que estáis siendo pagados», ha añadido el presidente, que presume del ser el más prosindicalista de la historia del país

Este apoyo presidencial en un conflicto social, que enfrenta al UAW con tres gigantes del sector –General Motors, Ford y Stellantis– subraya la importancia que representa Michigan para el demócrata, que hace campaña para su reelección en 2024, y que podría volver a encontrarse frente a su predecesor Donald Trump.

«Es un apoyo importante»

«Es enorme, es un apoyo importante porque él cree en aquello por lo que luchamos, eso me enorgullece mucho», ha señalado uno de los huelguistas, Patrick Smaller.

Después de una fábrica de Ford, Joe Biden ha ido al encuentro de los huelguistas frente a las instalaciones de Stellantis en Belleville, no muy lejos, donde lo esperaba un pequeño grupo de trabajadores.

«Espero que su venida y su apoyo nos ayuden, demuestra a las empresas que contamos con el apoyo del presidente y que con un poco de suerte aceptarán un acuerdo rápidamente», ha afirmado Kristy Zometsky, de 44 años, de los que lleva nueve en este fábrica.

«Que adopte una postura pública y diga que apoya nuestra causa es muy importante», ha añadido Curtis Cranford, de 66 años, que se define como republicano, «debido a la inmigración y el aborto».

Por su parte, el presidente del sindicato UAW, Shawn Fain, ha advertido de que «el enemigo no es un país extranjero a miles de millas. Está justo aquí en nuestra propia zona. Es la avaricia corporativa». «Los directivos creen que el futuro les pertenece. Pertenece a los trabajadores del automóvil. Nosotros hacemos el verdadero trabajo. Nosotros tenemos el poder», ha añadido el sindicalista.

La UAW reclama aumentos salariales de un 40% distribuidos en los próximos cuatro años, la eliminación de las diferencias salariales entre los trabajadores de plantas de las mismas empresas, mayores garantías de seguridad laboral y recuperar las ayudas que tuvieron hasta 2009 para compensar el aumento del coste de la vida.

Batalla con Trump por los traabajadores

Al acudir a Michigan, Biden roba protagonismo a su Trump, que tiene previsto ir al mismo estado el miércoles para cortejar a los trabajadores manuales, en los que pretende basar su reconquista de la Casa Blanca.

Suficiente para hacer de esta huelga ya histórica un tema de batalla política.

Donald Trump, que anunció su viaje antes que el de Biden, ha acusado al presidente demócrata de copiarlo. Y su asesor Jason Miller ha calificado la visita del presidente como «nada más que una mala sesión fotográfica».

Para Joe Biden, el desafío es demostrar que es, por el contrario, el presidente de las clases trabajadoras, defensor de los sindicatos y artífice de la renovación industrial de Estados Unidos.

La huelga se ha extendido a los fabricantes de automóviles General Motors y Stellantis, debido a la falta de avances en las negociaciones sindicales, a diferencia de Ford, donde se han logrado «progresos»".

Cuestionado sobre si el presidente toma partido en el conflicto social, el portavoz de la Casa Blanca ha preferido eludir las preguntas, insistiendo en que Biden quiere sobre todo un acuerdo en el que todos salieran ganando.

El presidente ha querido hacer su apoyo a los sindicatos un sello distintivo de su mandato, y el apoyo del UAW a su candidatura en 2020 le ayudó a inclinar Michigan a su favor, cuando el estado votó por Trump en 2016.

Sin embargo, el Gobierno demócrata es uno de los impulsores del cambio histórico que está viviendo la industria del automóvil, hacia vehículos menos emisores de CO2.

«Cuando camina lentamente fingiendo estar en un 'piquete', recuerda que quiere quitarte tus trabajos y enviarlos a China», ha acusado Trump en su red Truth Social.

Las subvenciones a los vehículos eléctricos previstas en el gran plan climático (IRA) del presidente Biden sólo se aplican a los coches fabricados en Norteamérica.