Todo un símbolo. El líder del PSOE ha recibido en la sede de Ferraz en la tarde de este miércoles al primer secretari del Partit dels Socialistes de Catalunya, Salvador Illa. Si bien el PSC es una entidad jurídica diferenciada del PSOE, en los hechos funcionan como si fueran una sola formación. El gesto de recibir a Illa en Madrid representa la relevancia que tiene la agenda catalana en las negociaciones para conformar un nuevo gobierno con Pedro Sánchez al frente.
También es un símbolo que unas pocas horas antes tuvo un encuentro con la líder de la coalición Sumar y cuarta fuerza parlamentaria, Yolanda Díaz. Con la vicepresidenta en funciones se inauguraron así las rondas de conversaciones en el primer día en el que Sánchez pasa al centro de la escena, tras recibir el encargo por parte de Felipe VI de buscar la confianza de la Cámara una vez fracasado el intento de Alberto Núñez Feijóo.
«El encuentro se enmarca en la comunicación permanente que mantienen Sánchez e Illa en el marco de las negociaciones para la investidura y es el primero que se realiza tras recibir el presidente el encargo del jefe del Estado para buscar los apoyos que permitan la formación de un gobierno progresista. Los contactos [entre ambos} continuarán durante las próximas semanas de forma permanente», explica el comunicado emitido por el PSOE. La decisión estratégica es que Illa tenga un rol importante en el encaje del pacto con los soberanistas, con un ojo puesto en el electorado no independentista (si todo sigue así, el PSC está cerca de recuperar el Govern en las próximas autonómicas).
La táctica en materia de comunicación sigue siendo la misma que hasta la semana pasada: máxima discreción posible en cuanto al proyecto de amnistía y la negociación en general con Junts y ERC, y por otro lado, desgaste al expresidente de la Xunta. «Demasiado tiempo nos ha hecho perder el PP con la investidura postiza de Feijóo», ha lamentado Pilar Alegría, portavoz del PSOE. «No hay tiempo que perder», enfatizó este miércoles antes de anunciar formalmente las convocatorias a los diferentes grupos parlamentarios, que continuarán la próxima semana.
La ronda de Sánchez incluirá entre martes y miércoles a EH Bildu; en diciembre su interlocutor principal era Pablo Iglesias y también Adriana Lastra
Dato nuevo que también es todo un símbolo de la nueva etapa: la ronda de Sánchez incluirá entre martes y miércoles a la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, según informaron a NAIZ fuentes de este grupo. Esa reunión constituirá el primer encuentro con ese grupo político a pesar de ser un socio parlamentario habitual. Cuando se negoció en diciembre de 2019, el interlocutor principal era el entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias, y la antigua portavoz socialista, Adriana Lastra. Las cosas han cambiado.
Fuentes de la dirección de comunicación del PSOE han informado que Sánchez se reunirá con todos los grupos menos con Vox y que «luego la comisión negociadora tomará el relevo para seguir hasta un acuerdo». Los tres personajes clave de los próximos días son, por tanto, éstos: el ministro Félix Bolaños, la ministra María Jesús Montero y el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán. Estos tres socialistas, madrileño, andaluza y navarro, «tienen repartidos los espacios de negociación y los tres reportan directamente con el presidente en funciones», recalcan desde la cúpula de Ferraz.
Las mismas fuentes aseveran a NAIZ que hacen bien los periodistas en descartar una investidura antes de fin de mes. Y directamente imposible antes del 17 de octubre. Lo más probable es que ocurra entre el martes 24 de este mes y el primer martes de noviembre. Pero los socialistas no quieren poner fechas, es una potestad que se quedan para sí: la convocatoria la define la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y no el jefe de Estado.
Quien se ha atrevido a dar un marco de tiempo es uno de los portavoces de Sumar y líder de Catalunya En Comú, Jaume Asens. «Habrá acuerdo seguro. Está lejos, pero habrá acuerdo», ha dicho a TV3 y consideró que el pleno de investidura se celebrará «la primera o la segunda semana de noviembre». No sería del agrado del PSOE, que sabe que un día más es un desgaste mayor por parte de las derechas políticas y mediáticas. Cabe recordar que el próximo domingo habrá una manifestación contra la amnistía en Barcelona y que Vox está organizando otra para el 29 de octubre en Madrid.
Sumar presiona
La información tras la reunión entre Sánchez y Díaz ha sido escueta. El PSOE indicó que se desarrolló «con cordialidad y confianza» y que han acordado «acelerar» para llegar a un pacto antes que acabe el mes.
El negociador público de Sumar, Nacho Alvarez (el verdadero hombre que articula la estrategia y toma decisiones, pero en las sombras, es el jefe de gabinete de la ministra, Josep Vendrell), hizo declaraciones en las que afirma que «la hoja de ruta (social y laboral) no puede quedar retrasada con respecto a la territorial» y asegura que hay acuerdos en esa última materia pero que hay muchos flecos pendientes en el resto.
«Llevamos casi dos meses negociando con discreción. Hemos avanzado en la agenda territorial importante y necesaria pero tenemos pendientes seguir avanzando en la dimensión social y laboral. No puede ser que el próximo acuerdo haga que el gobierno funcione ralentí, queremos programa ambicioso. Tenemos diferencias importantes en materia de reducción de la jornada laboral, en regulación de despido para que sea por una causa jurídica objetiva, y en reforzar el derecho a la vivienda», ha señalado en rueda de prensa.
Lo afirmado es congruente con lo que algunos diputados, sobre todo los de las confluencias regionales, vienen diciendo por lo bajo desde hace semanas. La idea es que se muestre la utilidad de Sumar en la coalición y empujar al PSOE a políticas más progresistas para que el electorado vea por qué debe votar a Díaz, cuya táctica y estilo dista mucho de Podemos, y no a PSOE. Ellos saben que Sumar fue víctima del voto útil en las últimas generales, de hecho.
Belarra (Podemos) insta a no tener que elegir entre «lo malo (dejar las cosas como están) y lo peor (repetición electoral)»
Hablando de Podemos, su secretaria general, Ione Belarra, ha vuelto a desmarcarse de Sumar y ha convocado una rueda de prensa propia, pidiendo a Sánchez «que se tome en serio la próxima legislatura, que no haya que elegir entre lo malo y lo peor. Lo malo sería una legislatura dejando las cosas como están y lo peor sería una repetición electoral, que pondría en bandeja de plata el gobierno a PP y Vox». En ese sentido, pide «responsabilidad» al PSOE, reitera su anhelo de que siga Irene Montero al frente de Igualdad y exigie el congelamiento de los alquileres. Aclaró además que no habla por Sumar sino por Podemos.
Esas subnegociaciones, por llamarlas de alguna manera, también marcarán el destino del próximo posible gobierno: la disputa interna entre los independentistas catalanes y también en la que libra en la llena de heridas izquierda española.