Hace ya diez años la Asociación vecinal de la Ribera de Deustu y Zorrotzaurre denunció mediante un comunicado la situación de abandono que sufría el barrio y el empeoramiento en la calidad de vida que este abandono suponía. Diez años después, y tras varias denuncias puntuales, han vuelto a plantarse y exigir al Ayuntamiento de Bilbo soluciones ante «un abandono que no ha hecho más que aumentar».
«Las personas que vivimos en La Ribera estamos ya muy hartas de ver y padecer como la construcción de la Isla de Zorrotzaurre, que tan bien se vende a nivel de ciudad, nos aboca a un constante deterioro y empobrecimiento de nuestro bienestar. Crece nuestra sensación de estar habitando un barrio que se viene utilizando como trastero de la ciudad. Nuestro barrio se aprovecha para esconder lo que no es conveniente que esté a la vista en el resto de la ciudad», señalan ahora veinte agente socioeconómicos y vecinales en un nuevo comunicado.
Y es que, aunque las obras de este proyecto urbanístico avanzan poco a poco, y de vez en cuando se presenta algún nuevo avance, lo cierto es que actualmente la situación de la zona es desoladora; con edificios abandonados que se caen a trozos; un puente ya construido desde hace tres años pero que no se puede usar; y parcelas con obras interminables, entre otras cuestiones.
A consecuencia de esto, las vecinas y vecinos llevan sufriendo diferentes problemas, como ya denunciaron en esta entrevista con NAIZ. Pero lo que ha acabado por agotar su paciencia ha sido los episodios de inseguridad que se dan por «la absoluta dejadez en que se hallan un montón de pabellones y solares en desuso, y la actitud de pasividad y desatención por parte de quienes tienen la propiedad de estos».
«En una ciudad cada vez más desigual, donde el número de personas que duermen en la calle y en infraviviendas se ha duplicado en los últimos diez años y donde los servicios sociales se ven sobrepasados para atender un problema que supera sus competencias, a las personas que vivimos en La Ribera de Deusto y Zorrotzaurre nos ha tocado acostumbrarnos a ver situaciones que vulneran los derechos humanos más esenciales», señalan los agentes firmantes.
«Las personas en situación de exclusión grave que son expulsadas de las zonas más visibles y céntricas de la ciudad y que encuentran refugio en los pabellones y solares abandonados del barrio, no son un grupo homogéneo al que podamos atribuir características comunes, como mayor tendencia a la delincuencia o comportamientos agresivos. Lo que sí podemos constatar es que la incapacidad para abordar la exclusión y la desigualdad en la ciudad y en concreto en nuestro barrio, provoca problemas serios de convivencia y seguridad y nos negamos a ver como únicas responsables a las personas con diferente origen y color de piel que viven en situaciones de exclusión residencial en pabellones y solares abandonados», añaden.
No entienden cómo desde estamentos municipales u organismos concertados «puede permitirse que se desentiendan de sus propiedades, de manera continua y sistemática, proyectándose una imagen ruinosa que termina por generar múltiples problemas e inconvenientes que afectan seriamente a la convivencia y a la propia calidad de vida en la zona».
Por ello, los vecinos exigen a las instituciones locales una solución integral para abordar esta crisis. Solicitan el derribo o la reutilización temporal de edificios, naves y solares en desuso, así como la adecuada conservación de aquellos que estén destinados a ser preservados. Además, instan a la implementación de medidas no solo punitivas, sino también preventivas, para abordar los problemas de seguridad que afectan al barrio.
El comunicado ha sido firmado por Erriberako Auzo Elkartea, Bekoerri Kultur Elkartea, Bizinahi, Deustuko Erribera Harrera, Espacio Open, Pabellón 6, IED Kunsthal, Piugaz eskalada, Solo Art, BoBo Espazioa, Vintage Bilbao, Ziriak, Jardín Secreto, Estanterías Feralva, Erribera Taberna, Bar Don Cesar, Sigo, Gan Lab Bilbao, Rovel y Maker Faire Bilbao.