Vosotros también seréis responsables
No me voy a extender en enumerar las atrocidades cometidas por Israel contra la población palestina. Quien quiera, puede buscar fuentes autorizadas para informarse sobre el sionismo, la Naqba, las intifadas, el bloqueo y las diferentes operaciones militares contra Gaza, la colonización, el apartheid y la represión. Las hay de sobra, occidentales, árabes y judías. Los datos, las cifras son elocuentes. La asimetría del conflicto es escandalosa y la escalada actual, que no es una guerra, no será una excepción.
El sionismo, el fascismo más duro de los existentes en la actualidad, amenaza con un gran baño de sangre. Netanyahu tuitea el bombardeo de un edificio residencial: «Empezamos. Israel ganará». El ministro de Defensa afirma que en Gaza «no habrá electricidad, no habrá comida, no habrá combustible. Nada entrará y nada saldrá. Estamos luchando contra animales» y el ministro de Transportes añade: «Vamos a ser crueles, no tendremos muy en cuenta a los prisioneros». Un millón de niños palestinos, la mitad de la población, viven sin escapatoria posible en la franja de Gaza, un espacio geográfico no más grande que el Gran Bilbao. Según medios gazatíes, 710 palestinos han muerto ya, 145 de ellos, niños, y 7 periodistas. Es difícil imaginarse la catástrofe humanitaria que provocará Israel en una Gaza empobrecida por 16 años de bloqueo y de la que «nada entrará y nada saldrá».
Entre los posicionamientos políticos me ha llamado la atención el del PNV. El partido jeltzale publicó ayer una nota en la que condenaba el «brutal ataque perpetrado por Hamás» y demandaba a la organización islamista «la liberación inmediata y sin condiciones de las personas secuestradas por Hamás». Ninguna demanda al Gobierno israelí. Ninguna denuncia de sus bombardeos. Así, el PNV consiente las matanzas de familias enteras que ya han sucedido y que no son sino el preludio de un auténtico baño de sangre.
Lo del partido jeltzale, por desgracia, no es una excepción. La inmensa mayoría de gobiernos y partidos europeos apoyan o consienten a Israel en el lento genocidio de la población palestina. El objetivo de esta humilde columna es alzar un dedo acusador porque, sin su apoyo, sin su consentimiento, Israel no se atrevería. Gobernantes occidentales, en vuestra mano está retirar vuestro apoyo a Israel, exigirle que pare y que se siente a negociar y contribuir a evitar una gran carnicería. Si no lo hacéis, vosotros también seréis responsables.