Eres «cool» y no lo sabes, pero ya te explico yo
Lo llaman romantizar la precariedad. En esta época en la que damos tanta importancia a la imagen que transmitimos hacia el exterior, con redes sociales repletas de vídeos y fotografías, saben que nos resulta tanto o más relevante el parecer que el ser.
Así que hay que envolverlo en un bonito papel brillante, con muchos colorines, para que nos resulte atractivo. El recurso más efectivo suele ser el palabro en inglés: fashion, trendy, cool... Juegan con nuestro cosmopaletismo para recorrer parte del camino.
Leo por ejemplo un titular. "«Staycation»: quedarse en casa en agosto durante las vacaciones es cada vez más «cool»". Pero qué «cool» ni qué carajo, que si tienes vacaciones en agosto y te quedas en casa es porque está todo caro de pelotas y la cuenta corriente no está para alegrías. Que es una opción completamente digna, pero que no lo vendan como si fuera la octava maravilla.
Otro titular: "Los jóvenes se resisten a ser propietarios de una vivienda". Se resisten. Cualquiera se imagina a esa pareja con unos ingresos de 5.000 euros mensuales a los que atan a una silla y ponen sobre la mesa una hipoteca de 700 euros al mes, pero ellos se retuercen y arrojan lejos el bolígrafo de un manotazo porque solo aspiran a ser libres como el viento. Si no tienes una casa es porque no quieres.
Un tercer ejemplo: "Que te suban el sueldo, ¿una «trampa» encubierta?". La tesis es que para qué quieres que te paguen más, si no vas a saber administrarlo, lo único que vas a hacer es gastar más y meterte en fregados que no te convienen.
Lo que tienes que hacer es conformarte –y esta es la palabra clave– con la miseria que te damos, y así poder hacer «staycation» en la vivienda que no te has comprado porque no te ha dado la gana.
Si de todas formas no cuela, la receta infalible es vestirlo todo con el sufijo –ing. Porque puede que no nos guste que nos tomen por gilipollas, pero seguro que nos encanta hacer el «gilipolling», siempre y cuando nos aseguren que es fashion, trendy y cool.