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Un expolicía británico es condenado a cadena perpetua por extorsion sexual a menores

La Justicia británica ha condenado a cadena perpetua, de la que tendrá que cumplir al menos 12 años de prisión, a un expolicía llamado Lewis Edward, por extorsiones de carácter sexual a más de 200 menores.

Agentes de la Policía británica, en una imagen de archivo.
Agentes de la Policía británica, en una imagen de archivo. (Lucy NORTH | PA WIRE | DPA)

Edward utilizaba la red social Snapchat para presentarse como un adolescente de 14 años. Tras ganarse la confianza de muchas chicas menores de edad, pidió a 210 de ellas, de entre 10 y 16 años, que le enviaran imágenes pornográficas que grababa de forma secreta.

Posteriormente, el expolicía, de 24 años, chantajeaba a muchas de sus víctimas, amenazándolas con contar todo a sus familias, obligando a las menores a enviarle más imágenes.

Incluso llegó a amenazar a una joven con poner explosivos en su casa y matar a sus padres si no seguía con los envíos.

En el juicio desarrollado en Cardiff (Gales), fueron escuchados los testimonios de algunas jóvenes que pensaron en suicidarse, que sufrieron depresión y que se autolesionaron.

«Pensaba que hablaba a un chico simpático que me quería y que me hacía sentir bien», dijo una de las jóvenes.

«Le dije que no quería enviar más imágenes y me chantajeó amenazándome a mí y a mi familia. Estaba aterrorizada», explicó.

Otros delitos con agentes implicados

Este caso se suma a una sucesión de escándalos en los que aparecen implicados policías británicos, entre ellos el secuestro, violación y asesinato de una joven, en 2021, por un agente en Londres, que fue condenado a perpetuidad.

En este último caso de extorsión a menores, Lewis Edward se unió a la policía en Gales en 2021, para después dejar el trabajo. El condenado se declaró culpable de 138 delitos sexuales contra menores y de 22 de chantaje.

La investigación permitió establecer que había estado en contacto con sus víctimas en 30 ocasiones durante sus horas de servicio.

Al dictar la sentencia, la jueza Tracey Lloyd-Clarke destacó que «no hay duda de que causó un daño considerable» a la institución, al tiempo que subrayó que fue la policía para la que trabajaba la que llevó a cabo la investigación y condujo al acusado ante la Justicia.