Laurent Perpigna Iban

Hassan Nasrallah moviliza a sus partidarios en Beirut: «Todos los escenarios son posibles»

En los suburbios del sur de Beirut, una gran multitud ha asistido al discurso del secretario general de Hezbolá, que hablaba por primera vez desde el 7 de octubre. «Todas las opciones en nuestro frente están abiertas y se están examinando, y podemos recurrir a ellas en cualquier momento», ha dicho.

Partidarios de Hassan Nasrallah siguen atentos el discurso del secretario general de Hezbolá.
Partidarios de Hassan Nasrallah siguen atentos el discurso del secretario general de Hezbolá. (Laurent Perpigna Iban)

Desde que se anunció que el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrallah, hablaría a las 15.00 horas del viernes, Líbano ha estado conteniendo la respiración. Los enfrentamientos entre la milicia chiita patrocinada por Irán y el Ejército israelí han sido cotidianos desde la mortífera ofensiva de Tsahal en Gaza, y el país temía verse de nuevo sumido en una guerra total. Por ello, toda la región parecía estar pendiente de cada palabra pronunciada por Nasralá, con esta persistente pregunta: ¿Impulsará Hezbolá a Líbano a una guerra total?

Este viernes, Beirut parecía una ciudad fantasma. La ausencia y la negligencia del Estado libanés –sin Gobierno y sin presidente de la República desde hace un año– han dado a ‘Sayyed’ el status de un cuasi jefe de Estado.

En las últimas horas, la tensión se ha incrementado. En teasers, al estilo de Hollywood, difundidos en las redes sociales, Hezbolá ha aumentado progresivamente la presión, mientras se intensificaban los enfrentamientos en la frontera sur. Las concisas (y contundentes) declaraciones de los dirigentes israelíes –un general llegó a amenazar con convertir Beirut en una nueva Gaza si Hezbolá entraba en guerra– han añadido aún más confusión al país de los cedros, ya agobiado por una crisis económica sin precedentes.

«Seguiremos a Nasrallah, decida lo que decida»

Dos horas antes del discurso, la plaza Achoura, en los suburbios del sur de Beirut, bastión de Hezbolá, estaba en plena efervescencia. La decoración ha sido cuidadosamente planeada. Junto a los retratos del medio centenar de combatientes del grupo chií que han caído en combate en el sur del Líbano en los últimos días, se alzaba una foto de Jerusalén, acosada por banderas palestinas, iraquíes, sirias e iraníes: el «eje de resistencia» patrocinado por Irán en el que el Partido de Dios desempeña un papel clave.

Miles de seguidores de Hezbolá, que pudieron entrar en el recinto, protegido por francotiradores en los tejados, se mostraron entusiasmados por la importancia del momento. «Este es un momento decisivo, un día que pasará a la historia. Si el ‘Sayyed’ nos pide que marchemos sobre Al Quds [Jerusalén], iremos, esta misma noche», dice Khalil, de cincuenta años.

Los hombres y las mujeres, cada uno ocupando un lado del estrado, gritaban consignas de un lado a otro. «Destruid, destruid, el sionismo», gritaban los primeros. «¡Hezbolá, Hezbolá, ya vamos!», contestaban las mujeres del otro lado. «Nasrallah, responde a tu llamada», se hicieron eco los hombres, antes de que la otra parte de la asamblea respondiera «Gaza, responde a tu llamada».

«No estamos en contra de los judíos. Estamos contra el sionismo y el genocidio que están cometiendo en Palestina», explica Rana, una libanesa de 16 años. «Por supuesto que la posibilidad de una guerra me asusta, pero no creo que tengamos elección», manifiesta.

De repente, Hassan Nasrallah aparece en una pantalla gigante. La multitud estalla en vítores y las ráfagas de armas automáticas resuenan por todo el barrio. Los disparos continuaron durante todo el discurso del ‘Sayyed’.

«Todas las opciones están abiertas»

Muchos partidarios de la milicia chiíta parecían esperar que Hezbolá entrara en una guerra total. Hassan Nasrallah esquivó esta cuestión candente, sin ofrecer una respuesta clara y escudándose en que su partido ya estaba plenamente comprometido en la batalla desde el 8 de octubre.

A lo largo de su discurso, el ‘Sayyed’ ha alternado declaraciones marciales, en particular contra Estados Unidos, con otras más moderadas. La multitud enardecida enloquecía con cada diatriba.

Sin embargo, como sugiere la actitud de su partido, que parece contentarse con un «frente de apoyo» limitado contra Israel, no parece probable ningún cambio inmediato en el conflicto actual.

Al menos de momento. «Una escalada en el frente libanés depende de dos cosas: la evolución de la situación en Gaza y el comportamiento del enemigo sionista hacia Líbano. Lo digo con total transparencia y cierto secretismo: todas las opciones en nuestro frente están abiertas y se están examinando, y podemos recurrir a ellas en cualquier momento», ha explicado Hassan Nasrallah.

Tras la declaración, los partidarios de Hezbolá se han mostrado satisfechos, aunque muchos esperaban más. «Sí, esperaba que entráramos de lleno en la guerra. Pero el ‘Sayyed’ sabe lo que hace. Estaremos a su lado cuando lo decida. Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel», ha concluido Ali, de 20 años, mientras abandonaba el lugar.