La dirección general de Cultura-Institución Príncipe de Viana ha puesto en marcha el proyecto sobre el complejo minero de Lnatz, que se conocía para la historiografía arqueológica desde los años 70 del siglo pasado y en torno cual se realizó en la década de los ochenta una campaña de trabajos arqueológicos que no se habían reactivado desde entonces.
Su alto valor patrimonial, junto al interés y colaboración con el ayuntamiento de la localidad, han permitido el inicio de los trabajos, indica el Gobierno de Nafarroa, que destaca que este proyecto tiene el potencial de «revelar secretos perdidos en el tiempo y enriquecer nuestro entendimiento de la minería antigua».
El proyecto, que cuenta con una visión multidisciplinar y un equipo internacional compuesto por investigadores de la UPV-EHU, así como de las universidades de Toulouse y Burgos, junto a un grupo de arqueólogas navarras, dio inicio el año pasado con trabajos de prospección arqueológica en el barranco de Aierdikoerreka, ubicado en el municipio de Lantz. Este equipo reúne a arqueólogos especializados en minería antigua, geólogos y espeleólogos.
Resultados prometedores
Los primeros resultados, según señalan, ofrecen unas esperanzadoras perspectivas para el estudio de la historia de la minería del cobre en el territorio de Nafarroa.
En estos momentos el complejo minero ofrece ya datos como para situarlo entre uno de los cotos mineros más importantes del Pirineo Occidental, al menos en época romana, tal y como se deduce de las primeras dataciones radiocarbónicas, aunque su origen parece remontarse a la Edad del Bronce.
Desvela una actividad subterránea intensiva, con más de 20 bocaminas y 2.5 kilómetros de galerías topográficas hasta el momento, así como una sorprendente minería a cielo abierto mediante trincheras de enormes dimensiones.
La conexión de estas explotaciones con la calzada romana Tarraco-Oiasso, situada a solo tres kilómetros de distancia, sugiere una inversión masiva en la zona durante el cambio de era.
Trabajos en las minas de Aierdi
Durante los dos últimos años se han realizado trabajos en las minas de Aierdi 8, Aierdi 3 y Aierdi 4. Se han llevado a cabo topografías arqueológicas, levantamientos fotogramétricos para estudiar los sistemas de entibación y andamiajes de época romana presentes en las galerías subterráneas, así como los primeros sondeos arqueológicos de caracterización de los sistemas de explotación mediante el uso del fuego, tal y como es habitual en la minería antigua.
La roca sobre la que se encuentran las mineralizaciones de calcopirita sufrió previamente procesos de karstificación, por lo que en ocasiones se combinan en el interior galerías mineras con conductos naturales que facilitaron el trabajo y la prospección minera.
Este hecho dio lugar, con posterioridad a las explotaciones, a la formación de sorprendentes formaciones espeleotémicas que, lamentablemente, fueron sometidas a expolio el siglo pasado y llevaron al cierre de Aierdi 3 (Basajaun Etxea) y su declaración como Reserva Natural.
En esa línea se está procediendo al cierre de la mina de Aierdi 8 y se está valorando la mejor forma de protección legal para todo el conjunto minero, que podría pasar por su declaración como Bien de Interés Cultural.
Como parte de la iniciativa de preservación del patrimonio, desde el año pasado se han llevado a cabo visitas guiadas al complejo minero durante las Jornadas Europeas de Patrimonio.