Daniel   Galvalizi
Periodista

Sánchez tiene al fin su investidura tras un camino pedregoso y gracias a los soberanistas

El líder del PSOE se apresta a pedir la confianza de la Cámara, que obtendrá este jueves con 179 votos positivos que incluyen a cinco partidos soberanistas. Se espera un duro duelo verbal con Feijóo y Abascal y anuncios sorpresa de medidas. EH Bildu y PNV intervendrían el jueves.

Pedro Sánchez, exultante tras el resultado del 23J, que se materializará casi cuatro meses después.
Pedro Sánchez, exultante tras el resultado del 23J, que se materializará casi cuatro meses después. (Europa Press)

Después de casi cuatro meses de las elecciones generales de julio, Pedro Sánchez ha logrado hilvanar una mayoría que le permite acudir a la investidura con promesa de triunfo asegurado y gracias a un histórico acuerdo multibanda que incluye a los soberanistas vascos, catalanes y gallegos.

El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, tuvo su intento a finales de septiembre, en lo que fue una sesión de investidura fallida, conformando la tríada con Mariano Rajoy y el propio Sánchez, únicos dirigentes que alguna vez tuvieron sesión tras generales y fracasaron. Si hablamos de pedidos de confianza a la cámara en mociones de censura, a la lista se añadirían Pablo Iglesias y Santiago Abascal.

El expresidente de la Xunta no pudo sumar más apoyos que los de la ultraderecha, UPN y CC, mientras que Sánchez ha conseguido el apoyo de 179 diputados: los propios más Sumar (que estará en el Consejo de Ministros), ERC, Junts, EH Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria. Una mayoría transversal y plurinacional pocas veces (o quizás nunca) vista en un Estado europeo, con cuatro formaciones que anhelan la secesión apoyando al partido más grande del régimen.

Sánchez ha conseguido una mayoría transversal y plurinacional pocas veces (o quizás nunca) vista en un Estado europeo. Tendrá más apoyo que Felipe González en 1989 o José Luis Rodríguez Zapatero en 2008

Cabe recordar que representan a nada más ni nada menos que doce millones y medio de ciudadanos (el 53% del total que votó) y que será una mayoría bastante superior a la obtenida en 2020 (cuando ERC y EH Bildu se abstuvieron), y también mayor a la conseguida por Calvo Sotelo en 1981, Felipe González en 1989 y Zapatero en 2008, por dar ejemplos.

Este hito no es baladí sino producto de una complejísima negociación que empujó al PSOE a atravesar límites que hubiera deseado no cruzar, pero la ambición legítima de poder y el liderazgo hiperpragmático de Sánchez pesaron más. El eje central de esta mayoría es, sin dudas, el pacto de amnistía para los encausados por el «procés» entre 2012 y 2023.

Tras negarse rotundamente en todas las campañas a ello y rechazar la proposición hecha por Junts y ERC en 2021 en el Congreso, el PSOE aceptó negociarlo al ponerse en contacto con el partido que lidera Carles Puigdemont una vez que, inesperadamente, la aritmética parlamentaria daba oxígeno a la esperanza de un bloque plurinacional y dejaba afuera a las derechas españolas.

Con una negociación que tuvo un momento de máxima tensión, y amenazas de ruptura, en la primera semana de noviembre, finalmente el jueves pasado hubo acuerdo en Bruselas aunque hasta último momento el culebrón sigue dando que hablar: este lunes, en la proposición registrada por el Grupo Socialista, las firmas de los aliados brillaron por su ausencia. Junts ha dicho que el PSOE pidió que no firmaran el documento. GARA pudo reconstruir por parte de fuentes de Sumar que hasta la portavoz de ese grupo, Marta Lois, rubricó la proposición delante de los diputados en la reunión privada que tuvieron. Sin embargo, «problemas con ERC con la letra fina» de la iniciativa han hecho que Ferraz decida ir en solitario.

La exaltación como propuesta

De los llamados del PSOE a la «convivencia» y la promesa de dejar zanjado un conflicto político que ayudó a judicializar, como es el soberanista en Catalunya, el PP de Feijóo pasó a la ofensiva contundente y feroz, también seguramente bajo el temor de que Vox, alicaído en las encuestas, no vuelva a crecer a caballo de la puja nacionalista.

Desde que la amnistía fue pactada, la derecha jacobina catapultó su embestida mediática y judicial. El caducado CGPJ y tribunales de varias autonomías se manifestaron en contra de que el Congreso debata la amnistía y los medios perdieron el pudor, muchos dando voz o dejando pasar opiniones que en otros países serían constitutivas de delito, como decir que Sánchez es un tirano, que da un golpe de Estado o que entramos en una dictadura.

Pese a las coberturas mediáticas de las movilizaciones, en Madrid no hay hoy oleadas de rojigualdas en los balcones ni conversaciones apocalípticas como en 2017

Feijóo encabezó un multitudinario acto en la Puerta del Sol madrileña acompañado por Isabel Díaz Ayuso y preparan más exaltación para las calles para el próximo fin de semana, sin obviar que hace nueve días hay constantes protestas en la sede de Ferraz todas las noches. Pero quienes respiran el aire de la región metropolitana de Madrid viven una realidad distinta a la que exhiben las terminales mediáticas. A diferencia de, por ejemplo, octubre de 2017, no hay una oleada de banderas rojigualdas en los balcones, ni una conversación cotidiana apocalíptica. Si bien no se puede desmerecer la movilización de cientos de miles de personas del fin de semana, es un acto de sinceridad recalcar que el sector radicalizado y exaltado es segmentado y escorado a la derecha. Las voces progresistas que les disgusta la amnistía no participan de esas protestas y su opinión sosegada se oye mucho menos por el ruido de una minoría que el PP y Vox se encargan de hiperventilar.

El PP dio otro golpe este martes: cambió el reglamento del Senado, en donde tiene mayoría absoluta, para poder retrasar mucho más la aprobación de la amnistía, que no podrán impedir pero sí entorpecer. Los discursos de Feijóo y Abascal se esperan incendiarios.

Detalles de un pleno histórico

Otra peculiaridad es que, a diferencia de todas las últimas investiduras desde la de Rajoy con mayoría absoluta en 2011, Sánchez no precisará de una votación por mayoría simple. Si bien el Congreso contempla 48 horas después del jueves una nueva sesión, los pactos garantizan que el líder del PSOE sea ungido primer ministro el jueves a la tarde por mayoría absoluta (176 o más).

Fuentes de la oficina de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, respondieron a GARA que se decidió que la jornada comience a las 12 (como se hizo con Feijóo) para darle tiempo al candidato a exponer su programa y luego que haya un receso para comer antes de que empiecen las respuestas de los grupos. Sánchez no tendrá límite de tiempo y la duración de las jornadas dependerá de cuánto quiera hablar y de cuánta utilización del tiempo disponible hagan los partidos.

Fuentes de Ferraz mantienen en estricta discreción el contenido del discurso pero dejan trascender que habrá algunos anuncios sorpresivos. Por la tarde hablará con seguridad Feijóo, Abascal y Yolanda Díaz y, según como vaya el tiempo, Armengol decidirá hasta qué hora se estira la sesión y si incluye a ERC y Junts, algo muy probable. Lo más previsible es que EH Bildu, PNV, el Mixto y el PSOE expongan el jueves, antes de la votación.