La cineasta portuguesa Rita Azevedo Gomes recibirá este viernes el Mikeldi de Honor con el que el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbo premia las más de tres décadas de trayectoria de esta creadora. Recogerá el galardón en el acto de clausura del festival, que tendrá lugar en el Teatro Arriaga.
Azevedo ha comparecido este jueves ante los medios, acompañada por el concejal de Cultura y Gobernanza de Bilbo, Gonzalo Olabarria, y la directora de Zinebi, Vanesa Fernández Guerra.
Olabarria ha recordado que el Mikeldi de Honor es un premio que suele darse a directores consagrados, como lo es Azevedo, y que debería de servir para que el público se fijara en la obra más desconocida de la artista.
Vanesa Fernández, por su parte, ha reivindicado el trabajo «ejemplar» de la homenajeada, a la que se ha referido como «una de las cineastas portuguesas contemporáneas más importantes». Asimismo, ha invitado a ver la ópera prima de Azevedo, la película ‘O Som da Terra a Tremer’, esta tarde en el Auditorio del Museo Guggenheim, a las 18.30.
A partir de ‘O Som da Terra e Tremer’, a la que siguen otras películas de medio y largo metraje proyectadas y aclamadas en festivales internacionales –Venecia, Berlín...–, sin embargo, no fue hasta 2016 cuando su cine se dio a conocer ante el público estatal, con el estreno de ‘La venganza de una mujer’, ejemplar adaptación de ‘Las diabólicas’, de Barbey d’Aurebilly, y en 2017 con ‘Correspondencias’, una obra de arte total que la consolidó como una de las grandes directoras europeas. Más tarde llegarían ‘La portuguesa’ (2019), que se alzó con el premio a la mejor película internacional en el Festival de Las Palmas, y ‘Danzas macabras, esqueletos y otras fantasías’ (2020), cinta codirigida con Pierre Léon y Jean-Louis Schefer.
La cineasta se ha mostrado emocionada en Bilbo con el reconocimiento y ha reconocido haberse cuestionado si lo merece. Y es que ha asegurado ser incapaz de valorar su obra y definirla como buena o mala: «Cuando veo mis películas, no soy capaz de valorarlas».
‘Religiosa’ del arte
Azevedo se ha referido al arte como «su religión» y al cine como aquello que le «hace sentir viva». Considera que el arte es lo que humaniza a las personas y que el humano se convirtió en tal el día en el que pintó el primer trazo en una pared.
Se ha mostrado orgullosa de «haber resistido todos estos años en la sombra», ya que cree que trabajar en el mundo del cine es fundamentalmente una cuestión de resistencia. Como ejemplo, ha explicado que en este momento se encuentra trabajando en dos proyectos, sin tener la certeza de si podrá llevarlos a cabo.
Para Azevedo, el cine crea relaciones de afecto sin las cuales no es capaz de entender el séptimo arte. «El rodaje es una hoguera de almas, de personas», ha asegurado. Asimismo, ha explicado que si bien sus películas siguen una misma línea, le gusta hacer siempre «algo diferente».