Natxo Matxin
Redactor especializado en deporte. Osasuna
Entrevista
Juan Manuel Bar y Nicolás Bonanno
Jugadores argentinos de Helvetia Anaitasuna

«Lograr el Diploma Olímpico sería algo increíble para Argentina»

El guardameta Juan Manuel Bar y el lateral Nicolás Bonanno se proclamaron recientemente campeones de los Juegos Panamericanos con la selección de Argentina. El combinado albiceleste reeditó el título conseguido hace cuatro años y ahora ya tiene en el horizonte los Juegos Olímpicos de París.

Bonanno y Bar han probado el sabor del oro en los recientes Juegos Panamericanos disputados en Chile.
Bonanno y Bar han probado el sabor del oro en los recientes Juegos Panamericanos disputados en Chile. (Iñigo URIZ | FOKU)

El balonmano argentino sigue dando pasos hacia adelante y dos de sus mejores exponentes –Juan Manuel Bar y Nicolás Bonanno– forman parte de la plantilla de Helvetia Anaitasuna, en la que ya es su tercera campaña defendiendo los colores de la escuadra navarra y que esta tarde se medirán al Valladolid –Polideportivo Huerta del Rey, 18.00, LaLigaSportsTV– en la lucha por la cuarta plaza, tras la derrota de Ademar en Arteleku.

Argentina revalidó el título de los Juegos Panamericanos, esta vez en Chile. ¿Cómo discurrió el campeonato?

Bar: Fue un torneo bastante duro porque el nivel de los equipos americanos ha crecido. Cuba tiene un bloque muy duro, terrible físicamente, Estados Unidos ha armado un conjunto pensando en los
Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 2028 y Uruguay, al que antes era más sencillo ganarle, también ha dado un pasito adelante. Además, en las semifinales nos tocó la anfitriona Chile.

Bonanno: Habría que resaltar el momento en el que se disputó este campeonato, con las ligas europeas, donde están la mayoría de los jugadores, ya iniciadas. Por ejemplo, nosotros jugamos contra Estados Unidos un lunes y algunos jugadores habían llegado a las seis de la mañana de ese mismo día, a lo que hay que sumarle la carga de partidos, cinco en seis días. Por suerte, supimos llevar bien esa intensidad, fuimos de menos a más, el equipo rotó bastante y demostró autoridad ante rivales importantes.

Como cabía esperar, a la final llegaron los dos principales favoritos, Argentina y Brasil.

Bar: Era lo que nos imaginábamos desde el principio y lo que todos queríamos. Brasil tiene ahora mismo a los mejores jugadores de su historia, pero planteamos un partido tácticamente perfecto. Nos salió todo y emocionalmente supimos llevarlo, fuimos obteniendo diferencias en el marcador hasta que nos fuimos de 6-7 goles y ahí ellos se desesperaron.

Bonanno: A los diez minutos nos expulsaron a nuestro mejor jugador y referente, Diego Simonet. Ahí surgió la duda de cómo iba a responder el equipo, sobre todo sabiendo del rival que teníamos enfrente. Fue el momento en el que otros jugadores tiraron hacia adelante cuando normalmente no gozan de tanto protagonismo.

Un duelo frente a Brasil siempre es especial para un argentino.

Bar: Obviamente, en lo deportivo es como un derbi. Tiene un sabor especial y, aunque hay muy buena relación entre los jugadores de ambas selecciones, la rivalidad es bastante grande. Hace muchos años que la venimos manteniendo y se trata de un partido en el que históricamente se definen un montón de cosas.

«Ganar a Brasil tiene un sabor especial. Aunque hay muy buena relación entre los jugadores de ambas selecciones, la rivalidad es bastante grande»

Y con actuación estelar suya en la final, firmando 13 paradas.

Bar: Me tocó entrar en el minuto 20 porque Leonel Maciel había arrancado en el partido, pero se sintió que necesitaba salir y pidió el cambio. Por suerte, empecé con varias paradas y eso me dio mucha confianza para salir también en la segunda parte. Creo que estuve bien, aporté paradas en los momentos justos, en momentos claves, cuando Brasil se acercaba en el electrónico, y ello nos permitió agrandar una diferencia que nos dio tranquilidad para el tramo final del partido.

Bonanno: Sabíamos que nos jugábamos mucho, porque también estaba la plaza olímpica, acceder a ella en el preolímpico era complicado. En el plano personal, hice un partido correcto durante la final, muy concentrado, intentando no dejarme llevar por las emociones, ya que teníamos en la grada a mucha gente nuestra, a la familia. Creo que lo gestioné bien y ayuda, aunque quede mucho partido partido por delante, el hecho de que casi siempre fuimos con tres o cuatro goles arriba.

¿Y hubo tiempo para la celebración?

Bar: Bueno, dispusimos de unas pocas horas para festejar y estar con la familia, porque a las seis de la mañana ya salía el autobús que nos llevaba al aeropuerto para regresar a Europa, con 14 horas de vuelo de por medio. Para mí, los mejores momentos fueron desde la finalización del encuentro hasta que nos dieron la medalla, esa media hora, que fue algo increíble, una gran alegría, abrazarnos, gritar, cantar… Fue una liberación después de un torneo muy serio.

El triunfo da también la clasificación automática para los Juegos de París. ¿Qué se puede esperar de la selección argentina en dicha cita olímpica?

Bonanno: Va a ser bastante más complicado porque toca enfrentarse a países top a nivel mundial, pero vamos a prepararnos lo mejor posible para plantar cara a todos. Ahora en enero tenemos un Panamericano en nuestro país, donde esperemos llegar a la final, seguramente con Brasil, con lo que será otra revancha. Ya pudimos comprobar en Tokio 2021 lo difícil que es, por la pandemia no pudimos disfrutarlo del todo y ahora vamos a ir con muchísimas más ganas e ilusión. Nunca imaginé que pudiera estar en una Olimpiada, por eso pensé en tatuármelo (lleva los anillos olímpicos impresos en su brazo), y ahora participaré en dos. Una locura.

Bar: Es un torneo de una complejidad muy alta, solo doce equipos, los mejores de los mejores. Los conjuntos europeos, campeones de todo, el mejor de Asia, que suele ser Bahrein o Qatar, ambos súper competitivos, y un Egipto que hoy día está al nivel de cualquier europeo de primer nivel. En Tokio 2021 fuimos competitivos en todos los partidos, contra Alemania, Noruega y España tuvimos opciones al final, pero nos faltó ganar, y ese es el objetivo ahora, vencer. Y lograr un Diploma Olímpico sería una manera increíble de cerrar un ciclo para este grupo, que ya es muy maduro, para muchos van a ser los últimos Juegos Olímpicos.

«En Tokio 2021 fuimos competitivos en todos los partidos, pero nos faltó ganar y ese es el objetivo de París 2024, vencer»

¿Qué le falta a Argentina para dar ese salto y pelear por títulos y medallas a nivel internacional?

Bar: Se van cumpliendo etapas y ciclos. Al principio, Argentina solo iba a los mundiales, pero no ganaba. Después empezó a competir, a vencer en algunos partidos y a meterse en segundas fases. Consiguió estar entre los diez primeros y en Egipto estuvimos a nada de meternos entre los ocho primeros. Quizás nos falta experiencia y también físico, que en los últimos minutos de los partidos es muy importante. El equipo tiene gente con experiencia, para algunos ya es su cuarta Olimpiada y parece que es un buen momento para intentar lograrlo.

Bonanno y Bar posan con la elástica de su país y la medalla de oro. (Iñigo URIZ | FOKU)

Los segundos puestos de Corea del Sur en Seúl 1988 y Qatar en el Mundial de 2015, ambas organizadoras, han sido las excepciones al dominio europeo. ¿Veremos algún día a un país sudamericano en el medallero?

Bonanno: Ojalá me equivoque, pero a mi parecer creo que todavía queda un tiempo para que podamos ver eso. Cualquier selección europea sigue sacando chavales muy buenos, de gran porte físico, que es la mayor diferencia, además del aspecto técnico-táctico.

Bar: Vivimos una evolución constante, respecto a 10-15 años atrás, Argentina y Brasil han crecido muchísimo. A nosotros no nos va a tocar vivirlo, pero sí verlo. En algún momento lo van a lograr, de hecho la selección brasileña femenina ya fue campeona mundial. Paso a paso, el balonmano se está equiparando entre los diferentes continentes.

Ese crecimiento competitivo, ¿se manifiesta también en la práctica del balonmano en Argentina?

Bonanno: No solo cada vez hay más gente practicándolo, sino que los jóvenes dan el salto a Europa de manera más temprana, quieren profesionalizarse cuanto antes porque en Argentina todo es amateur. Y eso hace que el nivel suba.

Bar: Los éxitos de Argentina desde 2011 hacia acá han provocado que la base de jugadores haya crecido enormemente. Aunque obviamente hay muchas cosas por mejorar, esto es importante para el futuro. Por suerte, se han abierto las puertas de Europa para que los jugadores sudamericanos vengan a crecer acá y eso se ve reflejado en las selecciones. Antes era casi imposible, venía el mejor, un Eric Gull y poco más.

Entonces, ¿hay relevo para la albiceleste?

Bar: En la propia selección junior que disputó el último mundial hace poco ya hay muchos chicos que están en Europa, que son profesionales. Cuando yo era junior, eso era impensable, ni soñando. Igual venía alguno para estar en la plantilla B de algún club y nada más. Por eso creo que ahora sí que viene un relevo interesante.

Hablan de que es necesario dar el salto a Europa para crecer. Ustedes llevan ya varios años en el viejo continente y esta es la tercera temporada en Helvetia Anaitasuna. ¿Qué han aprendido en Iruñea?

Bonanno: En mi caso, creo que he crecido en lo personal y en lo deportivo. En esto último, vine como un especialista defensor, pero me ha tocado coger dinámicas en otros puestos en ataque y he ido mejorando en ese aspecto, lo que me ha ayudado a ser un jugador más completo. Por ese lado, creo que me he visto beneficiado.

Bar: Quique (Domínguez) es un técnico muy exigente, te lleva a entrenar todos los días y a competir al cien por cien, no hay ningún momento para relajarse y eso te lleva inevitablemente a un crecimiento. Además, en Asobal la calidad de lanzamiento es muy superior a otras ligas, aquí están los mejores extremos, por lo que eso me ha nutrido mucho. Nico (Bonanno) y yo sentimos que hemos tomado un rol importante en el grupo, lo que te lleva también a un crecimiento más allá de lo deportivo.

«Quique Domínguez es un técnico muy exigente, te lleva a entrenar todos los días y a competir al cien por cien, no hay ningún momento para relajarse»

¿Y Anaitasuna también ha crecido en ese espacio de tiempo?

Bonanno: El equipo ha mantenido un buen nivel hasta la temporada pasada, de la que todavía nosotros buscamos explicaciones porque no puede ser que perdiéramos 10-11 partidos por un gol. Mucha gente hablaba de nuestro comienzo de temporada por aquello de no tener tantos jugadores de peso y sí muchos chavales de la casa, pero el equipo se ha demostrado como atrevido y que no le tiene miedo a quien se plante por delante. Y Anaitasuna siempre pelea y lucha, independientemente de que haya resultados negativos o positivos, eso es algo ante lo que me quito el sombrero.

Bar: Estamos jugando más en equipo que nunca, el sistema está funcionando y se está logrando mucho lo que quiere el entrenador, algo que nos está salvando en momentos críticos. Quizás también ha aparecido más ese juego en equipo porque en otro momento había jugadores más preponderantes en lo individual que ahora ya no están. Nos da mucho el estar bien a nivel grupal y colectivo.

Es la línea a seguir, ¿no?

Bar: Creo que sí, es lo que el entrenador quiere, la intención que siempre tuvo. Paradójicamente, se está dando esta temporada que, a priori, parecía la más complicada, con menos nombres. Pero el funcionamiento está siendo el mejor y acompañan los resultados.

De momento, el equipo está inmediatamente después de los puestos que dan derecho a jugar en Europa. ¿Se habla de ello en el vestuario o mejor no hacerse demasiadas ilusiones?

Bonanno: Después de lo que sucedió el año pasado, el equipo sabe que en esta liga puede pasar cualquier cosa, la igualdad es tal que el último le puede ganar al segundo o tercero. Y aprendimos de ello. Lo mejor que puede hacer el equipo es seguir trabajando con humildad y pensar solo en el siguiente encuentro. Ahora viene Valladolid, que será un partido jodido porque ellos están muy bien, pero les vamos a plantar cara.

Bar: Pensar en Europa o en los puestos de arriba no es lo que más nos conviene. Nuestro primer objetivo debe ser estar tranquilos, sin tener que mirar a la salvación. Y después ir partido a partido, sin presiones, no va a pasar nada si no quedamos entre los puestos europeos.

Ambos finalizan contrato con Anaitasuna esta temporada. ¿Qué expectativas tienen?

Bonanno: Ahora mismo no estoy pensando en ello. Todavía es temprano para plantearse el futuro, seguramente cuando llegue el final de año se verá un poco más. Hay que estar concentrados en la primera parte de la temporada, que es lo importante para mí.

Bar: Es muy pronto para ponerse en eso, que te puede sacar del eje que es la Liga. Quizás en las vacaciones de invierno haya tiempo de empezar a ver o hablar de eso. A mí personalmente me gustaría seguir en la Asobal y obviamente Anaitasuna me encanta como club, pero todavía no hay ningún movimiento, ni nada.