Lola Vendetta siempre ha tenido que moverse en un mundo que se rige por las reglas del patriarcado: todo tipo de violencias machistas y la desigualdad entre hombres y mujeres ha sido algo habitual en sus aventuras. En su nueva entrega titulada ‘Katanazo al amor romántico’, su autora Raquel Riba Rossy aborda la violencia machista de manera mucho más clara que en sus anteriores titulos y coloca a su personaje en una situación extrema.

Según explica Riba Rossy, «este libro ilustra el shock post traumático tras vivir una relación de violencia machista. Veremos los matices del trabajo de artesano llevado a cabo por el maltratador y cómo Lola afronta su Síndrome de Mujer Maltratada –término acuñado por la psicóloga Lenore Walker en 1984–. También indaga en la importancia de las redes de apoyo para salir de situaciones de abuso y vivir una correcta recuperación».

La protagonista consigue salir adelante y hacer frente a esta gran herida gracias a sus amigos y a su familia, que le insisten para que reciba ayuda profesional. Entre su red de apoyo también está Pepito –su perro, que la mantiene con los pies en el suelo cuando su subconsciente es asediado por, incluso, ideaciones suicidas– y la Asociación de las Mujeres Árbol –nombre que nace del mural de la Latina en Madrid– donde pondrá los pies al final de esta novela gráfica, para empezar su necesario acompañamiento psicológico.

El shock post traumático se refleja en los recuerdos intrusivos de la relación tóxica que sufrió la protagonista y aparecen en su mente en cualquier momento, sin que ella tenga ningún control sobre ellos. La autora reveló que «esta sensación de alerta constante, de fatiga, de vacío y de vértigo está representada, además de con los mismos flashbacks al pasado, con un garabato rojo que la atrapa cuando algo subconsciente hace saltar sus alarmas».

Estos garabatos aparecen por primera vez en el momento en que un chico con el que tiene una cita, hace chirriar la silla al desplazarla hacia atrás, recordándole a los cabreos espontáneos de su expareja. Lola Vendetta queda totalmente atrapada por el garabato rojo. Como muchas otras víctimas de shock post traumático tras una historia de abuso, Lola tampoco reconoce por qué la atrapan y paralizan estos hilos hasta mucho más adelante e intenta seguir con su vida como puede, normalizando lo que sucedió y diciéndose a sí misma que no fue tan grave.

El origen de una katana liberadora

‘Lola Vendetta’ nace de la mano de su creadora, Raquel Riba Rossy, alrededor del año 2013. En realidad, ni siquiera su autora es capaz de saber cuándo nació, porque las primeras viñetas las dibujó en recortes de papel que se vendían en la Universidad de Bellas Artes por pocos céntimos y dichas viñetas se almacenaban en carpetas, en su habitación, por meses.

Sobre aquellos días, Riba Rossy recordó que «un buen día, se las enseñé a mis compañeras de piso de aquel entonces y ellas insistieron en que las colgara en las redes sociales. Aquellas viñetas vieron la luz en Facebook en el año 2014 por primera vez, así que se puede marcar esa fecha como el inicio del personaje».

Desde que Lola Vendetta nació hasta ahora, ha pasado por un montón de fases distintas y ha navegado por distintos temas: salir de una relación de maltrato psicológico, el acoso callejero, la importancia de tener una buena red de amigas y amigos, la educación sexual, el autoplacer, el autocuidado, la comunicación asertiva, la gestión de la rabia y los derechos humanos en general.

A la hora de describirla, su creadora dijo: «¿Es entonces Lola Vendetta un personaje que todo lo hace bien y que su ética es impecable? No. De hecho, es bastante lianta. Como todos los seres humanos de este mundo, ella lidia con sus propias contradicciones e inseguridades durante toda su trayectoria. Y eso la lleva también a una evolución a lo largo del tiempo».