Más dos años y medio de negociaciones entre EH Bildu, el PNV y el Departamento de Educación empezaron a dar señales de «fatiga de los materiales» cuando el lehendakari hizo público en una entrevista en Radio Euskadi que en la Ley de Educación primaba el acuerdo con el PSE, que suman mayoría absoluta, y que si alguien quería incorporarse, pues muy bien. El derrumbe comenzó a ser inminente cuando el 3 de octubre ambos partidos registraron una enmienda común que fija la vigencia de los modelos lingüísticos de hace cuarenta años. Y todo voló por los aires el 20 de ese mes, al llevar Iñigo Urkullu la prevalencia de esos modelos, más allá de lo que recoge la propia enmienda.
El PNV admitió en privado a sus interlocutores que lo que estaba ocurriendo era decisión del lehendakari y que no iban a hacer nada por corregirlo. El propio consejero de Educación, Jokin Bildarratz, que tan buen trabajo había hecho para generar consensos, dio muestras de tirar la toalla.
Y en las reuniones de ponencia se pasó del diálogo a los monólogos, y PNV y PSE han ido rechazando sin explicaciones, prácticamente con monosílabos, todas las enmiendas sustanciales de la oposición, entre ellas las de EH Bildu, alguna de las cuales en su momento había generado una valoración incluso muy positiva del equipo negociador gubernamental.
Sin ni siquiera respuesta
Al inicio de las sesiones de ponencia, EH Bildu entregó al resto de grupos una propuesta para buscar acuerdos. No obtuvo respuesta. El pasado martes, antes de acabar las reuniones de la ponencia, EH Bildu presentó un último intento de poder retomar el consenso que hubo en abril de 2022. Pese a que se ha estado filtrando que había algún tipo de negociación, EH Bildu lo ha desmentido y ha asegurado a este medio que ni siquiera ha habido el más mínimo contacto. Ni una llamada por teléfono.
La respuesta tenía que haber llegado antes de que ayer los servicios jurídicos del Parlamento remitieran a los grupos el informe que recoge lo hablado en la ponencia. Conocido ese documento, el parlamentario de EH Bildu Ikoitz Arrese publicó en redes sociales el mensaje «Malas noticias para futuras generaciones vascas. PNV y PSE han preferido pasar el rodillo que aunar un consenso amplio en torno a la Ley de Educación. Se blindarán los modelos lingüísticos que no euskaldunizan y se abre la puerta a la financiación sin límites de la concertada». Y anunciaba para la próxima semana una propuesta de voto a las bases, presumiblemente de rechazo.
Ni lo ya acordado
La última oferta de mínimos de EH Bildu pretendía que la ley especifique que los centros concertados, para lograr financiación pública, «cumplirán» unos principios fijados. Y proponía cinco nuevos artículos. Los dos primeros, literalmente copiados del Acuerdo Educativo firmado por PNV, PSE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU. Rechazado todo sin respuesta.
En materia lingüística, EH Bildu hizo propuestas para aclarar que los tres idiomas no podían tener el mismo tratamiento. Y, en concreto, sobre los modelos, presentó una enmienda consensuada inicialmente con el PNV el 29 de setiembre que recoge «los derechos reconocidos y principios establecidos en el Estatuto de Gernika», aunque propone «un desarrollo normativo» de la Ley del Euskara para «actualizar» «el sistema de modelos lingüísticos».
Pese a haber alcanzado este acuerdo con EH Bildu, el PNV acabó firmando junto al PSE la enmienda que incluye los modelos en el proyecto de ley y que, según han explicado expertos en derecho, tendrá como consecuencia un plus de inseguridad jurídica que puede hacer que quien acabe marcando las decisiones sobre las lenguas en algunos centros sea el TSJPV.
A la vista de la decisión tomada ahora por el EBB, no se entiende fácilmente que hayan consentido a Urkullu ir tan lejos en lo que debía ser un acuerdo de país.