En menos de dos meses, Ashraf y su familia se han quedado sin casa tres veces. Con los bombardeos y tanques militares de Israel siempre pisándoles los talones, han tenido que peregrinar de un punto a otro desde el norte de la Franja de Gaza hasta el extremo sur, donde han quedado acorralados cientos de miles de gazatíes en condiciones paupérrimas.
Con su mujer y diez hijos a cuestas, Ashraf al Nahal tuvo que abandonar su hogar en el campo de refugiados de Al Shati, en el norte de la Franja, para albergarse en la ciudad de Gaza, el corazón del enclave palestino. Cuando esa urbe quedó reducida a escombros y cenizas, rodeada por las fuerzas terrestres de Israel, huyó a hacia la mitad sur del enclave, a Jan Yunis, tal y como lo ordenaban los millones de octavillas que lanzó desde el aire el Ejército.
Pero ahora, con una ofensiva cada vez más extensa, el mismo Ejército califica esa región como «peligrosa zona de combate» y ha ordenado su evacuación ante la miríada de bombardeos que lanza y la inminente llegada de sus tropas terrestres.
Destartaladas camionetas pick-up salen de ahí abarrotadas de personas, en medio de una zona de desastre: edificios derrumbados y todavía humeantes de los bombardeos, heridos que nadie atiende, autos calcinados, objetos personales desperdigados, y todo cubierto por una espesa capa de cenizas que se hizo lodo con las lluvias.
El área de Jan Yunis que el Ejército ha pedido evacuar corresponde a más del 20% del territorio gazatí, y albergaba a unos 469.000 habitantes, además de miles de desplazados, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
«Hemos empezado a desear la muerte»
Acorraladas cada vez más hacia el sur, a las familias desplazadas les queda una sola opción: volver a desplazarse, esta vez a Rafah, una ciudad junto a la frontera con Egipto que tampoco está libre de fuego. La noche de este domingo, fue bombardeada y hubo decenas de muertos.
Allí viven hacinados cientos de miles de desplazados, muchos a la intemperie a las puertas del invierno, en medio del brote de epidemias, el colapso de los hospitales y la escasez de agua, alimento, medicinas, electricidad y combustible.
Ashraf logró llegar a Rafah, pero con los bolsillos ya vacíos. Rebusca entre la basura y escombros esperando encontrar algo que sirva para erigir, otra vez, un refugio: palos de madera a falta de vigas, rocas grandes en vez de cimientos, un pedazo de plástico que será el techo, cobijas o tapetes empolvados para el piso. Además, tiene que encontrar agua y pan para sus niños, al menos para este día.
«Mi familia y yo hemos empezado a desear la muerte... al menos estaríamos en paz. Para qué seguir vivos si de todas formas solo viviremos para que los israelíes nos quieran muertos. Si ya estuviéramos muertos, al menos estaríamos libres de toda esta miseria y este dolor», explica a la agencia Efe.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, dijo este domingo que sus fuerzas «continúan ampliando sus operaciones terrestres», y que bombardean para «reducir las amenazas» para sus soldados.
Por su parte, el Ministerio de Salud en Gaza asegura que «la ocupación amplió el alcance de sus ataques contra civiles, no dejó ni un centímetro de Gaza sin bombardeos, y afirma falsamente la existencia de zonas seguras».
Nuevo desplazamiento
En Rafah, decenas de carpas empiezan a brotar sobre una explanada arenosa. Un niño ayuda a su padre cortando madera con un serrucho, una bebé duerme a la intemperie en una colchoneta sobre el piso, un adolescente permanece inmóvil frente a la escena, con la mirada perdida.
«Los judíos dijeron que Jan Yunis y Hamad eran peligrosas, por eso vinimos a Rafah. Ojalá sea segura, que sean honestos esta vez, porque estoy intentando instalar una carpa», dice a EFE Ibrahim Abdullah, un anciano de 72 años, mientras cava en la arena sin más herramienta que sus manos.
Una mujer de apellido Salama, quien no ha querido revelar su identidad, cuenta que los últimos días en Jan Yunis fueron insoportables. «Bombardeos, ataques... yo tengo una enfermedad cardíaca, tuve dos ataques del corazón, los judíos mandaron mensajes a los móviles para que saliéramos de casa, si no, será nuestra responsabilidad. Ya no estoy joven para andar en estas marchas, tengo 75 años, necesitamos un refugio», detalla.
La operación de venganza de Israel contra Gaza estalló el 7 de octubre tras un ataque sin precedentes de Hamas que dejó más de 1.200 muertos en Israel. Desde entonces, las fuerzas aéreas, navales y terrestres israelíes han atacado la Franja sin cesar, excepto durante una tregua de siete días, dejando más de 15.520 muertos, 41.316 heridos, más de 7.000 desaparecidos, y 1,8 millones de desplazados, el 80% de la población total.
«La ocupación israelí quiere poner fin a la presencia palestina en la Franja de Gaza, ya sea mediante matanzas o desplazamientos forzados», indica Ashraf al Qudr, portavoz del Ministerio de Salud. «Las personas desplazadas en centros de acogida están expuestas a un desastre humanitario y de salud sin precedentes, que se cobrará la vida de miles de ellas por la propagación generalizada de enfermedades respiratorias, cutáneas y otras infecciones», advierte.
316 muertos en Gaza en un día
Según cifras reportadas a Naciones Unidas por la entidad sanitaria de Gaza, los ataques de Israel contra Gaza causaron al menos 316 muertos y 664 heridos únicamente este domingo, mientras que la distribución de ayuda humanitaria se ha vuelto a restringir severamente.
La gobernación de Rafah fue la única en Gaza donde hubo en las últimas horas alguna entrega de ayuda a la población (sobre todo harina y agua), mientras que los suministros de supervivencia hacia el área de Jan Yunis se paralizaron debido al aumento de las hostilidades.
Asimismo, reportó que el sector medio de la Franja de Gaza –desde el cual Israel decidió cortar en dos el enclave, centrando sus ataques masivos en el norte y ordenando a su población desplazarse al sur– ha quedado «desconectado» del sur tras la prohibición de Israel de cualquier desplazamiento, incluido de ayuda humanitaria. Esto a la vez ha detenido por completo el limitado acceso que hubo durante la tregua al norte de Gaza, donde siguen viviendo decenas de miles de civiles.
Ataque contra las escuelas en Gaza provoca 50 muertos
Al menos 50 personas han muerto y decenas han resultado heridas este lunes en nuevos ataques de las fuerzas de Israel contra dos escuelas situadas en la Franja de Gaza.
Los ataques han tenido lugar contra dos escuelas del barrio de Al Daraj, en la ciudad de Gaza, donde se encuentran cientos de desplazados. Una de estas escuelas está vinculada a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, según informaciones de la agencia de noticias palestina WAFA.
Ha advertido de que decenas de heridos han tenido que ser trasladados al Hospital Bautista, que se encuentra en la zona de Al Zaitún, si bien las ambulancias y los equipos médicos se enfrentan a graves dificultades para llegar a los heridos y evacuarlos.
Asimismo, decenas de personas han muerto o han resultado heridas en bombardeos contra varias viviendas de la zona, si bien previamente otras siete personas habían fallecido debido a los ataques contra un edificio residencial de Jan Yunis, en el sur de la Franja.
Cinco muertos en Cisjordania
Por otro lado, el Ejército de Israel ha matado este lunes a cuatro palestinos en Cisjordania, según han denunciado las autoridades palestinas, que han elevado a más de 256 los palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este desde el 7 de octubre.
El Ministerio de Sanidad de la Autoridad Palestina ha informado en su balance diario de que hay además 26 heridos por disparos de arma de fuego, cinco heridos por impacto de bolas de metal cubiertas de goma, ocho afectados por inhalación de gas lacrimógeno, un herido por metralla y cuatro lesionados por palizas.
El Ministerio ha indicado en un mensaje en su cuenta en la red social Facebook que dos jóvenes han muerto tiroteados en Qalqilia, antes de agregar que los cadáveres permanecen en estos momentos en manos de las fuerzas israelíes.
Fuentes locales citadas por la agencia palestina de noticias WAFA han señalado que los dos fallecidos, que no han sido identificados hasta el momento, han sido tiroteados por militares de Israel cuando iban dentro de un vehículo. Otras dos personas han resultado heridas y han sido ingresadas en un hospital de la localidad, mientras que otros palestinos han sido detenidos.
Posteriormente, el Ministerio de Sanidad palestino ha denunciado la muerte de un tercer palestino, Alí Ibrahim al Qam, de 32 años, tras ser tiroteado por las fuerzas israelíes en Qalandia, sin que por el momento haya más detalles sobre el incidente.
Además, el Ministerio de Sanidad palestino ha informado de la muerte de dos hombres de 23 y 22 años en Sair, cerca de Hebrón, en el norte de Cisjordania, en un ataque de fuerzas israelíes. Los fallecidos han sido identificados Anas Ismail al-Froukh y Mohamad Saadi al-Frouk.