El proceso, en apelación, por el que la asociación Mémoires et Partages cuestiona la denominación del barrio La Négresse (la negra) de Biarritz, se ha celebrado este jueves en el Tribunal Administrativo de Pau.

El abogado que ha representado a la asociación, con base en Burdeos, ha demandado que se deroguen las dos decisiones municipales por las que el Consistorio de Biarritz consagró esa denominación del barrio, que ha tildado de «racista y sexista».

Aunque a raíz de que saltara la polémica sobre la denominación ha ido desapareciendo de la iconografía del barrio, algunos establecimientos de esa zona de la villa balnearia, situada en torno a la estación de tren, siguen utilizando la imagen de una mujer antillana que trabajó en un local hostelero dos siglos atrás.

El nombre de La Négresse figura en un edicto municipal de 1861, según indican los archivos municipales de la ciudad labortana.

En 1986, mediante otra decisión plenaria, se ratificó ese nombre que es utilizado además como identificativo de una calle.

Nombre en euskara, Harausta

Sin embargo, los impulsores del recurso judicial recuerdan que la denominación original en euskara del barrio era Harausta, un nombre que hacía alusión al ambiente gris y polvoriento de esa zona industrial y ferroviaria.

«Nuestro abogado ha recordado que en Francia existe toda una jurisprudencia respecto a la anulación de decisiones municipales de establecimientos o calles que ofenden la dignidad humana o perjudican la imagen de una ciudad», ha explicado Karfa Sira Diallo, presidente de Mémoires et Partages, en declaraciones a ‘Mediabask’.

En 2021, siguiendo la recomendación de la misma asociación, los dueños de un conocido local baionarra cambiaron la denominación Café Negro para rebautizar su cafetería como Kafe Beltza.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Biarritz no ha seguido por senda y en la audiencia celebrada esta tarde en Pau su abogado ha defendido que la denominación del barrio como La Négresse «no tiene nada de ofensivo, sino que responde a una tradición que no perjudica a nadie».

El informe del ministerio público coincide con esa opinión, ya que expresa que la decisión del Consistorio de dar el nombre de La Négresse se produjo cuando la esclavitud ya había sido abolida en el Estado francés «por lo que no cabe atribuirle connotación racista o de carácter ofensivo para la dignidad humana».