El nuevo Ejecutivo argentino ha anunciado una devaluación oficial del 50% en la moneda del país y un paquete «de urgencia» con eje en el recorte del gasto público.
El encargado de anunciar las medidas ha sido el ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, quien ha remarcado que «no se puede seguir gastando más de lo que recaudamos».
La moneda del país pasará a cambiarse de 366,45 a 800 pesos por cada dólar estadounidense, según ha declarado Caputo en un discurso recogido por la agencia de noticias argentina Télam.
Durante su intervención, el ministro ha asegurado que el principal problema del país es «el déficit fiscal» y que estas medidas están encaminadas a solucionar esta cuestión y «evitar una catástrofe».
Argentina está actualmente golpeada por un 140% de inflación anual y con niveles de pobreza del 40%.
«Vamos a estar durante unos meses peor que antes», ha advertido Caputo. Pero «si seguimos como estamos, vamos inevitablemente camino a una hiperinflación».
«El Gobierno viene a arreglar este problema de raíz para no tener que padecer más inflación y pobreza», ha añadido Caputo que, a pesar de las políticas de recorte de gasto público, mantendrá «los planes ‘Potenciar Trabajo’ de acuerdo al presupuesto 2023» y duplicará tanto la asignación universal por hijo y como la ‘Tarjeta Alimentar’.
Contratos del Estado y obra pública
Otras de las medidas que buscan recortar el gasto público son las de «no renovar los contratos laborales del Estado que tengan menos de un año de vigencia» y de suspender la publicidad estatal durante un año.
Además, ha confirmado que el Estado no ofrecerá más concursos de obra nueva pública y la cancelación de las ya aprobadas, pero que aún no hayan comenzado debido a que «no hay plata para pagar obras que muchas veces terminan en los bolsillos de los políticos y empresarios».
Respecto a la reducción de los subsidios a la energía y al transporte, el titular de la cartera ha explicado que sostener «precios bajísimos» en estos sectores se produce a base de «pagarlo con inflación».
La directora de Comunicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Julie Kozack, por su parte, ha mostrado su respaldo a las medidas anunciadas por el Gobierno argentino, que constituyen «una buena base para proseguir las discusiones encaminadas a reconducir el actual programa respaldado por el Fondo».
«Estas fuertes acciones iniciales apuntan a mejorar significativamente las finanzas públicas de una manera que proteja a los más vulnerables de la sociedad y a fortalecer el régimen cambiario. Su aplicación decidida contribuirá a estabilizar la economía y a sentar las bases de un crecimiento más sostenible y liderado por el sector privado», ha asegurado, según un comunicado de la portavoz del organismo, María Candia.
El presidente de Argentina, el ultra Javier Milei, llegó al poder prometiendo grandes políticas de recorte de gasto público y de austeridad, y durante su discurso de investidura afirmó que su plan de choque para la economía provocará que «de corto plazo la situación empeorará», aunque añadió que ello sentaría las bases de la «reconstrucción del país».