Tras la aprobación ayer jueves de seis leyes en el Parlamento de Gasteiz, PNV y PSE han cerrado este viernes el presupuesto para 2024 y ahora queda la tramitación final de la Ley de Cambio Climático prevista para febrero, con lo que se da por hecho que la legislatura se dará por acabada, a la espera de que el lehendakari convoque elecciones, en todo caso no para antes de abril.
El proyecto de presupuesto asciende a 15.025 millones de euros y se presentó como un nuevo récord en esta materia. Pero, ahora, está ya por debajo del presupuesto actualizado de 2023, que a 30 de noviembre estaba ya en 15.125 millones de euros. Así sucede anualmente. Porque las cuentas que se aprueban en diciembre se suelen ver habitualmente incrementadas a lo largo del transcurso del año.
El presupuesto se ha aprobado únicamente con el apoyo de los partidos que forman parte del Gobierno y el voto en contra de toda la oposición. PNV y PSE han rechazado todas las enmiendas de la oposición, mientras subrayaban su compromiso con la ciudadanía vasca, y han acusado al resto de partidos de actuar por intereses electorales. El parlamentario del PSE Ekain Rico ha hablado de «clásicos que no defraudan», mientras que la jeltzale Alaitz Zabala ha acusado a los grupos de oposición de no haber tenido verdadera voluntad de negociar y haber actuado sin discreción, porque al mismo tiempo que trasladaban sus propuestas al Gobierno lo hacían también a los medios de comunicación.
Cabe recordar que es el Gobierno el primero que hace pública su propuesta de presupuestos y ya desde un primer momento el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, anunciaba que veía difícil que se pudiera llegar a algún acuerdo con otros partidos, hablando ya desde un inicio de que en año preelectoral no lo veía posible. Sin embargo, tanto para 2016 como para 2020 hubo acuerdos con otros grupos que posibilitó la aprobación de presupuestos, claro que entonces los gobiernos no tenían mayoría absoluta.
Sin negociación
Después el Ejecutivo y representantes del PSE y el PNV hicieron una ronda con los partidos en el Parlamento en un día de Pleno, con gente entrando y saliendo para atender a las votaciones. Pedro Azpiazu dijo que esperaba a recibir las propuestas de los grupos para «arrancar con una negociación si trabajamos en serio en modificaciones viables de este presupuesto». Pero cuando recibió las propuestas, ninguna le pareció viable, así que la negociación nunca empezó.
Resulta llamativo que el Gobierno suele ofrecer que se pueden mover en torno a 25 millones de ese presupuesto de 15.025 millones. Después, si se les presentan propuestas de más de 300 lo considera inviable, al tiempo que luego intenta desacreditarles porque se oponen al presupuesto pero solo plantean cambios que pueden estar en torno al 2%, lo que les parece poco.
En todo caso, lo cierto es que PNV y PSE no han aceptado ninguna enmienda de la oposición, fuera mucho o poco dinero. Es más, han sido los propios partidos gubernamentales quienes han terminado presentando enmiendas, daría la impresión de que para aprovechar esos 25 millones que tenían dispuestos para acuerdos con otros partidos, sabedores de que no iban a aceptarles ninguna.
Además, en el trámite de enmiendas no se permite que discuta el capítulo de ingresos, lo que limita el margen de todos los grupos.
Las intervenciones de la oposición
En el pleno de este viernes, el representante de PP, Luis Ignacio Gordillo, se ha quejado de que se esté sometiendo a la ciudadanía a un enorme «esfuerzo fiscal», es decir, a pagar muchos impuestos, mientras que luego el Gobierno nunca ejecuta todos su presupuesto, acumulando año tras año los excedentes de tesorería.
Por parte de Elkarrekin Podemos-IU, David Soto ha criticado que con estas cuentas se ha perdido una oportunidad, son poco ambiciosas y no se ha hecho un esfuerzo suficiente en Salud y Educación. Es más, también ha apuntado que el presupuesto ha crecido por debajo de lo que durante el año se ha incrementado la recaudación.
Leire Pinedo, de EH Bildu, ha reprochado al Gobierno y los partidos que le apoyan que «la realidad es que el problema de nuestra propuesta para este Gobierno no es ni que sea excesiva ni que sea pequeña. No. El problema es que deja en evidencia muchos de los problemas que su gestión no está siendo capaz de encarar, que nuestra propuesta pone sobre la mesa soluciones para esos problemas que la ciudadanía subraya cuando se le pregunta. En definitiva, nuestra propuesta no les gusta, no por la cantidad, sino por la letra, que pone negro sobre blanco medidas que más pronto que tarde desde el Gobierno se tendrán que tomar».
La parlamentaria de la izquierda independentista ha subrayado que «pueden seguir ustedes auto convenciéndose de que esto es fruto del clima electoral, de que hay un contubernio contra este Gobierno, de que la oposición solo quería confrontación y quedarse ahí o pueden ustedes pensar en que quizás algo hicieron mal, que quizás renovar las estrategias y las políticas públicas sea una opción, que quizás escuchar a la ciudadanía les de nuevas claves o incluso que escuchar a la oposición sin prejuicios les de alguna idea», ha concluido Leire Pinedo.
En todo caso, tanto PNV y PSE han seguido, como ha dicho Luis Ignacio Gordillo, «haciendo oposición de la oposición». Con su mayoría absoluta han aprobado los presupuestos, que luego a lo largo del año se irán cambiando.