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Felipe VI centra su mensaje en defender su Constitución, y suscita el aplauso de PP y Vox

Insistente defensa de la Constitución española por parte del rey Felipe VI en su tradicional discurso de Navidad. Ha hablado de respeto o pluralidad, entre otros conceptos positivos, pero siempre con la Carta Magna española como límite. Entre las primeras reacciones destaca el aplauso de PP y Vox.

El rey español, durante su discurso de Navidad.
El rey español, durante su discurso de Navidad. (RTVE | EUROPA PRESS)

El rey español ha apelado en su mensaje de Navidad al cumplimiento de la Constitución como garantía de «unión» y de «progreso» y ha advertido de que, si no se respeta su norma fundamental, «no hay democracia ni convivencia posibles», tampoco ley, ni paz, ni libertad, sino «imposición y arbitrariedad”.

En su décimo discurso televisado de Nochebuena de su reinado, Felipe VI se ha centrado casi exclusivamente en reivindicar el texto de 1978, que este año ha conmemorado su 45 aniversario, para poner de relieve que es «el mejor ejemplo de la unión y convivencia entre españoles».

También, según él, la llave que propició «superar la división, que ha sido la causa de muchos errores». 

«Evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros es un deber moral que tenemos todos. Porque no nos lo podemos permitir», ha remarcado el jefe del Estado español en su mensaje grabado desde el Palacio de la Zarzuela.

Ha apuntado que cualquier ciudadano tiene derecho a «pensar, expresarse y defender sus ideas con libertad y respeto a los demás», pero al tiempo ha incidido en que la «democracia» requiere de «unos consensos básicos y amplios». Ahí ha situado la Carta Magna como marco de referencia exclusivo.

«Fuera del respeto a la Constitución no hay democracia, ni convivencia posibles; no hay libertades, sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad. Fuera de la Constitución, no hay una España en paz, ni libertad», ha clamado.

Un contexto marcado por el nuevo gobierno y sus acuerdos

El mensaje navideño del monarca llega en un contexto marcado por la nueva etapa de gobierno de Pedro Sánchez y de sus alianzas con los  formaciones independentistas, con medidas como la ley de amnistía.

De igual modo, según algunos sectores, coincide con un momento de crispación política y de falta de entendimiento entre el Ejecutivo y el PP para acordar sobre asuntos de calado. El Consejo General del Poder Judicial sigue sin renovarse como debiera. También hay quien valora que el problema se encuentra en el auge de las posciones de la ultraderecha en el seno del Estado.

El borbón no ha mencionado esos aspectos concretos, pero sí ha hecho énfasis en abogar por la «convivencia» y en sus valores: «la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político».

También en defender la «unidad de España» y la «visión compartida que reconoce el derecho de todos a sentirse y a ser respetados en su propia personalidad y en su cultura, con sus lenguas, tradiciones e instituciones».

«Y hemos expresado y, sobre todo, defendido nuestros valores constitucionales cuando estos han estado en cuestión o se han puesto en riesgo. Y todo ello también lo hemos hecho juntos y de acuerdo con el marco constitucional, decidido por todos los españoles», ha abundado en su alegato de la Carta Magna.

A juicio del rey español, además de respetarla, es preciso «preservar su integridad como lugar de reconocimiento mutuo, de aceptación y encuentro aprobado por todos los españoles, como legítimos titulares que son de la soberanía nacional» y como garantía para tener «estabilidad y certidumbre».

«Constitución», con catorce menciones, ha sido el término más empleado de su mensaje, por delante de «España», con trece, y «convivencia», con cinco, lo que refleja la prioridad que ha querido recalcar el jefe del Estado.

Primeras reacciones

El discurso navideño del rey ha concitado esta noche las primeras críticas de algunos de los socios de investidura de Pedro Sánchez, como Sumar, ERC y el BNG, y  ha recibido de momento el apoyo expreso del PP y Vox.

Marta Lois, portavoz y diputada de Sumar en el Congreso español, ha tachado de decepcionante el discurso de forma telegráfica: «Uno: no es polarización, es la extrema derecha contra la democracia. Dos: nada sobre los derechos sociales y la vida cotidiana. Tres: la plurinacionalidad, ausente».

Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, ha reaccionado esta noche al discurso navideño del rey publicando una foto suya de niño saludando a Franco con el siguiente mensaje: «Lo que había cuando no había Constitución».

Néstor Rego, diputado del BNG en el Congreso, ha declarado: «El discurso de Felipe de Borbón es una toma de posición con los sectores más reaccionarios e inmovilistas del Estado».

Por contra, Alberto Muñez Feijoo, presidente del PP ,ha remarcado el hecho de que el Rey Felipe VI haya defendido la vigencia de la Constitución «como único garante de la convivencia y de un futuro con certidumbre para todos. Fuera del respeto a la Constitución y a las instituciones –ha repetido del discurso del mornarca– no hay ley sino arbitrariedad".

Vox ha reaccionado al discurso navideño del rey reproduciendo una frase literal del discurso del borbón en la que ha dicho que «España seguirá adelante».

«Irrelevante» y «alejado de consensos»

Las reacciones al discurso del rey español han continuado este lunes, con el secretario general de Junts, Jordi Turull, tildándolo de «irrelevante» y «contradictorio», para acusar a Felipe VI de fomentar la discordia con su discurso del 3 de octubre de 2017, tras el referendo unilateral de independencia.

Así lo ha dicho Turull tras encabezar junto con la presidenta del partido, Laura Borràs, la tradicional ofrenda floral a la tumba de Francesc Macià, quien fuera presidente de la Generalitat republicana, en el día que se cumplen 90 años de su muerte.

En el mismo lugar, la vicepresidenta de Òmnium Cultural, Marta Garsaball, ha subrayado que el discurso está «muy alejado de los consensos mayoritarios de la sociedad catalana», puesto que, ha considerado, «niega los derechos sistemáticamente» a los catalanes. Y ha subrayado que las palabras del monarca niegan «toda una realidad nacional que se aleja mucho de su sacrosanta unidad de España».

Por su parte y en la línea de Turull, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha definido el discurso como una continuidad del que hizo Felipe VI tres días después del 1-O, «y la mejor muestra es que la derecha y la extrema derecha lo aplauden»

Ha asegurado que los miembros de su Govern quieren ser «dignos continuadores» de la Catalunya por la que trabajó Macià, al que ha elogiado como independentista, republicano y de izquierdas.

EH Bildu no ha realizado ningún comentario sobre la intervención navideña del soberano español, ya que, como anunció el día anterior a su emisión, no va a hacer una valoración del mismo. De hecho, hizo un llamamiento a la ciudadanía en el que le animaba a hacerle «un boicot activo».

Obvia las «discrepancias constitucionales»

Desde Bilbo, el portavoz del PNV en el Congreso español, Aitor Esteban, ha criticado que en su discurso de Nochebuena, Felipe VI haya obviado las «discrepancias constitucionales» y haya centrado su discurso para PP, PSOE e incluso Vox. «Es como si las discrepancias constitucionales, que donde las hay, sobre todo, es precisamente en Euskadi y en Cataluña, los movimientos políticos, las razones que pudiera haber para esas discrepancias constitucionales, sobre eso no hay nada que decir, cuando se va a hablar durante todo el discurso de la Constitución», ha destacado.

Ha subrayado el «quiebro sorprendente» al principio del discurso del Felipe VI, porque ha empezado a hablar «de los problemas que preocupan a la ciudadanía», pero ha querido hablar de la Constitución y de la unidad del Estado español, «España como única nación». «Es un discurso que no se hace pensando en los nacionalistas vascos o los nacionalistas catalanes, incluso los gallegos. Desde luego, es un discurso que va más centrado a PP, PSOE, Vox, incluso», ha manifestado.

Por su parte, la portavoz parlamentaria de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, ha considerado que Felipe VI hizo ayer «una defensa de la Constitución en el peor sentido» posible, «comprando» el discurso de «la derecha y la ultraderecha» y limitándose a «defender su propio puesto».