Tere González, portavoz de Apoyo Mutuo, dice que el nuevo Ayuntamiento tomó medidas el mismo 28 de diciembre, la misma tarde en que Joseba Asiron recuperó la vara de mando a través de una moción de censura.
Sobre las 20.00, como cada noche, las personas en situación de calle se acercan al nuevo albergue, ubicado en el antiguo convento de las Madres Apostólicas, en busca de una cama para dormir. Durante el mandato de Cristina Ibarrola, cuando se acababan las plazas, los sintecho debían apañárselas como pudieran, lo que suponía incumplir la normativa municipal.
«La noche del 28 de diciembre, eso cambió», asegura González. De repente, el albergue había pasado de 56 a 60 plazas, cuatro más. Y, además de eso, se derivó a 20 de esos jóvenes a un hostal. «Entre esas 20 plazas y las otras cuatro, fueron suficientes», confirma.
González precisa que únicamente dos jóvenes no entraron en el albergue esa noche. Uno estaba penalizado por un incidente anterior y al segundo se le detectó sarna, por lo que se le derivó al hospital para que comenzara a medicarse. «En cuanto se toman las pastillas ya no hay riesgo de contagiar la enfermedad a los demás. La forma de actuar fue correcta», asegura.
En las noches posteriores, voluntarios de Apoyo Mutuo han acompañado a estas personas en su peregrinaje hasta el albergue nuevo en busca de un lugar para pasar la noche. Y, según contrastaron, todos han sido acogidos o en el albergue o en un hostal.
«Los campamentos siguen existiendo, pero ya solo funcionan durante el día», explica Tere. Las personas en situación de calle que son alojadas reciben cena y desayuno, pero siguen reuniéndose para hacer fuego y comer en sus sitios de encuentro habituales, como el ubicado en Aranzadi.
Una de las demandas que realiza ahora Apoyo Mutuo es que el comedor social que gestiona el Ayuntamiento duplique las comidas. «La idea ha sido acogida de forma positiva, pero nos dicen que tardará, porque la gestión del comedor fue externalizado y el proceso administrativo lleva tiempo», informa la portavoz de la organización.
Cajeros y puentes abandonados
Según indica González, desde que cambió el Ayuntamiento no solo encuentran un alojamiento para pasar la noche aquellos que acuden a los servicios municipales, sino que prácticamente todos los sintecho están acudiendo en busca de ayuda debido a las bajas temperaturas de estos días.
«El comedor social París 365 tiene un programa de sopas calientes. Sus voluntarios acuden a llevar un tazón de sopa y enseres básicos a cajeros y el resto de puntos de la ciudad donde tienen localizados a personas que duermen en la calle. El otro día aparecieron también en la puerta del albergue, porque esos sitios se encontraban vacíos», comenta esta portavoz.
El Ayuntamiento de la ciudad se muestra renuente a dar información sobre los pasos que ha ido dando, más allá de «estar trabajando desde el primer día» para revertir la situación en la que se encontraban estas personas.
A preguntas de NAIZ, el concejal delegado de Acción Social, Txema Mauleón, ha confirmado que están trabajando varias áreas en busca de una solución. Además del aumento de plazas y del compromiso de alojar en distintos hostales cuando no hay camas suficientes, se ha iniciado un estudio para buscar pisos y propiedades del Ayuntamiento que puedan atajar la situación. «Está todo muy verde aún, acabamos de empezar», afirma.