Osasuna es la cenicienta de una Supercopa diseñada para los grandes, pero la ilusión rojilla de saber que no tiene nada que perder es tan grande que le permite soñar con una hipótetica eliminación del Barcelona, plantándose en la gran final.
Llegar hasta aquí ya ha sido, en todo caso, todo un éxito para el club rojillo, pero, ya puestos, por qué no dar la campanada ante un rival que no pasa precisamente por su mejor momento de juego y resultados.
Conscientes de la enorme diferencia de talonario entre ambas plantillas, lo cierto es que los pupilos de Jagoba Arrasate no se lo han puesto nada fácil últimamente a la escuadra blaugrana, pese a que solo han logrado un empate en los últimos siete enfrentamientos en los que ambos clubes se han visto las caras.
Osasuna quiere ahondar en el delicado momento culé y, para ello, tendrá que realizar un partido casi perfecto, siendo bastante más contundente en ambas áreas de lo que lo ha sido en lo que se lleva de la presente temporada.
Esa irregularidad ha provocado que el técnico de Berriatua prácticamente haya dado oportunidades a todo el plantel, a la búsqueda de ese once que le diera algo de estabilidad en cuanto a fútbol y marcadores.
Cierto es que en los últimos partidos se ha decantado por determinados futbolistas en detrimento de otros, pero tratar de acertar con el once rojillo suele ser tarea complicado estando el vizcaino en el banquillo.
Con Chimy Ávila en la enfermería, Arrasate pierde a uno de esos jugadores que podrían darle chispa sorprendiendo la espalda azulgrana, una función que muy bien le podría corresponder a un Arnáiz especialmente inspirado en sus últimas apariciones.
Desparpajo o experiencia es la incógnita que debe despejar el preparador rojillo en algunas posiciones, como es el caso de Iker Muñoz o Torró, pues la medular es la línea donde podrían darse más combinaciones diferentes dependiendo de quién salte de inicio.
Parecen indiscutibles otros futbolistas, caso de Herrera, Areso, David García, Aimar o el goleador Budimir, en quien están depositadas las mayores esperanzas ofensivas del cuadro navarro, después de haber anotado nueve dianas en la primera vuelta liguera.
«Podemos conseguirlo»
Precisamente el capitán rojillo ha desvelado la conjura que existe en el vestuario de que «estamos convencidos de que podemos conseguirlo. El equipo cree y se va a ver a un Osasuna que va a salir a ganar».
Para el de Ibero, ya solo estar jugando esta Supercopa supone «un sueño, como navarro y rojillo, después de tanto tiempo en Osasuna, desde los nueve años. Es un motivo de orgullo todo el camino recorrido, algo que va a quedar para la historia», ha resaltado.
A David García le gustaría ver ante el Barcelona a «un Osasuna reconocible, competitivo y sólido. Que se vean esas señas de identidad que siempre nos han caracterizado».
«Es verdad que en esta primera vuelta no se ha visto la mejor versión, en comparación con la excelencia que rozamos el año pasado, pero venimos de tapados y no tenemos ningún tipo de presión», ha valorado.
En el debe de la competición, no poder disponer del apoyo de la afición. «Es lo que más pena nos da. Recuerdo la final de Copa, mirar a la grada y ver a más de 20.000 rojillos. Es una pena no tener el aliento de toda nuestra gente», ha manifestado.
En cuanto a su rival, el defensa ha admitido que «es verdad que igual no está atravesando su mejor momento», pero ha matizado que ello «tiene una doble lectura». «Ellos también van a estar con esas ganas de reivindicarse», ha avisado.
Se ha referido también a la última ocasión en la que se midieron ambos equipos. «El partido en El Sadar fue muy disputado, se nos escapó por la mínima y con una acción un poco polémica».
«Reto mayúsculo»
Arrasate ha calificado de «reto mayúsculo» la empresa que acomete su plantilla de dejar en la cuneta al Barcelona. «El primer paso para ganar es pensar que puedes hacerlo y en esas estamos», ha puesto énfasis en el aspecto mental.
«Vamos a intentar que sea una noche mágica. Debemos rozar la perfección y que el Barça no esté cómodo. En Liga, por momentos, lo conseguimos. En este inicio de año ha cambiado un poco nuestro ánimo y hemos cogido aire», ha destacado.
Y en ese plan de partido, saben que su adversario va a ejercer el papel de «dominador», frente a lo que habrá que alternar «presión alta y repliegue. No podemos fiarlo todo a que pase el tiempo, tenemos que ser valientes con nuestras armas».
Estar en Riad supone el broche a «un proceso de seis años, un proyecto, de creer en las personas. Con ambición y nuestra afición, hemos llegado a estas cotas y estoy orgulloso», ha expuesto.
En cuanto al papel de favorito del Barcelona, Arrasate ha confirmado la evidencia, pero también que «por suerte, en el deporte no siempre ganan los favoritos. Depende de muchas variables, queremos romper las estadísticas».
También ha habido intercambio de elogios entre ambos técnicos. Respecto de Xavi, el míster vizcaino ha señalado que «entiendo que está en una situación complicada, en un foco continuo, pero se merece un respeto poque ha ganado la Liga y es el actual campeón de la Supercopa».
Arrasate también ha dejado patente su «pena» por tener que jugar a miles de kilómetros de la hinchada rojilla y ha contrapuesto «ilusión» frente a «inexperiencia» en este tipo de partidos, «aunque la final copera y la doble eliminatoria contra el Brujas» les ha hecho crecer en ese sentido.
El Real Madrid pasa a la final en la prórroga (5-3)
Un autogol de Savic al despejar un balón en el minuto 116 ha inclinado finalmente la balanza del lado del Real Madrid, en un partido muy disputado en el que el Atlético ha rozado con los dedos el pase, pero se ha dejado empatar a falta de cinco minutos para la conclusión del tiempo reglamentario.
Ambas escuadras madrileñas han firmado una primera parte muy entretenida, con cuatro goles y constantes alternancias en el electrónico. Se han adelantado los colchoneros por mediación de Mario Hermoso (m.7), pero han empatado los merengues en el 20 con otro testarazo, esta vez de Rudiger.
Los de Ancelotti han remontado a la media hora con un toquecito de calidad de Mendy, aunque el Atlético aún ha tenido tiempo para igualar la contienda en el 37 con una preciosa jugada individual de Griezmann. ha bajado mucho el ritmo tras el descanso, pero un error en la salida de Kepa –ha pedido falta de Morata– ha subido el 3-2, que parecía definitivo. El Real Madrid no se ha rendido y ha puesto las tablas en el 85 con Carvajal y ha marcado dos goles más en la prórroga con el autogol de Savic y uno al final de Brahim.