Decía Imanol el viernes que el que pensara que la Real estaba en un mal momento tras doce partidos sin ganar no entendía de fútbol, pero su equipo se encuentra en horas bajas tras el desgaste de la primera mitad de la temporada, la ausencia de recambios de ataque, la poca aportación de los fichajes, que han sufrido muchos problemas físicos, ayer volvió a caer Odriozola, y el menor rendimiento de jugadores que comenzaron muy bien la temporada.

No es un mal solo de la Real, basta con ver la temporada de Barcelona, Atlético, Sevilla, Betis y Villarreal, que acusan jugar partidos cada tres días, lo que permite a Girona y Athletic estar entre los tres primeros. Los rojiblancos dejaron claro que están mejor, con mayor intensidad y más frescura, sobre todo con Nico Williams, que marca la diferencia y participó en los goles.

Se notó el diferente momento de forma que atraviesan los dos equipos y que ha abierto una diferencia de nueve puntos en cuatro jornadas de Liga que el rojiblanco ha enlazado con victorias mientras el blanquiazul ha sumado tres puntos y dos goles en los minutos finales de los derbis ante Alavés y Athletic. La Real está sin lucidez en ataque y ayer no mantuvo su nivel en defensa que le ha permitido no perder en este difícil momento. Permitió al Athletic elaborar y marcar sus dos goles con relativa comodidad cuando es un equipo incómodo y en ataque apenas generó peligro. Brais no está al gran nivel de la primera vuelta tras volver de su lesión, Kubo, ausente este mes, también ha perdido la chispa del comienzo de la temporada sin que Zakharyan, a pesar de su buena predisposicion al trabajo, aporte en banda lo que el japonés dio en el inicio de Liga.

Tampoco es nuevo, la Real de Imanol acostumbra a bajar su nivel en los meses de invierno y luego remonta vuelo. Lo bueno es que sigue en posiciones europeas en su peor momento y lo malo, que no tiene mucho margen para rotaciones por las bajas, lo que llevó a Imanol a recurrir ayer a los jóvenes del filial Magunazelaia y Dadie, que no estaba ni convocado.