Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Colocan el primer pilar del ‘edificio puente’ sobre el Bellas Artes de Bilbo

La estructura que se elevará sobre los edificios del Museo Bellas Artes de Bilbo y que constituye la parte más identificativa del proyecto de ampliación diseñado por Norman Foster y Luis Mari Uriarte ha empezado a coger forma con la colocación este viernes del primero de los seis pilares en V.

Las grúas comienzan la colocación del primero de los seis pilares que sustentarán el nuevo edificio.
Las grúas comienzan la colocación del primero de los seis pilares que sustentarán el nuevo edificio. (Oskar MATXIN | FOKU)

Seis puntos de apoyo –tres pilares en forma de V por la zona del parque, otros tres en paralelo en la trasera– asumirán la carga en voladizo de la nueva construcción concebida por Norman Foster y Luis Mari Uriarte para la ampliación del Museo Bellas Artes de Bilbo, un proyecto denominado ‘Agravitas’ y que ha entrado en un momento crucial de su ejecución.

La que será la estructura de la ampliación que se alzará sobre el Bellas Artes, construida en acero de alta resistencia y que busca ser una estructura ligera, ha empezado a concretarse: pronto sobrevolará los edificios del museo de 1945, 1970 y 2001 tras la colocación este viernes del primero de los seis grandes pilares sobre los que se apoyará. Cada uno de estos pilates tiene 71 centímetros de diámetro y 11,5 metros de longitud, sobre los que se concentrará la carga en exclusiva de la estructura nueva.

Este ‘voladizo’ nuevo acogerá una nueva sala de exposiciones y una terraza –con estupendas vistas y la posibilidad de exponer también arte–, así como la zona de oficinas. Todo ello está situado sobre un espacio público, unificado y destinado a presentaciones o encuentros, donde se ubicarán tanto la escultura de Durrio (antes estaba en el exterior, ahora pasa al interior del museo) como la escultura de Chillida, que está cedida, mientras duren las obras, a Txillida Leku.

Las fases, pilares como árboles

Durante los doce últimos meses se ha llevado a cabo el trabajo de cimentación, que ha implicado la construcción de casi dos kilómetros y medio de micropilotes y, en paralelo, se han acometido trabajos de rehabilitación de infraestructuras existentes.

Ahora, en esta especie de estructura en puzzle, toca colocar primero los seis pilares o seis puntos de apoyo –que recuerdan la imagen de un árbol–, y porque sobre ellos irá la estructura, también acero de alta resistencia. La obra se completará con una pantalla estructural de hormigón armado de 16,2 metros, actualmente en construcción, destinada a dar estabilidad al edificio. Es una pantalla que une al edificio de 1970 con el nuevo, y que tiene la finalidad de sujetarlo de las acometidas del viento.

Sobre los pilares irán unas celosías metálicas de 40 metros sobre la que se situará la estructura, y posteriormente unas celosías laterales. Según los detalles aportados, la nueva estructura aérea tipo puente que sobrevolará el actual edificio medirá 62 por 42 metros y estará formada por 15.000 piezas de acero.

Como la Plaza Nueva

Para hacerse una idea, y según los ejemplos que ha ofrecido el equipo técnico, esta nueva estructura es del tamaño en planta de la Plaza Nueva de Bilbo o, por dar otro ejemplo, un tercio de la longitud del Puente de Portugalete. El peso del nuevo edificio será de unas 2.500 toneladas, menos de la mitad de lo que pesa un edificio equivalente de un centro comercial o un aparcamiento, han señalado.

El anuncio y la colocación se ha realizado con la presencia de prensa y autoridades, no en vano es la parte más espectacular e identificativa de la renovación y ampliación de la veterana pinacoteca. El director del Museo, Miguel Zugaza, ha señalado que se mantiene el objetivo presupuestario, de 44,5 millones de euros, y el plazo de conclusión para la primavera de 2025, así como la voluntad de mantener abierto el museo mientras se ejecutan los trabajos.

En el acto informativo, el arquitecto Luis María Uriarte; el director técnico del estudio de ingeniería MC2, Álvaro Serrano; y los miembros de la firma de arquitectos Foster + Partners Taba Rasti y Pablo Urango han destacado la complejidad técnica del proyecto.

Álvaro Serrano Corral, director técnico del madrileño MC2 Estudio de Ingeniería, lo ha explicado así: «Este no es un proyecto excesivamente grande, es una cosa comedida y no es el proyecto más complejo que hayamos acometido, pero tiene una densidad de complejidad muy grande. Hay otros proyectos que tienen una complejidad por el diseño, por las condiciones, otras por la complejidad de la construcción, pero es que aquí, siendo un proyecto tan pequeño, se junta todo: tenemos un edificio que es un puente, con una sala de exposiciones de 40 x 50 metros que no tiene ningún soporte y tiene unas cualidades para hacer cualquier tipo de exposición que a día de hoy se puede hacer en el mundo, y tiene unas condiciones de ejecución en plena ciudad y con un parque que hay que conservar, y con requerimientos de calidad y sostenibilidad muy importantes... Yo he participado en otros proyectos más grandes o con las complejidades más fuertes, pero este es el más complejo en todos los sentidos», ha reconocido.