El presidente de Bodegas Familiares de Rioja, Eduardo Hernáiz, ha propuesto este miércoles arrancar el 10% de la superficie actual de viñedo de la denominación (un total de 6.700 hectáreas) como forma de hacer frente a la crisis que atraviesa el sector vitivinícola.
Hernáiz ha ofrecido una rueda de prensa junto al vicepresidente de la entidad, Juan Carlos Sancha, en la que este último ha pedido no tener miedo al arranque de viñedo. Y es que, a juicio de esta entidad, «sobra».
Según Hernaíz, hay un exceso de volumen, desde 2019, «por la cantidad de viñedo que se ha plantado en los últimos 40 años». Como consecuencia, sobran 150 millones de litros.
El sector, ha destacado, «ha sido un poco bestia al hacer sus planificaciones, se ha plantado mucho viñedo y se ha plantado viñedo en zonas no adecuadas para tener viñedo».
Ha recordado cómo los gobiernos «han tenido que dar ayudas en el último año tanto para la vendimia en verde como para la destilación». «Pero no sobra vino en Rioja, lo que sobra es viñedo», ha aseverado.
En concreto, «viñedo específico que se ha plantado en zonas donde nunca se debería haber plantado porque no es capaz de producir en esas zonas la calidad que nos pide el mercado».
Propuesta temporal y sujeta a compensación
La propuesta es un arranque temporal, de entre cinco y ocho años, y selectivo, escogiendo aquel que «no se tendría que haber plantado», esto es, en suelos con baja actitud vitícola.
En concreto, se plantea que solo se puedan arrancar aquellos viñedos que tengan menos de cuarenta años que, además, estén en suelos de baja actitud vitícola porque, a juicio de Sancha, en Rioja se ha cometido «un error estratégico histórico», como es «no haber intervenido en la tipología del suelo».
«Nunca nos vamos a arrepentir de haber arrancado ese viñedo malo, entre comillas, ese viñedo que no tiene actitud vitícola de calidad, porque eso va a ser mejorar la imagen y la calidad de los viñedos de Rioja para el futuro», ha asegurado.
En el caso de La Rioja, la medida incluiría financiación a tres bandas del Gobierno de Logroño, el Ejecutivo español y el Consejo Regulador de la Denominación Calificada Rioja, dado que, «evidentemente, nadie va a arrancar viñedo sin ayuda». La propuesta es de 10.000 euros por hectárea.
«Parece que es el ogro»
Ha reconocido que la decisión de arrancar viñedo «nunca se ha tomado, y que parece que es el ogro, porque arrancar nuestro viñedo es arrancar nuestro patrimonio». «Pero la cosa es tan grave que tenemos que decidir entre mantener nuestro patrimonio vitícola y mantener nuestro patrimonio humano», ha señalado.
«Tenemos que ayudar a esos viticultores que tienen en el viñedo su fondo de pensión con medidas para revalorizar el viñedo para que no siga habiendo precios indignos de uva y vino de Rioja», ha dicho.
Y es que, «a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho», ha relatado, «no se ha conseguido reducir el ratio que existía en el 2022 y es muy probable acabemos el año 2023 con las mismas existencias».
Rendimientos de producción
El vicepresidente ha explicado que su propuesta radica en que la medida de arranque de viñedo conviva con las ya puestas en marcha (de vendimia en verde y destilación) y, además, se complemente con un descenso de los rendimientos de producción y de transformación.
En este sentido, ha destacado «no puede ser que estemos destilando vino de rioja y permitamos entrar en las bodegas vino de mesa», incidiendo en que esto hay que «cortarlo de manera radical».
«Es insostenible, no tiene sentido que estemos haciendo vendimia en verde y que estemos ajustando los rendimientos para el viticultor y que al mismo tiempo permitamos que se esté entrando uva de rioja para vino de mesa», ha resaltado.
Dos opciones ante la crisis
Para Sancha, «hay dos posturas a la hora de salir de esta crisis»: «Una postura que es lanzarme a vender más, y eso condena a precios de uva baratos y a vender botellas con precios ínfimos en el mercado; o vender menos y con más calidad, y para eso hay que reducir las hectáreas».
La propuesta, que ya salió a debate en el Parlamento de La Rioja y que va en línea con las acciones realizadas en Burdeos, ha sido remitida tanto a la consejera riojana, Noemí Manzanos, como al Ministerio de Agricultura y al Consejo Regulador de la DOCa Rioja.