«Es sorprendente que en el siglo XXI sigan existiendo estas cazas de brujas»
En las últimas semanas, Itziar Ituño ha estado en el punto de mira por participar en la manifestación de Sare en favor de los derechos de los presos y presas. A pesar de este acoso, está decidida a mantener sus convicciones. Y esto es lo que ha dicho a ‘Kazeta’
La actriz Itziar Ituño (1974, Basauri, Bizkaia) ha tenido que soportar una campaña de odio por participar en la multitudinaria manifestación a favor de los presos vascos que tuvo lugar el pasado 13 de enero en Bilbo. También ha recibido un gran apoyo y está emocionada . Sin embargo, la campaña de acoso ha tenido consecuencias en la vida de la actriz de la popular serie “La casa de papel”.
En estos momentos está en Madrid rodando una película de Daniel Guzmán, pero se ha tomado su tiempo para ofrecer una entrevista a Kazeta y Mediabask, traducida al castellano por GARA. Es la primera entrevista con un medio de comunicación de Euskal Herria tras este suceso.
Tras participar en la manifestación, dos empresas interrumpieron su colaboración con usted. No ha respondido a quienes tomaron esa decisión y a quienes le han criticado, solo habló públicamente del apoyo recibido.
Públicamente no les he contestado. Nos hemos arreglado con Lurauto, la sucursal de BMW. Han roto unilateralmente lo acordado y eso iba a traer algunas consecuencias. Difundieron un comunicado a los cuatro vientos sin respetar la privacidad. No estoy de acuerdo con eso.
Puedo firmar cualquier cláusula, pero un contrato mercantil no puede estar por encima de mis derechos, mi libertad de expresión y mi derecho a decir lo que pienso. Yo sé que en este caso tengo razón. Les devolví el coche y no quiero saber nada de la marca BMW. En cuanto a Iberia, han retirado un vídeo [en el que aparecía]. Al parecer se ha dicho, aunque a nosotros nadie nos lo ha dicho, que a partir de ahora no contarán conmigo.
¿Cree que su decisión es comercial o ideológica?
Creo que es comercial. Me dijeron que BMW había recibido 25.000 mensajes en su cuenta [en la red social X] y que se habían asustado, tanto en Alemania como en Madrid. Y que a los de Lurauto les presionaron muchísimo para que rescindieran el contrato. Eso es lo que me han contado, así que dicen que la decisión viene de Alemania, pero los demás la han aceptado, ya está.
Quizá este asunto no habría cobrado tanta dimensión si no se hubiera difundido por redes sociales. ¿Qué respondería a quiénes han estado criticándole a través de ellas?
No he tenido muchas ganas de contestar, porque no sirve de nada. ¿Qué le vas a decir a una persona que te insulta? O le insultas o no le haces caso. ¡Ya se acabará, que se vayan a la mierda y punto! Esa fue mi primera postura. Es verdad que luego he recibido amenazas. No sé qué se puede hacer legalmente, pero eso sí me parece grave.
Sé cómo funciona, ahora está muy de moda crear ‘bots’ y actuar bajo una identidad falsa, la mayoría eran así, así que supongo que será muy difícil denunciar a los responsables. Ya me gustaría. Ahora que está tranquilo el panorama veré qué se puede hacer.
Sorprende que en pleno siglo XXI existan este tipo de cazas de brujas. Siempre me sorprende, sé lo que hay, no nací ayer, estudié Sociología en su día y me gusta analizar por dónde va la sociedad, pero me sorprende. Parece que, a veces, en vez de avanzar hemos retrocedido. Es cancelación cultural en una seudo democracia. Todavía queda mucho por hacer.
Ha vivido lo que muchos artistas vascos han sufrido antes, hace poco fue Porrotx. Y tampoco es su primera vez, cuando en 2017 se estrenó «La casa de papel» vivió una situación parecida.
Peor. Porque la primera vez suele ser peor. En la segunda sabes lo que viene y tienes la piel endurecida, así que frente a los insultos ya no te entristeces tanto. Piensas que ya pasará, que no les harás caso. ¡Pero sí que son muy pesados!
¿Estos hechos tienen consecuencias para su carrera?
No lo sé seguro, pero sospecho que sí. Pienso que en algunas productoras o cuando se reúnen para decidir a quién elegir y a quién no, a lo mejor alguno opina que ‘esta nos va a traer problemas porque dice lo que piensa». Yo he seguido trabajando desde 2017 y he tenido oportunidades muy bonitas. Quizás he perdido otras oportunidades mayores, pero eso no lo sé.
Pero no se ha anulado nada…
No se ha cancelado nada, eso es así. De aquí en adelante no lo sé. Tampoco me sorprendería. No soy el único, tengo amigos, ahí está Porrotx, lo que le pasó a Miren Gaztañaga, al actor Gotzon Sánchez, al amigo Willy Toledo también le impusieron una persecución... Yo sé que las consecuencias vendrán, pero así está el mundo. Ante eso, yo seguiré haciendo lo mismo, firme.
Ha tenido un gran apoyo, entre otros, del ministro español de Cultura, el Gobierno de Lakua, actores y actrices… ¿Al final los agresores han conseguido lo contrario?
Quizás sí. Lo mismo les pasó a los que trabajan en la obra “Altsasu”. Iban a hacer no sé cuántas actuaciones en Madrid, en la primera, Vox se concentró frente al teatro para protestar contra la obra y la sala se llenó todos los días. A veces se consigue el efecto contrario. En el caso de la serie “La casa de papel”, el primer capítulo tuvo un gran éxito tras el llamamiento al boicot, creo que la gente lo vio más. Así que muchas veces en vez de hacernos daño nos hacen un favor.
De entre quienes le han apoyado ha sido muy comentado el vídeo de Bob Pop, que apuntaba que su caso era un aviso a navegantes para la gente de izquierdas. ¿Es difícil expresar públicamente hoy en día ideas de izquierda en el Estado español?
Creo que sí. He estado en Madrid y mucha gente te comenta lo mismo. Muchos de los izquierdistas, en el ámbito cultural, teniendo en cuenta el panorama, tienen mucho cuidado para no ser cancelados. La gente tiene que trabajar para vivir, así que a la hora de decir lo que piensas te lo piensas dos veces. Eso es una actitud muy libre y la respeto. Pero, en mi humilde opinión, hay cosas ante las que hay que dar el paso adelante y luego que sea lo que tenga que ser.
¿Lo contrario sería autocensura?
Claro. Y a todos nos ha pasado alguna vez. Más que autocensura, es querer vivir con tranquilidad. Esta experiencia es bastante fea. Aprendes mucho de cómo es la sociedad, pero, a nivel personal, es duro y piensas ‘qué tranquila viviría si me hubiera quedado en casa’, pero, al mismo tiempo, sabes que así no se mueve nada, que así no se puede avanzar como sociedad, como grupo. La decisión está en uno mismo y es absolutamente respetable.
¿Cómo ven en el ámbito internacional lo ocurrido?
Supongo que a nivel internacional ha habido mucha gente que ni se ha enterado. No lo sé seguro. Sé que la noticia se extendió un poco por Argentina. Es cierto que hay muchos seguidores en las redes que me apoyaron muchísimo, hay fans por todo el mundo. Ha sido increíble y estoy totalmente emocionada.
Desde Brasil, han estado defendiéndome con entusiasmo, la mayoría mujeres, y estoy muy agradecida. Pero, por lo demás, no creo que fuera se haya extendido demasiado esta noticia.