Los cantautores Rozalén y Marwán inician un viaje para intentar responder a la pregunta universal: ¿Qué es el amor? En este camino, cinco parejas reales reciben terapia durante seis meses para volver a encontrarse siguiendo los pasos de la primera investigación internacional en español sobre parejas que concluye científicamente que cuidar el amor mejora la salud mental. Al final de la aventura, ¿Marwán y Rozalén habrán hallado la respuesta?.
Esta es la premisa sobre la que se sustenta ‘Terapia de parejas’, el nuevo largometraje documental filmado por Gaizka Urresti –‘Labordeta, un hombre sin más’.
En esta ocasión, el director se embarca en una nueva investigación como director y productor, esta vez sobre el siempre complejo concepto del amor. En esta labor ha implicado a dos músicos que han cantado y llorado a este sentimiento con pasión, Rozalén y Marwan son los guías del camino, este último pone la banda sonora original con el tema compuesto para la ocasión titulado ‘Pensábamos que el amor era solo una fiesta’.
vínculos seguros en las relaciones
Las psicólogas Elisa Múgica –también guionista y productora del documental– y Lola Fatás aportan la base científica y juntas tratan de profundizar en una técnica desarrollada hace 25 años en Estados Unidos por la doctora canadiense Sue Johnson. Es la denominada Terapia Focalizada en las Emociones, la cual se basa en expresar los sentimientos más profundos para salir de las inútiles y agotadoras discusiones que mantienen las parejas, lo que se conoce como el ciclo negativo.
Un tipo de terapia basada en la teoría del apego y la necesidad humana de los vínculos seguros en las relaciones. Esta investigación ha sido realizada por la Universidad de Nafarroa, en colaboración con la Brigham Young University de Estados Unidos y los resultados preliminares ratifican la mejora significativa en las relaciones de pareja incluyendo beneficios en la salud mental.
Según dijo su director, «es un documental en el que se ríe y se llora por igual, y que convierte la pantalla de proyección en un espejo en el que el público se identifica con los protagonistas y proyecta en ellos también sus emociones al verse reflejado».
Por su parte, Rozalen añadió que «esta película nos ha sacado de nuestra zona de confort. Es algo que no habíamos hecho nunca delante de una cámara, pero que sí hacemos con frecuencia, hablar del tema universal, en los bares, sobre el escenario... Me daba vergüenza pensar, ¿quién soy yo para hablar de esto? Pero es verdad que no tenemos que tener la razón en asuntos de amor, al final somos dos colegas hablando de sentimientos. La película puede ser una herramienta súper potente de transformación, como lo son el arte y la cultura».