Martxelo Diaz
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

SOS Racismo y LAB denuncian el despido de una mujer por llevar pañuelo en la Misericordia

A una mujer se le impidió trabajar en la residencia de la Misericordia en Iruñea por llevar un pañuelo, según han denunciado SOS Racismo y LAB, que han destacado que la Inspección de Trabajo no actuó contra esta discriminación y justificó la acción de la empresa.

Flavia Navarrete, de SOS Racismo, atiende a los medios en Iruñea durante la concentración convocada junto a LAB para denunciar un caso de islamofobia en el ámbito laboral.
Flavia Navarrete, de SOS Racismo, atiende a los medios en Iruñea durante la concentración convocada junto a LAB para denunciar un caso de islamofobia en el ámbito laboral. (Iñigo URIZ | FOKU)

SOS Racismo y LAB han denunciado hoy ante la sede de la Inspección de Trabajo el despido de una mujer de la Misericordia de Iruñea por llevar pañuelo y la inacción de las autoridades ante este caso de discriminación.

«No solo queremos señalar a la empresa que ejerció de manera directa la discriminación, sino al organismo público responsable de la defensa de los derechos de las personas trabajadoras en Navarra», ha destacado Flavia Navarrete, de SOS Racismo, que ha denunciado que la Inspección de Trabajo incurrió en «dejación de responsabilidades e inhibición en el caso que nos ocupa, dando por buena la excusa emitida por la empresa y cerrando la vía de la investigación, sentando un precedente que no debemos tolerar».

Una baja en limpieza

En la concentración han dado a conocer el testimonio de la mujer que ha padecido este caso de discriminación. La mujer acudió a la residencia de la Misericordia de Iruñea para incorporarse a un puesto de trabajo de limpieza para cubrir una baja. Había sido convocada por Grupo One, empresa que le seleccionó y contrató, que le indicó qué día y hora debía presentarse en la Misericordia para iniciar su jornada laboral. Además, le facilitaron el uniforme de trabajo. Tras personarse en el centro de trabajo, le indicaron dónde tenía que cambiarse y una compañera le explicó cómo tenía que fichar. Posteriormente, otra compañera le explicó en qué consistían exactamente sus tareas.

«Después, acudió otra trabajadora, que entiendo que era la encargada y habló con esta trabajadora en privado. Tras unos momentos, esta compañera volvió para decirme que no podía trabajar allí con pañuelo, le pregunté por qué y me dijo que era por las reglas de la Misericordia», relata el testimonio de la trabajadora, de origen argelino.

Posteriormente, se dirigió a la comisaría de la Policía española para interponer una denuncia por discriminación. Los agentes le dijeron que tenía que acudir a la Misericordia a por una hoja de reclamaciones. Así lo hicieron y la encargada le confirmó, en presencia de su pareja, que había normas que impedían trabajar a personas con pañuelo y le dijo que si tenía quejas acudiese a Grupo One.

La afectada se puso en contacto con SOS Racismo y LAB e interpusieron una queja ante la Inspección de Trabajo. Previamente, esta trabajadora había sufrido una experiencia similar en el centro comercial La Morea, pero no tenía pruebas para denunciar.

Inacción de la Inspección de Trabajo

En el caso de la Misericordia, la respuesta de Inspección de Trabajo, pese a tener pruebas, fue «decepcionante», ya que indició que se trataba de «una cuestión controvertida» sobre la que no hay jurisprudencia en el Estado español. De este modo, se refugió en una sentencia europea que establece que la prohibición del velo no constituye por sí misma una discriminación directa o indirecta.

Junto a ello, Inspección de Trabajo justifica la discriminación, según ha explicado SOS Racismo, señalando que «la exigencia de quitarse el pañuelo no obedeció a motivos religiosos, sino a un deseo de no alterar la tranquilidad de los residentes, personas mayores. A algunos de ellos la presencia de una persona con velo o pañuelo en la cabeza les podría resultar algo anómalo o extraño y podría alterarles».

A juicio de SOS Racismo, «esta frase es todo un ejercicio de pedagogía racista. En esto consiste el racismo, en concreto la islamofobia: en asociar símbolos identitarios con estereotipos negativos como la inseguridad o el peligro».

«Nos parece profundamente grave que la conclusión de un organismo público, tras escuchar esta frase, sea la de no investigar más, inhibirse e invitar a la afectada a acudir a los tribunales. Esta frase debió haber sido una alarma clara y evidente, no un clavo ardiendo al que se agarraron para ver cómo argumentar a favor del derecho a una empresa a discriminar a las trabajadoras. Es indignante», ha destacado Navarrete.

Discriminación laboral

En nombre de LAB, Lourdes Tupac y Arantxa Ordóñez han destacado que este sindicato se reafirma en su lucha contra todas las discriminaciones que se dan en los centros de trabajo y en el desarrollo de un sindicalismo antirracista.

«Muchos tipos de discriminación y opresión se entrecruzan en estos hechos. No es casualidad que una mujer migrada, musulmana y racializada tenga que vivir una discriminación laboral. Desgraciadamente, no es una excepción. En nuestra sociedad, a las trabajadoras migrantes les ofrecen los puestos de trabajo en peores condiciones y más precarios, los que no dan para sobrevivir, los que les hacen vivir bajo una amenaza permanente», han señalado.

«A LAB no le corresponde juzgar ni interpretar las razones de llevar el hiyab. Hay que fijarse en lo básico en este tema: tienen derecho a trabajar, y el hiyab no puede ser motivo de discriminación, amenaza o despido. Por eso, LAB quiere decir que es imprescindible superar todo tipo de racismo, necesario para superar este modelo de sociedad explotadora, tanto en los centros de trabajo como en la calle», han añadido, antes de exigir que la Inspección de Trabajo tome medidas ante esta discriminación y que se implementen medidas polítcas para «poner freno a las patronales para que no sigan precarizando las vidas de las personas migradas y racializadas».