Integrantes de los dos equipos pugnan por el balón en una calle de Ashbourne.
Integrantes de los dos equipos pugnan por el balón en una calle de Ashbourne. (Paul ELLIS | AFP)
Imanol  Intziarte
Redactor de actualidad, con experiencia en información deportiva y especializado en rugby

Royal Shrovetide, dos barrios, un arroyo y un balón abrazado en el corazón de Derbyshire

Las calles de la localidad inglesa de Ashbourne acogen desde al menos el año 1667 un peculiar choque deportivo bautizado como Royal Shrovetide. Las dos zonas que separa el arroyo Henmore se enfrentan en un juego que comparte ancestros con el rugby y el fútbol.

Ashbourne es una localidad inglesa de unos 9.000 habitantes, ubicada en el condado de Derbyshire y atravesada por el arroyo Henmore. Más o menos en el corazón del país, dentro de un trapecio formado por Manchester, Birmingham, Nottingham y Sheffield.

Sería otra localidad anónima si no fuera porque cada año, coincidiendo con el fin del carnaval y el miércoles de ceniza,  los vecinos que residen al norte del Henmore (Up'Ards) y los que viven al sur (Down'ards) se baten desde hace siglos en un particular juego con balón bautizado como el Royal Shrovetide.

También conocido como ‘hugball’ –que podríamos traducir como ‘balón abrazado’–, hay constancia de que se juega al menos desde el año 1667, aunque se desconocen los orígenes exactos del juego debido a que los primeros registros resultaron destruidos en un incendio a finales del siglo XIX.



El partido se prologa durante dos tiempos que duran un máximo de ocho horas, una parte el martes y la otra el miércoles. El saque inaugural se ejecuta en el centro del pueblo a las 14.00. Si hay alguna anotación antes de las 18.00, el juego se reinicia, pero si es más tarde se da por terminada la jornada.

Casi cinco kilómetros

Cada equipo trata de llevar la pelota a su propia portería, hay casi cinco kilómetros de distancia entre ambas. Quienes portan el balón son protegidos por una inmensa melé formada por cientos de personas de su equipo, mientras los rivales tratan de atravesar la marea humana para arrebatarla.

Entre las reglas se especifica, por si hiciera falta, que no se permite el asesinato o el homicidio involuntario, mientras que la violencia innecesaria está mal vista. Además está prohibido pasar por iglesias, cementerios y jardines, el balón no puede transportarse en un vehículo motorizado y tampoco puede esconderse een un bolso, abrigo o mochila.

Para anotar hay que golpear tres veces con la pelota en unas estructuras ubicadas junto al río en un lugar donde antiguamente se alzaban sendos molinos. Es por ello que estas ‘porterías’ son ruedas de moler incrustadas en un bloque de piedra, y para poder anotar hay que lanzar desde dentro del agua.