La Carta por los Derechos Sociales de Euskal Herria y la plataforma Gerrarik Ez han convocado concentraciones en las capitales de Hego Euskal Herria el próximo sábado, día 24 de febrero, al cumplirse dos años desde que empezó la guerra de Ucrania.

Las movilizaciones serán a las 12.00 en la Plaza del Ayuntamiento de Iruñea, a las 12.30 en la Plaza de la Virgen Blanca de Gasteiz y en el Boulevard de Donostia, y a las 13.00 en el Arriaga de Bilbo.

En nombre de las organizaciones convocantes, que cuentan con el apoyo de la plataforma Gernika-Palestina y el colectivo ‘La guerra empieza aquí’ de Ongi Etorri Errefuxiatuak, han expuesto que los lemas bajo los que llaman a movilizarse son los siguientes: ‘Gerrarik ez’, ‘Gastu militarrik ez’ y ‘Defendamos los derechos sociales’. En la comparecencia realizada en Bilbo han tomado la palabra en nombre de la Carta Social Marije Etxebarria, de Steilas, y Leire Estévez del Palacio, de ELA.

Han señalado a la OTAN como responsable de la situación creada en Ucrania, que aseguran que se ha convertido en un «campo de batalla» en el que, «indirectamente», se enfrentan Rusia y la organización. Han asegurado que «gran parte de la población ucraniana ya no quiere ir a la guerra». Así, han subrayado la necesidad de retomar las negociaciones de paz, que fueron interrumpidas en marzo de 2022 «por la interferencia directa de Estados Unidos y el Reino Unido».

Han querido poner sobre la mesa la «vergonzosa doble moral occidental», en referencia a los distintos tratamientos que se le están dando a Rusia e Israel. En esta línea, han recordado que a Rusia se le han impuesto 12 tandas de sanciones, pero se sigue enviando armamento a Israel, «que sigue cometiendo un genocidio».

‘Un mar de fueguitos’

Asimismo, han recordado las conclusiones extraídas en las jornadas realizadas en Ozaeta en septiembre, en las que se inició la dinámica ‘Un mar de fueguitos’ de la Carta Social. Aseguraron que las promotoras de la dinámica tienen claro que el aumento gasto militar trae consigo, irremediablemente, el descenso de gasto social. «La guerra no responde a los intereses de la clase trabajadora», han concluido.