La delegación de Hamas, encabezada por el líder de su buró político, Ismail Haniyeh, ha concluido este viernes su visita a El Cairo, tras días de negociaciones con el jefe de la Inteligencia egipcia y un asesor estadounidense para tratar de alcanzar una tregua en Gaza, si bien no se ha anunciado ningún avance.
Fuentes palestinas próximas a las conversaciones citadas por Efe explican que la delegación del movimiento islamista ha dejado la capital de Egipto después de mantener varias reuniones con el jefe de la Inteligencia egipcia, Abas Kamel, y Brett McGurk, asesor para Oriente Medio del presidente estadounidense, Joe Biden, con quienes ha discutido la situación en la Franja de Gaza y el cese de la agresión israelí contra ella.
Según estas mismas fuentes, las conversaciones también han abordado «el regreso de los desplazados a sus lugares de residencia, socorro y refugio, especialmente en el norte de la Franja de Gaza, y las formas de lograrlo», y se ha tratado la cuestión del intercambio de prisioneros, si bien no han comunicado ninguna decisión o acuerdo al respecto.
Asimismo, han discutido sobre «lo que la ocupación está planeando en Jerusalén a la luz de la decisión del gobierno de ocupación de impedir que (los palestinos) en Cisjordania puedan orar en la bendita Mezquita de Al-Aqsa durante el mes sagrado del Ramadán», sin aportar más detalles.
En la jornada del jueves, fuentes palestinas previeron un posible acuerdo para una nueva tregua en los próximos días en Gaza, después de que Hamas ofreciera «concesiones» en las negociaciones de El Cairo.
Así lo dijeron este pasado jueves a Efe fuentes palestinas próximas a las negociaciones, en las que «Hamas ha renunciado a su exigencia de un alto el fuego permanente y una retirada israelí completa de Gaza, a cambio de garantías para que sus líderes no sean asesinados».
Las fuentes no descartaron el anuncio de una nueva tregua «la semana próxima» tras una nueva reunión que está prevista en París entre los jefes de los servicios de Inteligencia de Israel, Estados Unidos y Egipto, además del primer ministro de Qatar.
El plan de ‘Bibi’
En paralelo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reveló anoche por primera vez, y tras cuatro meses y medio de brutal ofensiva contra Gaza –que ha dejado ya más de 29.500 muertos, 13.000 de ellos niños–, su plan para ‘el día después’ en el enclave.
En un documento, presentado la noche del jueves ante el gabinete de guerra para su aprobación y publicado este viernes por la Oficina del Primer Ministro, Netanyahu ha recordado los objetivos a corto plazo: destruir las capacidades militares y la infraestructura gubernamental tanto de Hamas como de la Yihad Islámica, liberar a los rehenes e impedir que «Gaza vuelva a ser una amenaza».
A medio plazo, el mandatario ha anunciado una Franja donde Israel mantendrá la libertad de operaciones militares «sin límite de tiempo», con un perímetro de seguridad en la divisoria y el control israelí de la frontera entre Gaza y Egipto para evitar la reaparición de «elementos terroristas en la Franja de Gaza».
«La ‘Valla Sur’ funcionará, en la medida de lo posible, en cooperación con Egipto y con la asistencia de Estados Unidos, y se basará en medidas para impedir el contrabando procedente de Egipto, tanto subterráneo como aéreo, incluido el cruce de Rafah», detalla el documento.
También, Israel dice que mantendrá el control de seguridad sobre Cisjordania y Gaza, mientras que en el enclave «habrá una desmilitarización completa», más allá de «lo necesario para mantener el orden público».
Respeto a la administración civil y el orden público, estarían reguladas por funcionarios locales con experiencia administrativa alejados de «países o entidades que apoyen el terrorismo y no recibirán pago de ellos», dice el documento, que anuncia un «programa integral» de lo que llama «desradicalización» de las instituciones religiosas y educativas en el enclave, con la ayuda de otros países árabes.
A largo plazo, Netanyahu insiste en la negativa de un Estado palestino o de los «dictados internacionales sobre un acuerdo permanente» y prevé el fin de la Agencia de la ONU para los refugiados (Unrwa), «cuyos agentes estuvieron involucrados en la masacre del 7 de octubre», repite el texto, pese a la falta de pruebas concluyentes desde que Israel lanzara esta acusación sobre un grupo de ellos a finales de enero.
«Arraigada impunidad»
Entretanto, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha denunciado la «arraigada impunidad» ante las violaciones cometidas por israelíes y palestinos durante «décadas», en un informe que incluye las «graves violaciones de los derechos humanos» en los Territorios Palestinos Ocupados –Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza– e Israel entre noviembre de 2022 y octubre de 2023.
«No puede permitirse que continúe la arraigada impunidad documentada por nuestra oficina durante décadas», ha dicho Turk, que ha sostenido que «debe haber rendición de cuentas de todas las partes por las violaciones vistas durante 56 años de ocupación, los 16 años de bloqueo de Gaza, y hasta la fecha».
«La justicia es un requisito previo para poner fin a los ciclos de violencia y para que palestinos e israelíes sean capaces de dar pasos significativos hacia la paz», ha agregado.
El informe presentado por la oficina de Turk cubre el periodo entre el 1 de noviembre de 2022 y el 31 de octubre de 2023 y recoge que «la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados empeoró drásticamente durante este periodo», incluido «un aumento del uso de la fuerza letal en Cisjordania, incluido Jerusalén Este», además de la ofensiva de Israel contra Gaza tras los ataques del 7 de octubre.